La hermana de Elena, se llamaba Aurora.
Aurora sabía todo sobre lo sobrenatural después de que sus padres la enviaran a Londres a la edad de 12 años debido a sus poderes.
Sabía sobre vampiros, hombres lobo y, por último, brujas sobrenaturales que...
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Me desperté con un gemido mientras me movía a mi lado hasta que sentí algo en mi cabeza e hice lo único que podía hacer, me acurruqué en él.
Lo escuché ronronear lo que me hizo abrir los ojos, me senté y me calmé inmediatamente al ver a Elijah de mi lado. Le sonreí somnolienta antes de abrazarlo.
Sentí su pecho vibrar por una risa y sonreí en su pecho. "Te ves adorable mientras duermes"
Me senté, agarré una almohada y lo golpeé con los ojos aún cerrados mientras me recostaba.
Sentí que me levantaba dando como resultado un grito de sorpresa antes de soltar una risita "Bájame".
Abrí un ojo para ver que estaba boca abajo, mi cara estaba hacia su espalda y nos estábamos moviendo.
Sonreí para mí misma antes de estirarme hacia abajo y agarrar su trasero. Me reí cuando lo escuché gruñir en advertencia.
Miré a mi alrededor para encontrar una sala de estar muy bien modelada.
Me estremecí por su respiración. "Sabes que no dejaría que nadie te lastimara, incluso si es la persona más peligrosa del mundo", se rió entre dientes y me sonrió dulcemente.
"Sí, por supuesto Elskan." Sonreí.
"Incluso ese maldito Klaus". Digo seriamente acercándome a él lentamente, sonrió burlonamente ante mi protección.
"Puedo ser pequeño pero tengo fuego". Digo levantando mi mano derecha cerrando los ojos y cantando un hechizo que no sabía que conocía.
Escuché el grito ahogado de Elijah. Abrí los ojos y vi que mi mano derecha tenía una bola de fuego en la mano. Lo miro con los ojos muy abiertos.
"¡Qué demonios!" Grité de emoción y miedo mientras agitaba mi mano dramáticamente.
"Veo que estoy en presencia de una diosa roja".
Lo miré confundida e incliné la cabeza, cerré la mano para dejar que el fuego se apagara, me acerqué al baño y encendí la luz.
Jadeé ante mi apariencia, mis pómulos más definidos. Mis labios más rojos luciendo como si me pusiera lápiz labial rojizo con el pelo y los ojos rojos. La parte exterior de mi cuerpo se puso rojiza.
Sonreí al ver que no estaba asustado de mí, sino más bien fascinado, tomé su mano y la agarré esperando que se lastimara, pero no lo hizo.
Le levanté una ceja antes de alejarme de él para mirarme al espejo. Volví a la normalidad, pero mis ojos no lo hicieron.
Caminé de regreso hacia Elijah también con una mirada frustrada maldiciéndome a mí misma en mi cabeza.
"Parece que puedes controlar tu forma, ¿te gustaría practicar?"
Mi estado de ánimo cambió porque estaba emocionada, lo que me hizo saltar hacia arriba y hacia abajo. "Oh, Dios mío, sí, vamos". Agarré su mano antes de arrastrarlo fuera del dormitorio y hacia la puerta principal. Miré hacia atrás para ver a Elijah con los ojos muy abiertos. Lo miré confundida y miré nuestras manos para encontrarlas de un rojo brillante.
