1. ɴɪ-ᴋɪ

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- No Ni-ki, eso es una locura -se negó Sunghoon a la propuesta del menor. Su cuerpo se abalanzó a la cama para poder descansar, había tenido un día agotador y no estaba como para hacer planes descabellados que de último minuto se le ocurrieron a su amigo.

- Ooh vamos!! Por esta vez deja de ser un aburrido; solo nos meteremos al lugar, beberemos un rato y finalmente nos vamos -explico-. No es nada del otro mundo.

- Ni siquiera sabemos de quien es la fiesta, no podemos llegar como si nada.

- Eso es lo de menos, la fiesta es de disfraces y nadie nos va a descubrir.

Cuando ambos jóvenes se dirigían a la casa del menor, en el trayecto pudieron observar como una casa que estaba a una cuadra del hogar de Nishimura, estaban organizando una fiesta.

Park estaba dudoso de acceder a la propuesta por varias razones: se podían meter en problemas, le daban miedo las fiestas y sobre todo convivir con personas.

Sunghoon era todo lo contrario al resto de sus amigos, bueno... de sus dos únicos amigos, ellos eran un desastre mientras que él era la típica persona tímida, le gustaba estudiar y no se metía en problemas.

Hoon solo observaba como su amigo se encontraba enfrente de el haciéndole un berrinche ridículo; sin embargo, terminó accediendo. Sabía que si se negaba, el menor era capaz de tomarle fotos dormido, ponerlas en una lona y pegarlas en la entrada de la universidad como venganza.

Ambos jóvenes se empezaron a preparar. Sunghoon escogió el típico disfraz de pirata mientras que Ni-ki se puso un inflable de dinosaurio.

- Quieres que nadie nos note y te pones esa cosa -mencionó Park riendo.

- Nadie me notará ya lo veras, deberías de ponerte algo mejor... el halloween pasado me disfrace de Santa Claus -dijo sacando el disfraz del armario-. Te quedaría bien.

- Ni loco me pondré eso.

- QUE SE LO PONGA, QUE SE LO PONGA...

- Cállate!! -chilló.

Park de mala gana le arrebató el disfraz de las manos y se dirigió al baño.

Solo bastaron unos cuantos minutos para que el pelinegro saliera de este con el disfraz ya puesto.

- UHHHH, QUE SANTA TAN SEXY!!! si me hubiera enterado que Santa Claus se veía así, yo si le daba y no regalos -le lanzó una sonrisa pícara.

- Imbécil -lo golpeo- apúrate antes de que se nos haga más tarde.

- Cierto, a este dinosaurio ya le urge mover su colita en la pista de baile.

Ambos jóvenes se montaron en el automóvil para poder dirigirse al lugar.

- ¿Seguro que era de disfraces? -preguntó Park al ver que la temática del lugar estaba adornado de forma infantil.

- Si... o eso creo -se retractó al ver a varios niños corriendo mientras reían alegremente.

Los dos jóvenes se bajaron dudosos del vehículo. Mientras más se acercaban, más se daban cuenta de su erróneo plan.

- Eres un estúpido Nishimura, ¡es un bautizo! -inquirió enojado.

- Creo que me equivoque.

- Si no me dices ni cuenta me doy. Vamonos de aquí.

- ¿Por qué?

- Tú plan era beber, aquí lo único que vas a beber es leche de una mamila, no tenemos nada que hacer aquí.

- ¿Cómo no?... ¡YA LLEGARON LOS ANIMADORES!

𝗘𝗹 𝗛𝗲𝗿𝗺𝗮𝗻𝗼 𝗗𝗲 𝗠𝗶 𝗔𝗺𝗶𝗴𝗮 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora