BROMA® [KTH, JJK]

U N O

El amor se puede expresar de distintas maneras, ya sea con detalles, besos, abrazos o palabras.

Para Kim TaeHyung no era difícil demostrar su amor por su pareja, al contrario. Le parecía algo tan necesario qué podía pasarse horas y horas escribiéndole cartas, demostrando su cariño hacia el menor.

Aún recordaba el día que se encontró por primera vez con JungKook, sonreía cada que pensaba en ese momento. Ese momento dónde lo vió por primera vez, creando una batalla de miradas inexplicables, sintiendo millones de mariposas volar por su estómago, claro, un TaeHyung inexperto en eso del amor, con tan solo 14 años, se enamoró a primera vista.

Actualmente, a sus veinticinco años de edad, Kim TaeHyung era totalmente feliz al lado de su novio.

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Negó con la cabeza al ver la hora, su hermano SeokJin había quedado en pasar por él para ir a la cancha, tenían que ver a su mejor amigo jugar baloncesto, todo un profesional.

Tomó su celular y marcó el número.

Primer tono....

Segundo tono....

—Kim TaeHyung, ¿Por qué llamas?.– respondió con falsa molestia en su voz.

—Idiota, tenemos que ir al partido de YoonGi hyung, JungKook y los demás nos esperan allí.– musitó algo enojado.

—¡MALDITA SEA!, Lo había olvidado por completo. Estoy ahí en cinco minutos.– sin decir más, cortó la llamada dejando a un TaeHyung completamente confundido.

El peli-azul suspiró y salió hacia la calle, Jin no vivía lejos, a dos o tres casas de la suya.

—¿NaYeon no viene?.– habló TaeHyung al entrar en el auto de su hermano, buscándola con la mirada.

Jin negó. —O sea si, pero va con Hye, ya sabes, cosas de niñas.– rodó sus ojos pensando en su hermana menor y su mejor amiga.

—¿Por qué no fuiste con JungKook?.– me miró de reojo, con una ceja alzada.

—Anoche tuvo doble turno en el restaurante, estaba cansado.– sonrió automáticamente recordando a su novio, quien trabajaba todos los días para poder terminar sus estudios.

—Llegamos, enamorado.– cerró la puerta para mirarlo.— ¿Que me miras tanto?.

—Tienes un moco.- dijo riendo mientras caminaba hacia la entrada del campo de baloncesto.

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—¡CORRE YOONGI, CORRE!.– Sí, ese era NamJoon, alentando a su pollito bebé.