13|Secretos.

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Las habilidades de Mako son únicas, tiene ese don de hechizar con una rápida mirada llena de coquetería y seducir con caricias, el mínimo roce ocasiona que el calor corporal se dispare como una erupción volcánica envolviendo todo a su paso

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Las habilidades de Mako son únicas, tiene ese don de hechizar con una rápida mirada llena de coquetería y seducir con caricias, el mínimo roce ocasiona que el calor corporal se dispare como una erupción volcánica envolviendo todo a su paso.

He vivido sin afecto tanto tiempo que experimentar todo tipo de sensaciones con ella se vuelven únicos. Cada fantasía jamás imaginada se hacen realidad. Pretender que sé lo que hago para ponerla nerviosa desde la primera vez fue un trabajo basado de mucha teoría, leyendo libros de sexología y las series románticas de Ringo que tuve que soportar hasta empaparme de información.

Pero nunca antes estuve preparado para lo de anoche, ha sido otro nivel.

Seguiré pretendiendo que no me asusta hasta dónde puede llegar nuestro jueguito de placer. Me resultará complicado quitarme de la cabeza cada imagen de ella tan sensual.

He caído tantas veces por ella que ya perdí la cuenta.

—Nos levantamos violentos.

Ringo accede a la cocina cuando sin querer azoté la puerta del refrigerador inconscientemente y es que me enfada no tener en claro lo que hay en mi cabeza.

—Lo siento —me aparto con la caja de naranja, jalo una silla y me siento frente a la mesa —. Tengo hambre y no quiero seguir desayunando tu comida a base de cero glútenes.

Blanquea los ojos con aburrimiento. Le miro apoyar su cadera en la encimera mientras le doy un sorbo al líquido desde la caja.

—Yo no voy a prepararte la comida, tienes dos manos, hay para hacer sándwiches y todo lo que trajeron anoche, así que levanta ese trasero y haz algo productivo.

—Creo que tú despertaste violento.

—¿Dónde está Mako? —frunce el ceño y me da la espalda para empezar a sacar de las gavetas ingredientes para hot-cakes con avena.

—Arriba.

No pudimos quedarnos en el granero, el frío era insoportable que terminamos en mi habitación, pero antes fui consciente de que ella se había marcado un buen rato mientras según dormía y volvió para despertarme avisando que no paraba de temblar.

Un deseo prohibido #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora