Nunca termine mi conversación con Martha, busque evadir a toda costa, saliendo rápido de casa en las mañanas y comiendo en mi habitación.
Seguí drogandome, en el sótano o en mi habitación, bloqueando mis pensamientos, recuerdos y sobre todo esas voces que escuchaba a cada rato, una encima de la otra...Me recostaba en el suelo o en la cama, dejando a mi cuerpo sentir el cosquilleo desde mis pies a mi cabeza, la habitación dándome vueltas.
Hasta hoy día, que cuando iba a acostarme, solo sentí el golpe y... desperté en el hospital.
Paredes blancas y lisas, cortinas gruesas cubriendo la ventana y opacando la luz de las bombillas que entraba por esta desde el exterior.
Empiezo a despertar y siento un fuerte dolor de cabeza al entreabrir mis ojos, escucho de fondo y muy lejos el piteo del monitor que lleva registro de mi ritmo cardíaco estable.
Veo bastante borroso a mi alrededor, una figura masculina sentada frente a mi con los brazos cruzados y la cabeza hacia abajo... Es Kevin y está dormido.
Tuve una sobredosis o caí y golpeé muy fuerte mi cabeza?Escucho la voz de Martha al otro lado, nada concreto solo se que habla con alguien.
Seguido de esto, entra una enfermera con una bandeja que contiene medicamentos y cosas así, ella me observa, se percata que estoy despierta y sale a avisarle a Martha, quien entra detrás de la enfermera rápidamente y emocionada... pero no feliz.
Kevin se despierta y ambos se colocan del lado derecho de mi camilla a la altura de mis rodillas mirándome fijamente, yo aun viendo algo borroso fuerzo una sonrisa bastante leve y cuando mi visión empieza a normalizarse puedo ver claramente la expresión de decepción y preocupación que tiene Martha en su rostro...
–¿Qué me paso?– sale de mi boca casi como un susurro.
La enferma se acerca a la bolsa que está colgada de una base y baja líquido por gravedad hacia mi brazo y inyecta dentro de estás lo que debe ser otro medicamento.
–Tuviste una sobredosis de Opioides...–Dicen Martha y la Enfermera al unísono, una con voz dulce y la otra con voz de enojo.
Bajo mi mirada, tratando de esconderme cómo puedo de la mirada penetrante y fija que tiene Martha sobre mí.
Trato de pedir una disculpa pero esta no sale de mis labios. Un doctor bastante atractivo entra a la habitación en la que me encuentro y con su mirada me hace entender que viene un fuerte llamado de atención.
–Entiendo que los jóvenes de hoy en día usen drogas para relajarse, pero ¿Opioides?, ¿Quieres relajarte o matarte?, ¿Conoces la función si quiera de estos, y la cantidad recomendada que necesita un paciente para calmar un dolor?, Tu no padeces de ninguna patología, no has sido intervenida a una operación por infección o algo que amerite un tratamiento con opioides – Escucho decir al doctor – ¿Es la primera vez que los consumes?
De tantas preguntas que hizo, no se cual responder, solo tomo en cuenta cómo importan la última – No...
–No, es decir que los has usado antes – el Doctor toma nota de esto en su libreta – ¿Con que frecuencia?
–Dos o tres veces por semana... de resto solo fumar marihuana o tomar Clonazepam...
El Doctor me juzga con la mirada, en sus ojos veo las intenciones de golpear su frente con la palma de su mano en este momento.
¿Y la cara de Martha y Kevin? Es un cuadro para enmarcar en este momento, llevarlo a una galería y colocarlo en la sección de arte tétrica y de suspenso, da miedo, mucho miedo.–Podría recomendar, no más drogas para ti, pero se que no harás caso a esto y volverás a drogarte – dice el Doctor – por esta razón – mira a Martha – Seis meses en rehabilitación, no intensiva por que estás a meses de salir de tu último año en la secundaria, pero deberás asistir a cada reunión, consulta y evaluación médica y durar 6 meses limpia... si rompes esto te atienes a las consecuencias, y ¿Cuáles son las consecuencias?... ¿Quieres morir o caer en coma?
El Doctor es un desgraciado, algo me dice que hizo su doctorado con Doctor House, el de la serie de universal que está medio loco y consiguió una garrapata en la vagina de una chica que casi la mata, bueno este doctor tiene esas vibras.
–En unas dos horas podrá volver a casa, y recomiendo que sea ingresada a una clínica de rehabilitación mañana mismo ¿Ok?
Martha, Kevin y yo asentimos al mismo tiempo.
Esta vez soy yo quien quiere golpearse la frente con la palma de mi mano.Al cabo de lo que fueron dos horas, nos encontramos recogiendo recetas médicas y cosas así en el consultorio del doctor y luego pagando por la atención médica de emergencia en la recepción.
Espero mis abuelos no se hayan enterado de esto... de lo contrario ya no tendré más dinero para comprar ropa nueva y cosas así.Saco mi celular de bolso de Martha y por fin me percato de que estuve dormida dos días, dos malditos días...
Al llegar a casa ingreso a mi Email y encuentro cantidad de tareas de la secundaria acumuladas, los profesores me las hicieron llegar para entregarlas cuando asista nuevamente a clases, ¡Maravilloso y excelente sistema educativo tiene mi escuela!No es ni siquiera necesario resaltar que de camino a casa Martha no me dirigió la palabra, ni se molestó cuando cambié la música, no pregunto que haría de cenar... me sentí ignorada cuando fui yo quien preguntó si gustaban ir a cenar a un restaurante de comida china.
Ella llega y me acompaña a mi habitación, se va a la suya y al pasar un rato la escucho bajar imagino que a cocinar, no le presto atención y pongo música para relajar mi ambiente, si no puedo drogarme imagino que al menos puedo escuchar música a todo volumen ¿No?
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Inestable (En Progreso)
RomanceSu familia tenía más secretos ocultos de lo que ella pensaba, una historia de acoso y maltrato no romantizado que llevara a la protagonista a tomar decisiones aceleradas que terminaran dejando muchas consecuencias a su paso