VII

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Era un día lluvioso, las gotas golpeaban frenéticamente sobre la sombrilla de varios transeúntes que caminaban tranquilamente por las calles de Nueva york. A diferencia de los demás, había una chica que no tenía sombrilla y se encontraba corriendo desesperadamente bajo la lluvia. _______ estaba empapada, y eso se debía a que, por primera vez en mucho tiempo, había perdido su anillo de onda durante una pelea. Ahora estaba condenada a correr bajo la lluvia mientras intentaba que la bolsa de papel que tenía en los brazos no se mojara, ya que dentro estaban las prendas que Stephen había olvidado en la base tiempo atrás.

— maldita sea — maldijo por lo bajo, un coche estaba a punto de salpicarla con agua sucia, por suerte un semáforo en rojo le salvó la vida — no puedo creer que ese estúpido anillo se me haya resbalado de los dedos — ______ se refugió en la entrada de una tienda, la cual tenía una pequeña carpa — okey, repasemos el plan: entro, lo saludo, arreglamos las cosas, le entrego su ropa y listo — la hechicera suspiró, al mismo tiempo que observaba el sanctum sanctorum que se encontraba unas cuadras más adelante — nadie dijo que esto sería tarea fácil.

______ acomodó la bolsa dentro de su abrigo y salió corriendo de la carpa, estuvo esquivando a varias personas hasta que por fin llegó a aquellas puertas de madera. Con una de sus manos empujó una de las puertas y entró, miró a su alrededor y notó como el templo daba la impresión de estar vacío.

— no puedo creerlo, acaso ¿vine en mal momento? — con un rápido movimiento de manos ______ secó su ropa — supongo que sí.

— al menos estamos de acuerdo en algo — Stephen apareció de la nada, se encontraba al final de las escaleras — ¿qué haces aquí?

— ¿eh? Oh, yo venía a devolverte esto — la hechicera sacó las prendas de Stephen de la bolsa de papel — los olvidaste en la fiesta — subió las escaleras y le extendió su ropa al más alto — además... venía a hablar contigo, pero veo que mi presencia no es bienvenida aquí — _______ dio media vuelta, estaba dispuesta a bajar las escaleras — supongo que vendré otro día — la chica descendió dos escalones, pero la capa de Stephen la envolvió, impidiendo que siguiera avanzando.

— lo siento — Stephen apareció en el escalón siguiente y miró a la de cabellos castaños directamente a los ojos — creo que fui un poco rudo hace unos momentos, por favor...quédate — esto último lo dijo en una voz casi inaudible, por lo que ______ no lo escuchó muy bien, pero entendió el contexto después de que el hechicero supremo la guiara a uno de los cuartos para poder conversar — ¿sobre qué quieres hablar? — Stephen se sentó en una silla y esperó a que la chica hiciera lo mismo.

— sobre muchas cosas — ______ se sentó justo en frente de Strange — pero quiero empezar con lo que empezó hace unos meses... — tomó una larga pausa y soltó un largo suspiro, para poder aclarar su mente — creo que fui muy dura contigo, no fue bueno desquitar contigo todo el estrés que tenía acumulado — la hechicera se cubrió la cara con ambas de sus manos — debí de hablar sobre todos esos asuntos contigo y no esperar hasta que te dieras cuenta, yo debí... — iba a seguir hablando, pero unas manos temblorosas la interrumpieron. Stephen había apartado las manos ajenas del rostro, revelando unos hermosos ojos café repletos de lágrimas.

— no, por favor, no llores — Strange estaba de cuclillas frente a la hechicera — todo es mi culpa — con una de sus manos secó unas pocas lagrimas que salieron de los ojos ajenos — yo sabía lo mucho que te afecta sentir la mirada de los demás, pero aun así di la orden para que te vigilaran — Stephen acarició las manos de la chica — pero era para protegerte... en ese entonces no conocía lo peligrosos que eran tus poderes oscuros, tenía miedo de que algún día todo se descontrolara y salieras herida — _______ miró con suma atención al hombre frente a ella — con esa vigilancia tenía las esperanzas de salvarte por si algo salía mal... tenía miedo de perderte.

I Hate to love you(Dr. Strange Y Tú) [REMAKE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora