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Luego de un largo día en la universidad y cansado de todos sus finales, Park Sunghoon llegó al apartamento que compartía con su novio. Al entrar se sorprendió al ver que Hee no lo había recibido como todos los días; en su lugar, una pequeña Gaeul lo recibía. Dejó un poco de comida para el perro y fue en busca de Heeseung, quien se encontraba llorando en su cama.

Lentamente, el menor se empezó a acercar y le llamó la atención antes de tocarlo, así evitaría un susto de parte del menor.

Heeseung, quien se encontraba sentado de espaldas a su novio, se dio vuelta y lo abrazó fuerte, apoyando su cabeza en el hombro de Park. Sunghoon también lo abrazó y le acarició la espalda. Cuando notó que el mayor se calmaba un poco, le preguntó porque lloraba, y de tanto llanto, Heeseung empezó a hipar y tartamudear. Al verse imposibilitado de hablar, le mostró su celular, que estaba abierto justo en el chat de su mamá. Había solamente cuatro mensajes, pero Sunghoon no tardó en sacar sus propias conclusiones.


Ya había pasado una hora y Sunghoon no entendía como es que Heeseung aún seguía llorando. El pobre ni se imaginaba cuanto tiempo estuvo Hee de esa forma antes de que él llegara.

Park ya se estaba angustiado, no le gustaba ver a su novio así, pero tampoco sabía qué hacer. Desesperadamente llamó a Jay.

《 — No te voy a mentir, tiene un gran problema. Como amigo te aconsejaría que no lo dejes solo, que no se sienta solo en ningún momento. Tiene que saber que su novio está ahí para apoyarlo. Es tu culpa que esto haya pasado.》 Jay se rió ante el último comentario y Sunghoon le reprochó.

《 — Te voy a pasar un blog en donde tenés una guía para estas ocasiones. Una vez la usé con Sunoo y funcionó, conociendo a Heeseung también se va a poner mejor.》 Terminó de hablar el mayor y le cortó.

A los segundos, Sunghoon recibió un mensaje de Jay con el enlace de la página.


Sushi RollDonde viven las historias. Descúbrelo ahora