Capítulo 2.

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JiSung estaba sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas.

Acariciando sus brazos con delicadeza.

Pasando suavemente sus manos sobre las marcas rojas que adornaban su piel.

Una vez más, Christopher marcaba y reclamaba el cuerpo de JiSung.

Siempre marcaba a JiSung de manera violenta.

Dejaba la palma de su mano marcada en la cintura de JiSung, una marca que podría tardar días en desaparecer.

Mordidas, chupones y quizás moretones por toda la piel de JiSung.

JiSung se sentía horrible por llevar todas esas marcas.

Pero para Christopher, ver esas marcas en el cuerpo de JiSung ,era tan hermoso.

Cada marca indicaba que tenía dueño, que JiSung le pertenece a alguien.

Le pertenece a Christopher Bang.

JiSung suspiró con algo de decepción.

Su cuerpo le hacía sentir manchado y humillado.

El quería ver su cuerpo sano, su piel blanca, sin ningún tipo de marca.

Cosa que sería imposible cumplir, ya que al monstruo le gustaba ver a JiSung completamente marcado.

JiSung con algo de tristeza abrazo su cuerpo, acariciando sus brazos, buscando consuelo en si mismo.

—¿Qué te pasa, muñequita? —preguntó la voz masculina detrás de él.

JiSung se estremeció, sus ojos se abrieron rápidamente con temor.

No, por favor, no.

—¿Te sientes mal? —preguntó la voz masculina nuevamente, quien evidentemente es El monstruo.

Christopher abrazo a JiSung por detrás y beso su cuello.

JiSung con algo de miedo asintió.

—¿Y quieres que te haga sentir bien? —preguntó juguetón Christopher.

No... ¡Por dios, no!

JiSung comenzó a negar aterrorizado.

Christopher sonrió.

Volvió a dejar un beso en su cuello.

Luego observo el collar de chupones que tenía JiSung.

—Tus marcas se están yendo... debemos renovarlas —dijo divertido, acariciando el hombro de JiSung.

Los ojos de JiSung se cristalizaron.

No debes temer muñequita.

Y aunque Christopher estuviese del otro lado del sofá, y que JiSung le estuviese dando la espalda.

Alzó a JiSung y lo acomodo en sus brazos.

Cómo si de una princesa se tratara.

Y a paso lento, comenzó a caminar.

Nuevamente dirijiendose a su habitación.

Subiendo las escaleras con paciencia.

La tristeza y el miedo inundaban a JiSung.

Se sentía tan débil por dejar que estas cosas sucedieran.

Finalmente, llegaron a la habitación.

Christopher entro junto a JiSung, y cerró la puerta detrás de el.

Y una vez cerrada la puerta, el sufrimiendo de JiSung comienza.

Oh, muñequita linda, vamos a jugar.

Oh, muñequita linda, vamos a jugar

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la muñequita de christopher bang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora