Un portazo, tan fuerte que la casa entera tembló, me acelero el bombeo del corazón. Pisadas enfurecidas golpeaban el suelo como si quisiera dejar agujeros a su paso.
Otro portazo, ahora más cerca.
Corrí desesperado por todo mi cuarto en busca de un escondite. No quería que me encontrase, quería que me tragase la tierra.
- ¡¡LEEOO!!- Su voz grave resonó con tanta furia que me tuve que tapar los oídos. Grito mi nombre mientras que mi corazón aceleraba con cada respiración. - ¡COBARDE! ¡CUANDO TE ENCUENTRE TE MATAREEE!
Sus amenazas me causaron un terror tan inmenso que hasta la "Llorona" al oírlo hubiera echado a correr. Sus pasos cada vez estaban mas cerca.
No tenia tiempo. Iba a morir. Él me mataría.
De un golpe abrí la puerta de mi única opción: el armario. Aparte las chaquetas que colgaban de el con mis manos temblando del terror.
- ¡ESCORIA! ¡ESPERO QUE TE HAYAS ESCONDIDO MEJOR ESTA VEZ! -Su voz salia de detrás de la puerta de mi cuarto que estaba cerrada. Mi habitación estaba a oscuras, la única luz que había era del pasillo una débil linea que salia de entre los huecos de la entrada. Veía sus pies en aquel pequeño hueco que quedaba entre el suelo y la puerta. Me metí en el armario y cerré la puerta tras de mi.
Me acurruque en una esquina intentando esconderme entre las chaquetas.
<< Me va a encontrar, me pegara asta cansarse. Joder, joder, joder. Mama, ayúdame.>> Mis lagrimas desbordaron mis ojos y se deslizaron por mis mejillas.
El armario olía a cerrado y a humedad. Las paredes de madera estaban frías y un poco mojadas. Las chaquetas me quitaban el poco aire que había hay dentro.
La puerta de mi cuarto se abrió de golpe chocándose con la pared. La luz inundo mi habitación. Una respiración forzada, como de un toro enfurecido, me aterro mas de lo que ya estaba. Me pegue aun mas a aquel rincón encogiendo los hombros y apretándome las piernas contra mi pecho. Escondí mis pies todo lo que pude y hundí mi cara en el pequeño hueco que quedo entre mis piernas y mi pecho.
Me había encogido tanto que un dolor punzante recorrió todo mi frágil cuerpo. Más lagrimas se deslizaron por mi rostro sin control alguno.
Sus pasos se acercaron peligrosamente al armario. Aguante la respiración. Note mis pulmones arder. Los pasos siguieron de largo hacia una de las ventanas del fondo. Respire nuevamente, el dolor pulmonar cedió.
Aquel hombre forcejeo con la ventana para asegurarse de que estuviera cerrada, luego la abrió. El aire frió entro como una cascada gélida en aquel armario. Ya no sentía ninguna de las extremidades. Mis dientes castañetearon en el vació haciendo un ruido imperceptible, pero me aterro la idea de que lo hubiera escuchado y por pura inercia me tape la boca con la mano derecha.
Escuche como cerraba nuevamente la ventana, pero no el sonido de sus pasos.
Me aterrorice al no escucharle.
De repente un montón de luz entro en aquel armario diminuto. Una presión cayo contra mi cabeza, como una losa de piedra, y estiro bruscamente de mi cabello como si pretendiera arrancarme de cuajo el cuero cabelludo.
Deje escapar un grito de dolor y un escalofrió recorrió me cuerpo sin piedad.
-¡HAAAAA....- Un manotazo en la cara me hizo callar. Mi pómulo izquierdo ardía. Las lagrimas ahora se convirtieron en un llanto incontrolable.
Me arrastro fuera del armario dejándome caer al suelo frió. Mis caderas y rodillas se chocaron bruscamente contra las baldosas, gemí de dolor y grite de nuevo.
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Mi supuetso Amigo
WerewolfLa muerte de mi madre se lo llevó todo, la felicidad, la esperanza, el amor, solo ella podía provocar eso en las personas. Me dejó solo, con mil demonios que atormentaron mi vida, no sabia que tan crueles podían ser las personas, solo hasta que las...