I

181 16 3
                                    

¿Lo recuerdas, Thomas?

¿Recuerdas desde cuándo estamos unidos?

¿Lo recuerdas, cierto?

Yo desde luego que lo recuerdo. Jamás lo olvidaré y me consideraría un completo imbécil si es que llegará a pasar eso.

Lo primero que vi al desarrollar una mínima cantidad de conciencia fuiste tú, Thomas. Luego, pase mi mirar por el lugar en el que nos encontrábamos; todo era blanco y demasiado brillante. Volví a ti y la curiosidad me invadió, así que decidí acercarme con torpeza a tu rostro. Me lleve una buena sorpresa cuando lo levantaste con rapidez. Iba a retroceder, pero algo me lo impidió; era un largo cableado oscuro que unía nuestros pechos. Me quedé quieto cuando lo ví; tu rostro, Thomas, lo recuerdo perfectamente bien. ¡Sí que era raro, pero lograba encender en mi una curiosidad que me hacía actuar! Yo no podía ver el mío y eso me daba muchas más dudas. ¿Qué eras, Thomas? Fuiste mi duda durante todo ese lapso que parecía jamás querer terminar.

Diste un inseguro movimiento en el que intentaste tocar mi rostro, pero lo único que conseguiste fue rozar con la yema de tus dedos para luego dejar colgando tu brazo una vez más. Volteaste a ver todo lo que se encontraba a nuestro alrededor. Parecías agobiado al ver que todo era lo mismo; blanco, sin chiste.

Volviste a moverte, esta vez a dar un paso lento en dirección hacia mí. Me sentí aún más confundido, ¿Qué querías, Thomas? Di un paso hacia atrás para evitar ser "atrapado" por ti, pero de todos modos no podías hacerlo.

Baje para ver mis manos. Estaban compuestas por un metal dorado que resplandecía con la interacción a la luz. ¿Qué era? ¿Quién era?

Una invisible puerta frente nosotros se abrió de golpe, dejando entrar a un par de hombres misteriosos e igual de blancos y brillantes que la sala en la que estábamos. Cuando se adentraron por completo, su color cambio a uno oscuro para poder ser distinguidos, ya que el lugar del que venían era completamente oscuro.

Ya frente a nosotros, comenzaron a retirarnos el cableado que nos unía y a ponernos de pie. Así, pude verte de una mejor manera; eras alto y tus manos eran de un color distinto al mío.

Los hombres misteriosos nos pidieron abruptamente seguirlos. Nosostros tuvimos que aceptar sin objeción. Caminaba detrás de ti. De repente, paraste de caminar y te diste vuelta para verme fijamente y yo también me quedé quieto para poder observar. Me hubiera gustado quedarme de esa manera para siempre, me hubiese gustado que el tiempo parara por lo menos unos segundos. Solo quería verte hasta provocarme más dudas. Ojalá aquellos hombres misteriosos, que aún se movían frente a nosotros, no nos hubieran interrumpido.

Seguimos caminando. Todo ahí era lo mismo; el panorama era infinito, pero a la distancia se alcanzo a notar una cabina llena de coloridos botones, que al parecer era nuestro paradero.

La cabina era ancha. Uno de nuestros "guías" se dirigió a ella para presionar uno de los muchos botones que tenía. Este botón hizo que una pequeña parte del suelo se abriera y dejara salir de su interior dos camillas, donde fuimos obligados a recostarnos. Otro botón fue presionado, pero este dejo salir un pequeño mueble con algunas herramientas de las que yo era ignorante. No pude voltear a verte, pues mi rostro fue abierto por los costados y luego retirado de su lugar. no sentí absolutamente nada. Estaban implantando algo dentro de lo que se supone es mi rostro, también cortaban y juntaban algunos cables, «o al menos suponía que eran cables» algunos tornillos, chips con motivos que desconocía y un líquido oscuro, tantas cosas fueron las que me metieron y que lamentablemente no pude analizar para ese momento.

"Human After All࿐Daft Punk"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora