Some things were meant to be (f1 pairings)

Part 5: sometimes, goodbye is a sweet sorrow

~Preludio~

Valtteri y Antonio eran almas gemelas.

O al menos por un tiempo, lo habían sido.

Pero su historia, no es una historia de amor.

Su historia, es más bien una historia de aprendizaje.

Donde la moraleja, es que las cosas no siempre son tan buenas como lo aparentan,

Y a veces la partida, es la pena más dulce.

Cuando Valtteri y Antonio se conocieron, el primero se dedicaba a atender una cafetería, mientras que el segundo a etiquetar ropa en una boutique italiana.

Fue Valtteri, quien en unas vacaciones espontáneas pudo ver y oír a Antonio por primera vez, tan fuerte y tan cerca que no tenía dudas que ese era el momento. De que su reencuentro sería pronto.

Y no les tomó ni un día entero.

Coincidieron en una fiesta de año nuevo en la que pasaron la noche juntos y al día siguiente, Valtteri fue hasta la tienda donde el muchacho le había dicho que trabajaba, y luego de una pequeña parada donde compró flores, se le declaró cuan príncipe de cuento de hadas.

Desde ahí, las cosas fluyeron casi de manual. Valtteri cerró su negocio y se mudó con ella a la preciosa casa en Milán que Antonio había heredado de sus abuelos. Ambos se casaron, con presencia de sus familias y establecieron una vida cotidiana donde todo giraba alrededor del otro.

Todo lo querían hacer juntos, y fue cuando se dieron cuenta de algo fundamental...

Se llevaban incómodamente mal.

Valtteri quería a Antonio. Fantaseó con él por años hasta que por fin pidió su mano en matrimonio y pudo llamarlo su esposo.

Su esposo era gracioso, talentoso, inteligente y extraordinariamente bello.

Tanto como era despreocupado, gritón, liberal y egoísta.

Y por sobrados motivos, sin importar cuanto intentaran hacerlo funcionar, la convivencia llegó a un punto en el que se les volvió insoportable, a partir del cual comenzaron casi inconscientemente un paulatino proceso de distanciamiento.

Antonio hacía horas extra en su trabajo y salía de fiesta en las noches, llegando a su hogar a cualquier hora.

Y Valtteri se la pasaba de mal humor atendiendo la limpieza, compras y toda la atención que necesitaba el hogar, dedicando sus tiempos libres a correr, andar en bici, y hasta realizar trabajos de media jornada en cafeterías por la zona para hacerse de dinero extra.

Lo único que aún hacían juntos, era dormir en la misma habitación y andar en bicicleta cada sábado.

Los sábados, eran sus días de pareja. Días donde dejaban de lado la gran cantidad de cosas que los separaban, y aprovechaban su compañía, intimaban y hacían como que no se gritaron a más no poder el día anterior.

Pero pronto eso dejó de ser suficiente para Antonio, y mentiría si dijera que la llegada de Kimi no tuvo nada que ver con el asunto.

No había acudido a la boda, así que la primera vez que conoció al primo de su esposo, fue en el cumpleaños número 28 de Valtteri.

Su esposo le había contado lo justo y necesario sobre él. Era un piloto retirado, perdió a su esposa en el trágico accidente del Al Italia que cayó debido a una falla aerodinámica, y se caracterizaba por ser en extremo grosero y tosco desde entonces. Por ello mismo le sugirió a Antonio no acercarse demasiado.