ʜᴀʏ ᴜɴ ᴄᴀᴍɪɴᴏ sɪɴ ғɪɴ ᴘᴏʀ ʀᴇᴅᴇsᴄᴜʙʀɪʀ |ʷᵃⁿᵍˣⁱᵃⁿ

Capítulo 9: Tengamos este regalo

El conejo falleció al día siguiente y fue enterrado en la colina trasera. Lan Wangji nunca admitiría que lloró en los brazos de Wei Wuxian cuando se acostaron para irse a la cama. —En los años que los he criado—, susurró, —he visto morir a muchos. No se vuelve más fácil.

Wei Wuxian le respondió en un susurro: —Eso es lo que pasa con cada muerte. Animal o no, todos duelen.

No quería recordarle a Lan Wangji sobre su muerte, o sobre las emociones con las que sin duda tuvo que lidiar. Pero eran importantes, y sabía que sería desastroso si el alfa los encerraba.

—Lan Zhan. Es el círculo de la vida. El conejo era viejo de todos modos, pero no tienes por qué estar triste por su muerte. Alégrate de que él vivió una vida en la que fue amado por ti.

En cierto modo, estaba hablando de sí mismo. Pero no moriría pronto. Él se aseguraría de eso.

Con un día antes de la llegada de los discípulos, Lan Wangji finalizó sus planes de clase. Incluso mientras aún sentía el aguijón de la pérdida de uno de sus conejos, estaba emocionado de enseñar. Lo había hecho antes, pero era la primera vez que podía enseñar con Wei Wuxian, incluso si el omega no estaba enseñando físicamente.

En el comedor de Cloud Recesses, Lan Wangji, Wei Wuxian, Lan Jingyi y Lan Sizhui se sentaron en una mesa, cenando. Los tres Lan estaban comiendo la comida del Clan Lan, pero Lan Wangji preparó comida picante especialmente para Wei Wuxian.

A la mitad de la comida, y después de que los intentos fallidos de hablar de Wei Wuxian fueran reprendidos por no hablar durante las comidas de los tres Lan, Lan Xichen se acercó al grupo y le entregó a Lan Wangji una caja de madera delgada. —Recibí esto hace unos minutos. Disfrute de su comida—. Se fue tan rápido como llegó, sonriéndoles a todos.

—¿Qué es eso?— Preguntó Wei Wuxian, curioso.

—Después—, fue la respuesta de Lan Wangji.

Wei Wuxian hizo un puchero y bebió su agua. Continuó con la comida en silencio y esperó hasta que todos los demás hubieran terminado.

Lan Wangji tomó la caja, la apretó con fuerza en sus manos. Lan Sizhui se puso de pie, tocó a Lan Jingyi en el hombro y dijo: —Jingyi, deberíamos darles privacidad—. Lan Jingyi asintió con la cabeza, pero parecía decepcionado por no poder quedarse.

Wei Wuxian se preguntaba por qué necesitaban privacidad, pero la dejó caer cuando vio a Lan Wangji suspirar de alivio. El alfa giró el broche de oro y antes de abrir la caja, dijo: —No tienes que ponértelo. Se supone que representa una ofrenda de paz del tío y los ancianos—. Abrió la tapa de la caja y agregó: —Ahora eres parte del Clan Lan, y los Ancianos te permitirán usar esto.

De la caja, sacó una cinta blanca para la frente.

Wei Wuxian dio un ligero jadeo, sus ojos llorosos. Una cinta para la frente. Uno de los motivos más reconocibles del Clan Lan. ¿Usado por miembros selectos y le estaban ofreciendo uno?

Lan Wangji no lo miró a los ojos y continuó murmurando: —Puedes negarte. Solo pidieron que lo uses si vamos a una Conferencia de Cultivación, pero yo no soy de los que asisten a ellos. Realmente no es necesario que lo uses. Si el resto del clan ve que lo usas en un día cualquiera, tendrás que usarlo para evitar enojarlos, pero ellos excusarán esos pocos eventos... 

Estaba divagando, y era lindo en sus ojos. Wei Wuxian tuvo cuidado de envolverlo en un fuerte abrazo. No quería que dejara caer la cinta y la ensuciara. —Es perfecto—. Presionó un beso en la mejilla del hombre y proclamó: —¡Lo usaré todos los días!— Los tensos músculos de los hombros de Lan Wangji se relajaron. Cuando Wei Wuxian se apartó, se dio la vuelta y dijo: —¿Me lo atarás?

Lan Wangji asintió con un "Hm" y sostuvo la cinta frente a su frente. Wei Wuxian se levantó el flequillo y movió la parte de atrás de su cabello mientras el alfa hacía un nudo seguro en la espalda.

Wei Wuxian se volvió de nuevo, con una amplia sonrisa en su rostro y preguntó: —¿Cómo me veo?

Con un ajuste, Lan Wangji sonrió, sonrió de verdad y dijo: —Hermoso.

El omega lo besó, en medio del Comedor, antes de recordarse a sí mismo que, aunque no tenga ningún problema con sus demostraciones públicas de afecto, el resto del Clan Lan ciertamente no pensó eso. Le dio a su esposo un beso más antes de levantarse para ayudar a Lan Wangji a ponerse de pie.

—Volvamos al Jingshi.

Lan Wangji asintió, cerró la pequeña caja y se puso de pie. Salieron del comedor, tomados de la mano, hacia donde esperaban Lan Sizhui y Lan Jingyi. Ambos sonrieron enormemente cuando vieron a Wei Wuxian.

—Ahora eres uno de nosotros, papá—, dijo Lan Sizhui.

El corazón de Wei Wuxian se calentó, y aunque sabía que se había casado con un miembro del Clan Lan, hasta ese momento no se le había ocurrido que era parte de una familia. Los Ancianos del Clan lo aceptaron, ¡querían que lo usara!

—No puedes quitártelo en público ahora—, agregó Lan Jingyi, divertido. Se ganó una bofetada alegre de Lan Sizhui.

—Él sabe eso Jingyi.

Wei Wuxian sonrió, —¡Jiang Cheng tendrá un ataque al corazón cuando lo vea!— Lan Wangji envolvió un brazo gentil alrededor de la cintura del omega y apoyó su cabeza contra la de Wei Wuxian. —¿Lan Zhan?

—¿Hm?

—¿Estás listo para los estudiantes de mañana?

Antes de que Lan Wangji pudiera murmurar otro "Hm" , Lan Sizui comenzó a saltar como un niño. —Obviamente estás emocionado—, comentó Wei Wuxian. Él asintió con la cabeza, y por alguna razón. Wei Wuxian no creía que fuera por los estudios. Miró hacia el cielo, la luna se elevaba constantemente a medida que se acercaba el momento de apagar las luces. —Ya es hora de que digamos buenas noches—, murmuró. —Que duerman bien, ustedes dos.

—Vayan ahora, de vuelta a sus habitaciones—, dijo Lan Wangji, tirando de Wei Wuxian en dirección al Jingshi.

Los jóvenes dieron las buenas noches y se dieron la vuelta para irse. Los dos adultos regresaron al Jingshi y se prepararon para irse a la cama.

Sin embargo, había una picazón debajo de la piel de Wei Wuxian, algo que se había estado perdiendo en las últimas dos semanas.

Lan Wangji se quitó la túnica exterior, la dobló cuidadosamente a un lado y se quitó las botas. Con su túnica interior, se sentó en la cama, esperando. —Wei Ying, ¿te vas a desnudar?

No se había dado cuenta de que había estado mirando al suelo, distraído. Se armó de valor, se quitó la túnica exterior, la dobló como lo hacía Lan Wangji y se quitó las botas de una patada. Mirando a su esposo a los ojos, se quitó la camisa interior y se acercó a Lan Wangji. Se sentó a horcajadas sobre el regazo del hombre y le susurró: —Lan Zhan, ¿me harás el amor?