La forma en que conoció a Kisaki fue diferente, estaba sentado en una montaña de chicos inconscientes, mientras fumaba solo para ver como el humo salía de su boca.
Nadie en su sano juicio se atrevería a hablar con un tipo de 1.90 en una situación así, pero Kisaki no era cualquier persona.
-Trabaja para mí – dijo el chico de lentes con una determinación grande en su voz
¿Es que acaso era tonto? La propuesta era ilógica, en su rostro se reflejaron aquellas palabras.
-Hay diferencias entre nosotros, yo sé que en cuanto a tamaño y fuerza jamás podría ganarte, pero yo se quebrar a las personas de otras maneras, de una tan sutil que ni siquiera se dan cuenta que fue lo que les paso, y necesito a alguien que sea lo que yo no puedo ser- dijo Kisaki decidido
Su explicación tenía bastante sentido, sonaba algo interesante, aunque estaba por contestar, el más bajo continuo hablando.
-Si no tienes nada más importante que hacer, ayúdame a apoderarme de la Toman- dijo mientras extendía la mano
Una mano larga con el dorso tatuado con "castigo" acepto el apretón de manos.
-más te vale que esto sea divertido, golpear culos débiles empieza a fastidiarme, pero en cuanto deje de ser divertido me largo- cerro el trato Hanma
Hanma estaba en un punto de su vida en que la apatía se apoderaba de él, y como caído del cielo...o más bien salido del mismo infierno, llego la persona más astuta e inteligente que jamás había conocido, cada día era una sorpresa, Kisaki le ordenaba cosas, el obedecía y al poco tiempo como una caja sorpresa, emergía el resultado a su favor, era impresionante.
Kisaki era fascinante, no podía apartar la mirada de sus acciones, de él.
Meses más tarde una duda surgió en su cabeza, ¿porque razón hacia todo eso? ¿Solamente por poder? ¿Venganza? A estas alturas sabía que debía existir una razón para todo ello.
Pero jamás pregunto, no era tan tonto como para decir algo que de seguro molestaría a Kisaki.
Días después la oportunidad se presentó, los últimos planes de Kisaki habían salido perfectos, ese día en particular tuvieron una pelea con cierto grupo de Yokohama, y ambos estaban agotados.
-Hay Kisaki, vayamos a descansar y tomar algo-
Estaban tan lejos de Tokyo que esa era la única alternativa a esas horas de la noche.
Caminaron por la calle en busca de algún lugar, y aunque no querían decirlo sabían bien al tipo de lugar que tenían que ir, un love hotel, no por que tuvieran algún tipo de intención sexual, si no que estos eran mucho más baratos que un "hotel decente".
Tomaron la llave que la recepcionista les dio y fueron a buscar su habitación, caminando por las puertas cerradas llegaba a escucharse gemidos bajos y el inconfundible rechinar de colchones, Hanma estaba tranquilo pero al mirar de reojo a Kisaki pudo ver algo de nerviosismo en su rostro, después de tanto tiempo juntos, había aprendido a leerlo.
La habitación tenía un frasco con condones, lubricante en bolsitas, un refrigerador pequeño con algunas cosas para comer envasadas y una buena cantidad de cervezas, todo a disposición, aunque obviamente todo lo consumido se pagaría al final.
Hanma tomo una cerveza y se la lanzo a Kisaki, este la miro un tiempo.
-Que, no me digas que jamás has tomado alcohol...- dijo burlón mientras sonreía
- No, no lo encuentro necesario, así como fumar- replico Kisaki
-jajaja bueno, la gente puede hacer cosas solo porque si, el alcohol es, un relajante en sí, deberías probar un poco, te ayudara a dormir bien- dijo Hanma mientras prendía la televisión desde la cama, saltando toda la programación para adultos, para llegar a un programa tonto de variedades.