Menendez

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Es un día tranquilo de sábado, hace frío y no tengo pensado trabajar hoy, con suerte me levanto a hacerme un café con tostadas, voy primero de la habitación al baño que queda al lado y después sigo el recorrido por el pasillo del departamento hacia la cocina comedor, prendo la hornalla, pongo la pava, meto las tostadas en la tostadora, agarro una taza, me preparo el café instantáneo, 4 cucharadas de café y 3 de azúcar, espero que salten las tostadas y el agua de la pava esté al borde del hervor,  me termino de preparar el café  y después me vuelvo a acostar. Son las 11:00 y tengo pensado estar todo el día acostado en mi cama leyendo el libro que empecé ayer sobre una investigación de un asesinato basado en hechos reales de la década del 70’, bastante rutina de fin de semana, descansando y despejando un poco la mente.
Después de unas horas de leer, tomarme una jarra de café y hacer apuntes sobre el libro, ya que siempre aprendo algo nuevo mientras leo, decido salir de mi cama y entrenar un poco, después de todo no cumplí tanto la rutina, me cambio y salgo a correr, en este momento son alrededor de las 17:00, todavía hay sol, pero sé que no va a durar mucho tiempo más, lo que me inspira más a salir por la tranquilidad de la oscuridad.
En el camino empiezo a pensar en mi vida, no espero encontrar nadie para compartir mi rutina por ahora, siento que estoy bastante conforme con lo que tengo, me siento satisfecho, se me dibuja una sonrisa en la cara y siento como me va saltando y volando el pelo en el aire, me siento libre y orgulloso de lo que me convertí después de tantos obstáculos que se me presentaron en la vida.
Hacia las 19:14 recibo una llamada de trabajo, algo raro para ser un sábado, atiendo, es mi jefe.
-Noah, disculpa la hora, tenemos un 12-81, te necesitamos urgente en la calle 11 y 50- me dice rápido y con voz preocupada mi jefe por teléfono. En ese momento se que hay algo que no está bien, ya que 12-81 significa persona herida, pero mi duda es ¿Qué tan herida está como para que me llamen a esta hora? Sin indagar demasiado procedo a contestar.
-Sí señor, enseguida voy para allá- vuelvo lo más rápido que puedo a mi departamento, subo por el ascensor, entro, me dirijo a la habitación, me cambio, me agarro la taza térmica con algo de café y salgo hacia el lugar.
Al llegar allá es todo un desastre, está lleno de gente por todos lados, apenas respetan la cinta para que no interfieran con la evidencia y mis compañeros ya no pueden hacer más nada para controlarlos. La mujer que yace tirada en el piso no está muerta, por lo que me pregunto por qué no se la llevaron a un hospital todavía, y más con el frío que hace, sigo observando y veo que la sangre que perdió esa mujer es extraordinario, no se sabe cómo sigue viva, abarca gran parte de la vereda y parte del pasto donde se encuentra tirada, alrededor de ella hay unos arbustos, no tan altos, la calle es bastante transitada y es increíble que nadie haya visto nada en esa zona, pleno centro de la ciudad, por esas calles pasa mucha gente durante todo el día y el tiempo máximo en el que podría haber estado ahí es hasta las 19:10 si la mujer que llamó a la policía dice la verdad, es muy raro que nadie haya visto ni escuchado nada, lo que genera sospecha sobre la mujer que la encontró o alguien que la haya golpeado y dejado así en otro lado y plantado ahí esperando su muerte, lo que es más ilógico por la cantidad de sangre que hay.
Me pongo a hablar con un colega para que me cuente la situación.
-Ey Martin ¿qué pasó acá? - le pregunto a mi colega en busca de respuestas.
-Noah ¿Cómo estás? Parece que encontraron a esta mujer acá en la calle. Por lo que cuenta la mujer por el momento, ella estaba caminando y se encontró con el cuerpo, llamó rápido al 911 y acá estamos. es todo muy raro ¿no? – me contesta mi colega confundido y extrañado.
- ¿Quién es la mujer que la encontró? - le pregunto buscando indagar más sobre el tema y ver si puedo conseguir alguna respuesta.
-Se llama Fabiola, es la mujer que está por allá- me señala a una chica joven, delgada, de unos 22 años, rubia de pelo largo y lacio y flequillo, algo desarreglada, ojos verdes y de más o menos 1,67, a simple vista no parece ser una asesina, pero uno como policía tiene que sospechar de todo ser andante así que le preguntó.
- ¿Logró decir algo hasta ahora? - sigo mirando a la joven mientras hablo con mi compañero.
-Por el momento no dijo nada que la marque como sospechosa principal, pero no sabemos mucho sobre cómo sucedió todo esto- cuando termina de hablar veo a la joven y parece estar teniendo un ataque de pánico, así que me acerco con rapidez dejando a mi compañero hablando solo.
Al llegar hacia ella la sujeto dejándole el espacio suficiente para que pueda respirar pero que no se caiga, le digo que respire, pero parece no escucharme, está en un estado de pánico que la aturdió de todos los sentidos, así que la empiezo a guiar con mi respiración. Después de unos minutos, logra calmarse y me agradece, logra sacarme una sonrisa, parece tan pequeña e indefensa que llega a darme ternura y lastima, la observo y le contesto.
-No es nada señorita- sonriendo con compasión y ternura hacia la joven que se encuentra frente a mi. Luego de unos segundos se me ocurre reafirmar mi teoría de que es la mujer que me decía mi colega -usted es Fabiola ¿verdad? - veo que algo cambia en su cara, como si me tuviese miedo o si me escondiera algo grave, pero al final me contesta.
-si ¿puedo saber el suyo? - ya con la cara más relajada y con una sonrisa que me doy cuenta de que es forzada, pero me pregunto por qué será.
-Mi nombre es Noah, Noah Menéndez, soy el encargado del caso- sigo manteniendo la sonrisa, aunque ahora ya no sé por qué, ella sigue con la cara con falsa sonrisa, preocupada. pasan unos segundos hasta que me vuelve a contestar y en ese momento yo siento que esa chica tenía algo especial distinto del resto, todavía sigo sin saber por qué sonrío.
-Así que usted es el que me va a hacer las preguntas ¿verdad? - me contesta fría, pero tratando de adentrarme en un tema más serio. ahí caigo nuevamente en que estoy trabajando y que no tendría que hablar tanto con una sospechosa, por lo que mi sonrisa cambia, me pongo serio y la voz se me vuelve más ronca y seria y procedo a contestar nuevamente.
-Así es Fabiola- me mira con cara extrañada por el cambio brusco de mi voz y mi forma de mirarla, incluso para mi fue extraño, fue algo raro lo que acaba de pasar, pero lo ignoro, la miro a los ojos y procedo a hacer mi trabajo como un profesional y le digo -la dejo un momento para que se reponga y luego iremos a la estación para que le pueda hacer las preguntas- alejándome lentamente mientras me asiente con la cabeza.
Cuando ya estoy lejos de Fabiola me siento confundido, me pregunto qué fue lo que me pasó durante esa conversación, ¿por qué no podía parar de sonreír? pero prefiero ignorarlo y me centro en el caso, la empiezo a ver como una sospechosa mas e ignoro cualquier tipo de pensamiento con respecto a ella para seguir indagando sobre el caso.
Luego de la entrevista, a eso de las 22:00 me pongo a analizar y atar cabos entre las evidencias encontradas por ahora, no hay ninguna prueba contundente como para marcar a nadie como sospechoso principal. solo tenemos un pañuelo con sangre hallado cerca del cuerpo, el testimonio de la joven que halló a la mujer, que para ser sincero no aporta mucho ya que no recuerda gran parte de lo ocurrido, y nada más. Ningún arma, ninguna otra persona, nada de nada. Ahora solo queda esperar a que la mujer hallada despierte, se recupere y pueda decirnos qué fue lo que pasó en ese lugar.
Después de un rato pensando que es lo que nos podríamos haber salteado, a qué no le prestamos suficiente atención, me doy cuenta de que había un contenedor de basura justo en frente donde no revisamos y le aviso enseguida a mi jefe. Luego de hacer eso me pongo a investigar a Fabiola, busco su historial, qué fue de su vida previa a esto y no lo puedo creer, esa mujer está muy mal. Agarro mi abrigo y salgo corriendo a investigar más.

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