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Capítulo 24

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Capítulo 24. La carta.

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Estoy sola, sola y caliente.

La verdad es que no creo que teniendo estos pensamientos mi alma tenga perdón, pero es cierto. No ha pasado ni una semana bien desde que dejé de ver a Aleksandr y ya siento que me quemo por dentro.

Desde la primera mañana que Aleksandr se fue, aproveché mi soledad para autocomplacerme. No me fue tan mal, pero conforme pasa el tiempo, el toque se torna menos placentero si no pienso constantemente en el ruso.

Claro que eso nunca saldrá de mi boca en su presencia, pero de igual manera quiero desahogarme, aunque sea conmigo misma.

Toc, toc...

Miro hacia atrás cuando oigo la voz de Enara -que hace no mucho que ha vuelto-, que viene entrando a mi habitación, emocionada, trayendo consigo un sobre blanco en su mano.

—Hola, Enara —la saludo.

Ella me saluda frenéticamente con la mano en la que no trae el sobre mientras camina hacia mí, que me encuentro sentada en medio de la cama de Aleksandr.

—Adivina quién te mandó un mensaje.

Aparto los garabatos que he estado haciendo con posibles nombres para mi bebé en una hoja, y me siento más cómodamente, sonriendo al ver su emoción.

—Mmm, déjame adivinar... Aleksandr —digo de broma, hallándome ridícula la posibilidad de que Aleksandr se haya sentado a escribirme una carta.

—¡SI!

—Ya ves, te lo dij... Espera, ¿Si fue él?

Ella asiente, entregándomela.

—Por la fecha que tiene afuera voy a suponer que la carta llegó más tarde de lo previsto.

—¿Una carta? ¿Y por qué simplemente no me llama? —pregunto extrañada, pero aun así la tomo. Cuando le tomo el peso me hallo el sobre muy liviano, aunque tampoco es como si esperara que trajera dentro unas treinta páginas de sus más sinceros sentimientos por mí, o algo por el estilo.

—La señal se ha caído por alguna extraña razón, y el único medio de comunicarse es por cartas —me explica Enara, jugando con su uniforme blanco mientras espera a que la abra.

Abro el sobre con cuidado, comprobando que nadie se haya atrevido a abrir la carta, y saco un único papel que se encuentra doblado. Al abrirlo, lo único que hay en él son dos líneas escritas por una caligrafía perfecta en cursiva y con tinta negra:

"Si todo sale como lo tengo planeado,
nos veremos mañana en la mañana".

Intento no sonreír como una estúpida y vuelvo a entrar el papel en el sobre, haciendo tiempo para que Enara hable primero.

Poker Face {A #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora