Capítulo 1

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En mis 19 años no me ha hecho falta absolutamente nada, si a lo económico nos vamos.
Buena comida, buen cuidado...
¿Pero buena crianza?
Todos tenemos daddy issues, en el siglo XXI es lo más normal, los adultos jamás van a evolucionar con a lo que crianza respecta.

Mis padres no eran los mejores, o al menos mi padre.
Era un hombre egoísta, ególatra, estafador adinerado, ruin sádico que disfrutaba ver mal a otros, y un abusador por sobre todo que no tenía respeto alguno hacia NADIE.

Me amo y cuido como su hija hasta el punto en que empezó a sumergirse en el alcohol por el remordimiento que le causó engañar a mi madre repetidas veces en burdeles o casas de apuestas.
Tenía yo 5 años...

Obligado a casarse a los 18 años, por llevar una juventud desenfrenada y embarazar a mi madre, queriendo evadir hacerse responsable, ambas familias los obligaron a hacerse cargo de su pequeño error de una noche mal organizada...

Mi madre de 17 años, sufrió un embarazo de alto riesgo por el desarrollo prematuro de sus hormonas, ella no estaba lista para embarazarse y/o dar a luz, ambos aprendieron a amarse y soportarse en el largo de los años, hasta que mi padre se aburrió de Marie, mi Madre, y empezó a buscar amoríos pasajeros en otras, a tomar para matar el remordimiento, comportamiento que empezó a desencadenar discusiones fuertes y enojo de mi madre y más atrás de ello agresividad....
Golpes, gritos, sangre, moratones....
Mi madre se hizo fuerte a sus abusos y el término haciéndose adicto al disfrute del sufrimiento de otros... Compensaba cada golpe que le daba a mi madre con una flor barata de la floristería de la esquina, para luego gritarle que era una Maldita Puta y que jamás quiso estar enserio con ella, entre otras cosas hirientes que presencié siendo muy pequeña.
A mis 9 años, contrataron a Martha quien sería mi Nana, una mujer no muy mayor, muy dulce y hermosa.
Se encargo de llevarme a mi cama y ponerme música relajante a un volumen considerablemente alto, lo suficiente como para opacar los gritos que se armaban abajo.

Deje de irme a la primaria en el bus escolar gracias a ella, y sentí una figura materna que había perdido hace 3 años atrás.

Mi madre por los abusos de mi padre entro en depresión, pero no salía de él por la gran ayuda económica que mi padre abogado, (dueño de su propia firma) aportaba.

Gracias a mi abuelo, y a qué mi madre abandonó sus estudios universitarios para cuidarme, el pudo comprometerse a culminar la universidad y a sus 26 años, luego de 8 largos años de Leyes y Derechos Penales, mi padre se convirtió en un excelente abogado pero mala persona, capaz de humillar a sus inferiores, despedir a quien mas necesitaba el empleo sin importar su esfuerzo, golpear a la mujer que sacrificó su futuro por él...

La fatídica historia de mis padres tuvo muchas repercusiones psicológicas en mi vida.
Los abusos de mi padre empezaron a empeorar cuando mi abuelo propuso que mi madre culminara la universidad y él se opuso por celos, causando el suicidio de mi madre a sus 29 años de edad... Tenía 12

Previo a eso tuvieron una discusión, en la que vecinos recién mudados a la calle decidieron llamar a las autoridades y esa misma tarde mi padre sin poder defenderse, fue acusado de homicidio involuntario y condenado a pasar alrededor de 10 años en la cárcel, luego de 3 meses de investigaciones a esos 10 años se le sumaron 5 más por maltrato doméstico durante 7 años consecutivos bajo influencia del alcohol o sustancias ilícitas.

Quedé bajo la custodia de Martha, a quien mi madre habría dado la potestad días antes de suicidarse.
Decisión con la que mis abuelos estuvieron de acuerdo, sin dejar de ayudar con un buen aporte económico a mis estudios, lujos, gastos, necesidades, y comida.

A mis 15 para ser exactos, Martha trajo a vivir con nosotras a su hijo, luego de un proceso de aprobación por fiscalía.

Kevin era una gran persona, pero con un transtorno de ansiedad que lo limitaba en toda acción, hablar, reunirse con personas, iniciar una simple conversación o continuarla, lo cual fue desapareciendo a medida que crecía, con mi ayuda, que era todo lo contrario...
Aunque hicimos cambio de papeles, él se volvió una persona llamativa, atractiva y popular, sacó a flote su talento y se aprovechó de ello para tener un buen status social en la escuela, guapo y talentoso, ¿A quien no le gustan de esos?
Al contrario yo, me escondí incluso de mi propia sombra, me sentaba al fondo de la clase, en el punto ciego del salón, era relativamente invisible, nombrada únicamente por los profesores al pasar la asistencia una vez a la semana.
Me encerraba en mi cuarto al volver de clases, y ya casi ni veíamos a Kevin por la casa, siempre estaba en el Bowling, en fiestas, salía al parque de noche, era más una visita que un integrante de la casa... yo era un implemento de la casa, un pilar tal vez.

—Fui a visitar a mi padre — comento a Martha mientras ella prepara la cena.
Voltea a mirarme, pidiéndome que continúe con la historia.
—Está bastante... demacrado... casi da lastima— Mi imaginación me regresa de golpe a el día en que sacaban a mi madre en una camilla y sus brazos colgaban de ella, llenos de sangre...— Casi sentí pena por él... pero ya han pasado 7 años desde entonces y solo quería que estuviera enterado de que estoy bien...
—Como lo viste?...
—Pues, como te dije, se lo ve deprimido, arrepentido tal vez.
—Has sentido la necesidad de perdonarle?
—No, ¿Como voy a perdonar al culpable de la muerte de mi madre?
Martha se queda en silencio y vuelve a enfocarse en la comida, la veo bajar la mirada, bajar su cabeza... y casi en un susurro la escucho decir —Se que te has estado drogando en tu cuarto...

Y en ese momento escucho a mi corazón romperse, crujir como pan tostado...

No tengo idea de qué decirle a esta mujer que por años ha sido como mi madre, me ha cuidado, ha dado de comer, y sacado de mi habitación a la fuerza para que salga a cenar y respire un poco con las tareas de la secundaria.

—¿Porque lo haces? — Dice con la voz rota, casi escucho las lágrimas rodar por sus mejillas, cuando abro la boca para responderle, escucho la puerta del frente abrirse y al voltear veo a Kevin entrar y detrás de él una chica, ambos vienen riéndose.
Kevin toma de la mano a la chica morena que viene con él y se acerca a Martha, pasando de largo por mi lado sin siquiera mirarme o notar mi presencia.

—Mamá, ella es Alisse, mi novia...
Ellas se dan la mano y se quedan hablando los tres frente a la cocina, sin notarme.

Mi cerebro se desconecta por un instante, no sé cómo sentirme...
Ya que no me ha presentado como su hermana o cómo la dueña de esta casa y me he sentido invisible, ha pasado de largo por mi lado como si mi atmósfera de invisibilidad también me rodeara en mi casa, observo cómo disfrutan de una grata conversación y luego de un rato se percatan que existo y la chica, Alysse, dice:
–Oh, tu debes ser la chica que la Sr. Martha crió, no había notado que estabas ahí – ¿Escucharon eso?... fue mi corazón romperse
–Um... – musitó y subo a mi habitación sin mediar palabra.

Inestable (En Progreso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora