Uno

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Uno de los mejores recuerdos de mi niñez siempre sera aquel lugar y las mágicas personas que vivían en el, no podría describir con exactitud a la señora Carrington y a su esposo antes de llegar a la vejez sin embargo lo que siempre estará presente en mi es lo amables que solían ser, pero no solo conmigo si no con todas las personas del vecindario.

Recuerdo que literalmente conocía su casa como la palma de mi mano a pesar de lo grande que era, incluso las primeras veces que entre ahí llegue a compararlo con un castillo, también recuerdo que algunos niños y a mi nos permitían nadar en su piscina a la que tarde varios años antes de poder tocar el fondo con mis pies, ella solía preparar bocadillos y nos daba todas las galletas que podíamos comer.

Cuando aun era una niña nunca me importo las razones por las que lo hacían sin embargo conforme los años continuaron pasando llegue a algunas conclusiones, tal ves lo hacían por que no tenían hijos y nunca llegue a ver que alguien los visitara ni siquiera cuando ella enfermo, solo su esposo estuvo ahí. Muchos del vecindario  los estimaban así que intentaron ayudar en lo que podían pero así como la novedad de su enfermedad paso el interés de los demás igual.

Creo que el momento mas difícil fue cuando un día parada en mi ventana, vi como dos ambulancias con luces rojas se encontraban aparcadas frente a su casa, no quise preguntar y tampoco suponer por que la respuesta me asustaba sin embargo durante mucho tiempo llegue a despertar por las noches escuchando el sonido que las ambulancias habían producido.

Muchos de los vecino salieron a ver que sucedía sin embargo nadie tuvo el valor para acercarse a el y quizá esa es una de las razones por las que aquella imagen quedo tan grabada en mi mente, el señor Carrington llorando desconsoladamente sentado en el borde de la ambulancia.

Aquel dia sentí un gran vació en mi corazón y pensé que asi era como se sentía perder al amor de tu vida, quizá en otro momento jamás hubiera tenido el valor que apareció en mi para hacer lo que hice ese día.

Por qué de un momento a otro mis piernas habían empezado a correr hasta el. Tal vez después de tantos años esa era la única forma de devolver toda la felicidad que ellos me habían dado así que lo abracé.

Recuerdo el vacío de su mirada y la tristeza que sus pupilas transmitían, incluso llegue a creer que el jamás dejaría de llorar, pero solo se limitó a tomar mis manos y decir.

— Si llegas a amar a alguien mi pequeña ______, ámalo tanto que jamás te arrepientas de nada cuando lo pierdas — en realidad ese día no entendí a qué se refería sin embargo no pasaría tanto antes de que sus palabras tomarán sentido.

Ese día el me dio dos consejos que supongo luego acabarían por ser una luz anticipada a la tempestad.

— Al final y al cabo ni todo lo que tuvimos y lo que dijeron de nosotros la mato o la mantuvo con vida, ojalá hubiera entendido esto mucho antes.

Pensando en lo anterior me di cuenta que para ese tiempo y aunque intente no pude entenderlo pues hasta esos días ni siquiera estaba segura de lo que era el amor y si, habían algunos chicos en el instituto que me gustaban pero nunca pasaron a ser algo más que locas fantasías en mi mente.

Aquel día fue el único que hable con el señor Carrington y tan solo tiempo después escuché que hizo todo lo posible aora sentirse mejor pero aquella casa era un constante recordatorio de su difunta y amada esposa asi que después de que el pusiera un letrero diciendo que la cada estaba en venta vi como compradores interesados iban y venían, no negaré que algún par de estos llamaron mi atención pero no más de lo usual y así como de rápido la casa se puso en venta está se vendió.

A los pocos días vi como un par de camiones con cosas que podrían decir que eran incluso mejores y más modernas que las de los antiguos dueños, eran llevadas a la casa donde estarían ahora sin embargo no vi a sus nuevos compradores, pensaba en que tal vez podría ser como en esas películas en las que el chico más popular se mudó al lado de la marginada y finalmente la nota u se enamoro de ella o que un nuevo chico misterioso, jodidamente guapo se muda y también se enamora de la chica y ella por primera vez se siente viva, pero nada de eso pasó. Ahora que lo pienso, si eso hubiera pasado las cosas que sucederion hubieran sido mucho más simples.

Ese día en el que se podría decir que todo empezó había llegado de la escuela, tan cansada como siempre pensando en las razones por las que aún seguía yendo a estudiar pues ya era mi último año y nada de especial había pasado en mi vida, nunca fui una persona de mucho salir y aún peor de entablar conversaciones para hacer amistades, con suerte había conseguido aquel grupo de amigas que también solía cuestionarme la verdadera razón por la que estaban conmigo. Por el lado romántico no tenía ni un poco de experiencia y no era exactamente por qué mi apariencia fuera horrible y tampoco tenía una belleza que se le dé a todas las protagonistas de la historias y que luego solo es notada por el protagonista, era alguien normal que más bien creo que prefería soñar antes que prestar más atención a lo que pasaba a mí alrededor y nunca me di cuenta cuántos chicos quisieron invitarme a salir.

Ese día la casa olía a la exquisita tarta de durazno y chocolate que mi madre solía preparar en ocasiones especiales y fue algo que me animo un poco, pero al ir a la cocina y ver aquella delicia humeante puesta en la isla de la cocina, cuando estuve a punto de cortar un trozo mi madre me gritó que eso no era para nosotros, mi cara se frunció tan rápido como se había puesto feliz.

— ¡Mamá no es justo! — grite tocando mi estómago por el hambre que ya había causado con la esperanza de que tan solo me diera aunque sea un poco.

— La prepare para los nuevos vecinos — dijo para luego entregarmela en las manos — Así que ve a dejársela — ordenó apuntando hacia la dirección de la casa de los Carrington al escuchar eso un escalofrío recorrió todo mi ser, ya que escuchar aquel nombre se había convertido en dolor en mi pecho.

— Mamá — cuestione con la esperanza de que cambiará de opinión, sin embargo ella jamás llegó a entender lo que aquello significaba para mí.

— _____, ve — había respondido, con su tono que usaba cada vez que me decía que no tenía tiempo para mis “juegos bobos” y se que pude haberselo dicho sin embargo era algo que ni siquiera había querido pensar.

— Ve a dárselos y luego prepararte otra tarta para ti — dijo al ver mi rostro creyendo que yo actuaba así por el pastel. Y aunque eso no era lo importante acabe accediendo, supongo que tarde o temprano tendré que enfrentar aquello.

Salí de mi casa y solo di unos cuantos pasos  hasta llegar a la casa d eso vecinos, parte de mi quería tratar de hacer el camino más largo posible sin embargo era consiente de que acabaría por llegar, la tarta estaba tibia y olía muy bien haciendo que en su mayoría mis ojos estuvieran pegados a ella y mi lengua humedeciera mis labios tratando de pensar en algo diferente, cuando MSI dedos iban a tocar el timbre mi vista se levantó al escuchar un ruido extraño.

La puerta de los Carrington siempre me había gustado por la vitrina de azulejos que estaban en la puerta, sin embargo también tenía sus defectos y era que te permitía ver lo que pasaba adentro.

Mis ojos se abrieron al darme cuenta de que un hombre estaba de espaldas y sin camisa, era delgado pero tenía músculos, se podría decir que parecía haber trabajado en ellos, luego note como este tenía a una mujer casi de la misma edad que el con sus piernas envueltas en la cadera de el, ella también se encontraba sin blusa y su cabello estaba todo revuelto sin embargo era evidente la belleza que su rostro manifestaba, tenía facciones casi perfectas, y parecía estar muy concentrada en abrir el pantalón de el como para notarme, no supe que hacer y torpemente por el impacto de la escena deje caer el poste haciendo que mi presencia se notará por el ruido producido, ella me miró directamente a los ojos y vi como el hombre también regreso a ver, ambos parecieron ponerse nerviosos y sus rostros palidecieron, el también tenía un buen aspecto y parecía tener la misma edad que ella en ese momento no supe que hacer y mi cuerpo optó por realizar una de las cosas que se me da mejor, salir huyendo.






Gracias a HaidyMalquin
por dejarme adaptar su hermosa historia.

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⏰ Última actualización: Nov 30, 2021 ⏰

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𝗟𝗶𝗯𝗲𝗿𝗼𝘀𝗶𝘀 +𝟭𝟴 ➸ Aidan GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora