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¿Cuando fue siquiera la última vez que vio el mar?.
La despedida con su padre no había sido la gran cosa, aunque le seguía doliendo tener que dejarlo en el territorio Marleyano, no debía llorar en público.
Aún seguía en el borde del barco, mirando como las aguas se deformaban al sentir el peso y la velocidad del transporte.
¿Qué tan diferente será Paradis a Marley?.
Se preguntaba mientras su mirada seguía chocando con las aguas saladas debajo de ella.
Hasta que sintió a alguien al lado de ella.
Volteó su mirada solo para encontrarse a Reiner, quién la veía fijamente.
—¿Necesitas algo?.— Preguntaba mientras se despegaba del barandal.
—¿Que haces aquí sola?.— Respondía mientras bajaba la mirada al suelo de madera, que por alguna razón, temblaba a pequeñas velocidades.
—Pensaba mirando al mar.— Dijo la pelirosa mientras dirigía su mirada de nuevo al mar.
—¿Por qué no vas a descansar? Aún tenemos tiempo antes de llegar.— Reiner se acercó un poco a ella mientras se ponía a su costado derecho.
Ella se quedó mirando hacia la nada, sumergida en sus pensamientos, no quería hablar mucho, sobre todo tomando en cuenta las cosas que comenzaban a surgir en su mente poco a poco.
—Reiner. — comenzó a decir la pelirosa mientras volteaba su mirada hacia donde se encontraba el rubio.
—Dime.. — respondió el rubio nervioso, viendo como sus largos cabellos rosados volaban con el viento.
Sakura de quede pensando un momento antes de finalmente voltearse a verlo.
Solo eran ellos dos los que estaban ahí, así que nadie más podía escucharlos, pero de todas maneras seguía siendo algo que no tenía el valor de decir aún, ni muchos menos sabiendo que no sabía por donde empezar.
Así que decidió posponerlo.
—¿Como crees que sea la gente de paradis? — le pregunto mientras se acercaba a él, quedando frente a frente, viéndolo fijamente.
Reiner se quedó parado, viéndola, puso una mano en su barbilla y hizo una mueca, como si quisiera dar a entender que estaba pensando en la pregunta de la chica.
—Siempre nos han dicho que.. — en ese momento sintió la fría mano de la peligrosa sobre sus labios, haciendo que dejara de responderle.
—No, yo dije, ¿como tú crees que sea la gente de paradis? — volvió a hacer la pregunta, esta vez agregando un pronombre, esperando que sea más sencillo entender la pregunta que le estaba haciendo al rubio.
