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━Lo haces mal ━la fémina se acercó tanto al pelinegro que éste pudo sentir sus pechos en su brazo━. Tu agarre está muy débil, aprétalo ━aconsejó, entrelazando sus manos con las de Zenitsu por encima del agarre de la espada de madera.
━Y-Yo no se si pueda ━su semblante preocupado se instaló en su rostro.
Al verlo de esa manera: tan indefenso e inseguro; instintivamente Hikari recordó a cierto familiar que tenía tanta similitud con el pelinegro, aquel aire similar causó que la imagen del joven que se encontraba tan cerca de su cuerpo cambiara a un pequeño rubio de semblante preocupado.
“━Te agradezco que quieras ayudarme, ¿pero padre no te regañará?”
Hikari suspiró negando con su cabeza al darse cuenta que divagaba en su mente. Esta acción fue malinterpretada por su contrario.
━¡Dis-Disculpame Hikari-chan! ━soltó de repente, confundiendo a la susodicha quien miró de reojo como en los ojos del pelinegro comenzaban a llenarse de lágrimas.
Preocupada, la pelinegra teñida se colocó en frente del muchacho y lo miró con detenimiento.
━¿Por qué te disculpas?
━¡Seguramente Rengoku-chan ya está perdiendo la paciencia conmigo! ¡Perdóname por ser tan débil hasta el punto de no saber agarrar una tonta espada de madera! ━espetó, para después dejar salir ese llanto silencioso que lo caracteriza.
“No, definitivamente no son parecidos”. Pensó conteniendo una sonrisa.
━No estoy perdiendo la paciencia, Zenitsu-kun ━la sonrisa que le dedicó fue más que suficiente para que dejara de sollozar━. Solo recordé algo, nada más ━le explicó a medias, restándole importancia la situación de su pasado y familiares. La muchacha se encaminó a tomar su espada de entrenamiento que yacía en el suelo.
Sin embargo, Hikari no sabía que el joven aspirante a cazador de demonios escuchaba aquel sonido de melancolía y tristeza que emitía. Zenitsu no pudo evitar sentirse afligido ante la poca confianza que tenían después del rápido mes que transcurrió después de que se encontraran en aquel campo de tréboles blancos, en el mismo que ahora mismo entrenaban por las noches.
Exacto, había pasado ya un mes y sus encuentros cada vez se hicieron más frecuentes después de hacer coronas de flores esa tranquila tarde. Hikari le propuso al bonito adolescente verse por las noches para entrenar o simplemente conversar de lo sucedido en sus rutinas diarias; así que cuando el sol se ocultaba y sus entrenamientos culminaban, ellos caminaban ansiosos hacia su lugar de encuentro (procurando que nadie los vea salir).
━En un combate real contra un demonio, es esencial tener un agarre fuerte porque: si pierdes tu espada, morirás ━la dulce voz de la chica interrumpió los pensamientos del ojimiel, quien se detuvo a pensar en su relación con la segunda hija de los Rengoku━. Es tu única arma, con lo único que podrás defenderte y dar por terminado el combate ━agregó, conectando sus miradas con el pelinegro a propósito para que éste le prestara la atención debida━. En guardia ━ordenó de repente, causando nervios en su contrario.
