BOKU NO HERO ACADEMIA
Soft
Shinsou hitoshi
- MINA.- Grite una vez la había encontrado, había pasado buscándola 7 horas después del entrenamiento
Ahora el sol se había ocultado y el olor de la cena se filtraba por mis fosas nasales.
Mina estaba sentada en el comedor junto con las demás chicas del dormitorio, reía y rodaba los ojos de vez en cuando.
Me acerque a ella con una gran sonrisa, ¿La razón?
Shinsou.
Al terminar el entrenamiento me había invitado a pasar la noche fuera, en un lago cerca de la academía. Petición la cuál acepte gustosa, y ¿Cómo podía negarme?
Llevaba semanas sintiendo esto dentro de mi, y, al platicarle a Mina todo se aclaró.
Estaba enamorada.
Ese chico misterioso me tenía en todos los aspectos posibles, me intrigaba su manera de ser, tenía tantas preguntas pero simplemente estar con el me hacía no tener duda de lo que sentía.
—Hola gruñona- me saludo Mina con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿podemos hablar?- pregunté
— con la condición de que no me grites.-seguia sonriendo mientras lo decía, no parecía molesta.
Mi sorpresa de que no estuviera molesta era mayor que cualquier cosa, había sido muy grosera en la mañana, había tenido una muy MUY mala mañana, mineta me molestó la mayor parte del día y en entrenamiento no podía concentrarme, además, mina se empeñaba en recordarme mis sentimientos hacia sierto chico de cabellera morada.
Le había gritado muchas cosas y me apenaba mucho haberlo hecho,mi defecto fatídico es la irá, y en ese momento explote contra ella.
— Perdoname, no era mi intención realmente el gritarte, tenía muchas cosas en la cabeza y bueno, con el tema de shinsou...
—Lloviznita, está bien- subí la mirada y me seguía sonriendo, esta chica era un amor.
Lloviznita es el apodo que me había puesto en la academia después de intentar utilizar mi quirk y provocar una tormenta... En el salón.
—Ahora creo que te buscan- dijo mirando tras de mi.
Y ahí entre las sombras estaba el, caminando hacia acá, y, se veía más malditamente sexy que en la tarde, levs cabellos caían por su frente, tenía puesto su usual sudadera negra, que utlizaba siempre que terminábamos las clases... Me encantaba.
Sentí mi cara arder y mi sonrisa asomarse en mis labios.
—me tengo que ir- me despedí de Mina y le dije que luego le contaba.
En su camino volteaba y me daba miradas a mí y luego miraba hacia atrás para verlo a el, mire avergonzada mis zapatos, gire sobre ellos y camine por fin para verle.
— hola.- dije, inevitablemente mis latidos se aceleraron al estar cerca de el.
—¿Lista?- pregunto metiendo sus manos en sus bolsillos.—sigueme.
— ¿Pediste permiso?
— Quizá.- dijo mientras una media sonrisa se asomaba en sus labios.
—Espera,¿me harás caminar hacia allá?
— Quizá- volvió a decir y mi sonrisa se asomo ahora.
—Deja de utilizar el "Quizás" para librarte de mi.
