— ¡Aquí hay algo! —Me dijo emocionada Alexandra mientras sostenía el periódico con fuerza entre sus manos, al grado de arrugarlo y dejar marcas en el. Se lo arrebate de un tirón y después me senté a su lado—.
—Veamos —Comencé a leer en voz baja y lentamente subiendo de todo—. Se solicita niñera con o sin experiencia, con mucha paciencia y ganas de trabajar. El salario mínimo será de… ¡Madre santa!
— ¿Qué es? ¡Quiero leer! — Alexandra chilló y me empujo. Sostuvo el periódico en lo alto—. ¡Wow! Santo cielo... ¿Cómo es posible que puedan pagar tal cantidad de dinero? Olvídalo. ¿Sabes qué? No pierdas el tiempo y marca, ¡ya!
Se levanto de la silla de madera y corrió con prisa hacía la cocina. En pocos segundos regreso con un teléfono inalámbrico a la mano y lo aventó hacía mi, por poco golpeándome contra la cabeza. Lo tome y marque entusiasmada el número indicado.
—Si consigues el trabajo, reunirás el dinero suficiente como para poder acompañarme a ese concierto en Texas al que tanto quieres ir. ¿No te mueres por ver a Kellin Quinn tanto como yo? Eso sería demasiado…
La interrumpí, golpeándola con una almohada y después le hice una seña para que guardara silencio. Ella solo me fulmino con la mirada.
—No quiero ir a ver a Kellin Quinn. Prefiero ahorrar para…
Contestaron.
— ¿Aló? ¿Quién habla?
—Umm —Fue lo primero que salió de mi boca. Había estado tan entusiasmada hace dos segundos. ¿Por qué me estoy muriendo de nervios? Y, ¿por qué olvide que era lo que iba a decir?
—Si esto es una broma entonces…
— ¡No cuelgue! Perdón. —Sacudí la cabeza— ¿Hablo con la señora Goldman? —Pregunte mientras rascaba mi pierna derecha—.
—Enseguida le atiende.
Alexandra me miro y comenzó a reír a causa de mi nerviosismo. Le saque de forma no-amistosa el dedo medio y ella sonrió divertida, sacándome la lengua. Me levante del sillón y camine directo hacía el patio delantero, sentándome sobre los escalones blanquecinos de la entrada.
— ¿Quién habla? —Pregunto la señora Goldman al otro lado de la línea—.
—Mi nombre es Zoey Smith. He visto el anuncio en el periódico en el que busca niñera y uh, estoy interesada en el trabajo —Le dije con el tono más firme que podía conseguir, aunque lo último sonó más como una pregunta que una afirmación—.
—Muy bien… ¿Estas ocupada en estos momentos, Zoey?
— ¿Eh? Uh, no. No realmente —Mire hacia el cielo. Extrañamente estaba tan nublado, que podría jurar que llovería toda la tarde. Estábamos a mediados de agosto en California, por lo cual me parecía tan raro. «Esa es una señal» Me dije—.
— ¿Podrías venir a mi casa? Quiero hablarte de tus horarios y las demás cosas…
— ¿Me está dando el trabajo? —Pregunte incrédula mientras una sonrisa de oreja a oreja se formaba en mi rostro—. ¿Enserio?
—Solo si aceptas —Contesto la señora Goldman—.
—Oh… Por supuesto. Me, me encantaría.
—Bien. Te daré mi dirección.
Ella me dio las instrucciones para llegar a su casa y acordamos vernos en media hora. Me volví hacía la casa de Alexandra y le di el teléfono y millones de gracias. Le abrace fuertemente y tome mi bolso, solo para después salir corriendo de ahí. Por fortuna, mi casa quedaba a dos manzanas de distancia, así que tardaría prácticamente nada en llegar.
Vivía con mis padres en una pequeña casa color marrón en West Hollywood. Ellos no eran precisamente los más adinerados de la ciudad, por lo cual no podían financiar mis estudios de Princeton, donde quería asistir el año próximo. Había llegado a un acuerdo con ellos, prometiéndoles que trabajaría duramente los dos veranos, y todas las ganancias irían directamente hacía el banco, donde se quedarían hasta que entrara a la universidad y tuviera que utilizarlas.
Con este trabajo podría conseguir el dinero en un mes.
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Corazón ciego. |B.M|
Fanfiction¿Quién diría que ser niñera sería fácil? Zoey Smith está a punto de descubrir que ser niñera no es tarea sencilla. Sobre todo si se trata de cuidar a alguien mayor que ella, una persona irritable, egocéntrica… Que recientemente quedó ciega. No tenía...