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                    Seis años antes.

– Y sales a las ocho, cuando ya todo mundo se este yendo – el gerente le habla a JunMyeon quien estaba atento a sus palabras. – No es un trabajo laborioso así que creo que estarás bien, ¿Alguna pregunta?

JunMyeon niega con la cabeza, sonriendo un poco.

– Bien, la secretaria del Señor Zhang me ha comentado los horarios para que dejes sus pedidos a ella y al jefe

– ¡Claro!– asiente – No hay problema.

Y fue así como JunMyeon terminó contratado en Cromosome company, como repartidor de café, pero ya era algo, tampoco podía pedir mucho, después de todo aún le faltaba un año para acabar la carrera.

El primer día fue agotador, no sabía que llevar cafés era tan jodidamente cansado, tenía que ir con diez vasos en cada mano, subir ascensores a las distintas áreas desde la cafetería. Y eso que solo llevaba un par de horas ahí.

Ya era la hora para llevar dos cafés americanos a la planta alta. Estaba bastante nervioso porque trataría con el puesto más alto, jefe y dueño de la empresa mas importante de mercadotecnia. Sube el ascensor, va viendo los botones de los pisos que pasan hasta que por fin llega, camina por el pasillo y se encuentra a una bellísima mujer en su escritorio tecleando sin parar.

– Buenos días, señorita, su café está aquí – JunMyeon le sonríe, ella lo mira y le devuelve la sonrisa.

– ¡Gracias!, Debes ser nuevo, ¿O me equivoco? – pregunta curiosa

– Lo soy, es mi primer día de trabajo de hecho– sonríe tímido, dejando el café en sus manos – Yo. . .¿Podría. . – señala la puerta enorme de madera pulida. No querían entregar tarde.

La secretaria asiente y antes de eso le avisa a por el interlocutor a su jefe que JunMyeon entrará. El coreano camina totalmente nervioso hasta que empuja la puerta y entra.

El hombre frente a él estaba con su mirada clavada en los papeles en sus manos, parecía nisiquiera pensar en ver a JunMyeon.

– Señor Zhang, t-traje su café – JunMyeon se odiaba por ser tan tímido y nervioso.

– Déjalo en el escritorio– ordena, sin verlo.

JunMyeon camina y deja la bebida caliente sobre la superficie. En cuanto el vaso toca la mesa YiXing sube la mirada, clavándola en el coreano quien muere del susto y termina alejando su mano demasiado rápido lo que causa que el vaso se voltee y se salga el contenido.

– ¡Carajo! – YiXing se levanta, llevándose sus papeles para evitar que se mojen.

JunMyeon ya estaba en su quinto infarto.

Veía la escena totalmente paralizado.

– ¡L-Lo siento!¡Perdón! – dice al salir del trance. – Perdóneme, N-No quice – la vergüenza, el pánico y las ganas de morir se revuelven y hacen que en lugar de afrontar las cosas salga corriendo de la oficina, nisiquiera ver a la secretaria, simplemente huye, corre escaleras abajo para finalmente llegar a la planta baja para salir del edificio.

– ¡Oye!

JunMyeon se detiene al escuchar esa voz varonil a sus espaldas, se gira y ve al señor Zhang agitado, venir corriendo detrás de él.

JunMyeon se pone pálido y sale del edificio, baja las escaleras de entrada y mira a todos lados, buscando donde poder matarse si era posible. Detiene un taxi y cuando está apunto de subirse una fuerte mano lo detiene del antebrazo, se gira y el rostro atractivo y enojado del dueño de Cromosome company le paralizan.

– Váyase– le dice a conductor del vehículo y saca la mitad del cuerpo que JunMyeon había alcanzado a meter dentro del vehículo. El coche se aleja.

– Perdón – JunMyeon baja la mirada – Oh, joder, ¿Me enviará a la cárcel?

El rostro enojado de YiXing se transforma para pasar a soltar una carcajada. JunMyeon sube la mirada y lo observa. El señor Zhang era totalmente guapo, con un sensual arete en su oreja, su cabello negro despeinado  y una sonrisa de hoyuelos.

– Solo tenías que llevar una servilleta, no salir corriendo como si fuera Jack el destripador

Las palabras del alto descolocan a JunMyeon. ¿Qué clase de hombre poderoso decía eso?

– Oh, esque – relame sus labios– Pensé que me despediría

– ¿Y quién dice que no lo estás?

La sonrisa de YiXing era hermosa.

– Al menos págueme por las cuatro horas que he estado aquí

YiXing vuelve a soltar una carcajada. Mira a JunMyeon con una sonrisa divertida.

– De acuerdo, te pagaré, subirás conmigo a mi oficina para limpiar el desastre y al final de tu turno te llevaré a cenar, ¿Qué opinas?

JunMyeon jamás imaginó que su respuesta transformaría por completo su vida.

Lo malo de mi Esposo[LayHo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora