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Tsukishima estornudaba mientras caminaba a lado de Yamaguchi. Una, dos, tres, cuatro veces seguidas, su nariz roja y sus mejillas levemente sonrojadas le daban un aspecto de chico tímido.

─Alguien está hablando mal de ti─. Soltó su amigo con una sonrisa, mientras miraba la cara del más alto ponerse roja después de un quinto estornudo.

─No, estoy pescando un resfriado. Maldita sea─ volvió a estornudar, y Yamaguchi volvió a reír mientras Tsukishima le miraba enojado. ─Ayer me fui con Hinata y compartimos paraguas, aunque al final camine un tramo a casa bajo la lluvia y no me bañe ni me cambié de ropa enseguida─.

Yamaguchi lo miro un poco sorprendido, mientras Tsukishima suspiraba pesado y sacaba un cubrebocas de su mochila, claro que su amigo era un poco pesado pero no por eso quería contagiarlo de su resfriado y tampoco que la gente viera su nariz roja.

─¿Te fuiste con Hinata? Ahora sí me sorprendiste ¡Eh!─. Le codeo burlón su amigo pecoso. Sí, tal vez Yamaguchi era algo tímido pero se sentía más libre estando con su mejor amigo.

─Detente Yamaguchi, te recuerdo que me fui solo porqué tú te fuiste a quien sabe dónde y me dejaste─. El rubio le miro con un poco de odio, de no ser porque el más pequeño se había ido sin él no hubiese pasado por esa situación.

Claro, estaba feliz en el fondo de haber estado con Hinata pero eso no significa que no fue sumamente incómodo para él, estaba nervioso e incluso llegó a pensar en decirle sus sentimientos al enano, pensó en ello todo el camino hasta que Hinata con algo de pena le pidió el paraguas porqué él tenía que ir por una calle diferente a la de él. Se sintió tonto.

─Lo siento mucho, Tsukki─. El más alto solo se encogió de hombros restándole importancia y volvió a estornudar. Bien, tendría que limpiarse la nariz en cuanto pudiera entrar a los baños de la escuela.

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Tsukishima se quitaba sus zapatos negros para colocarse aquellos pares blancos que se encontraban en su casillero, escuchaba hablar a Yamaguchi de algo que sinceramente no le interesaba mucho pero al menos intentaba poner atención a las palabras de su amigo.

Sus oídos dejaron de escuchar lo que el pecoso decía cuando sus ojos interceptaron un enano de cabellos naranjas, sonrisa encantadora y hermosos ojos. Ahí estaba Hinata Shoyo, insoportable, amable, gritón, lindo, fastidioso, adorable; de verdad quería hablarle. No, mejor no.

Volteó su mirada para recoger su mochila y acomodarse los lentes. Él no era el tipo de chico que podría estar con Hinata.
Camino con Yamaguchi detrás de él, con sus audífonos puestos, mirando al frente y obviamente fingiendo oír algo en sus audífonos para tan solo poder escuchar la sonora risa sonora que soltaba Hinata junto con Nishinoya.

Sonrió como tonto cuando escucho la voz de Hinata hablarle, y luego sintió el toque de Yamaguchi en su espalda. Cierto, estaba "escuchando" música.

─¿Qué pasa, Yamaguchi?─ dijo fingiendo no haber escuchado el llamado del del enano.

Hinata se adelantó, y levanto frente a sus ojos un paraguas naranja con estampado de ositos y por si fuera poco colgadaba un llavero de osito de él.

─Ten, te regalo mi paraguas. Tengo otro en el casillero, por si vuelve a llover hoy─. Hinata le sonreía con tanta alegría que parecía haberle hecho olvidar que tenía un resfriado insoportable.

Casi iba a decir gracias.

─¡Ah! ¿Es tuyo? Creí que este sería el paraguas de un niño de kinder─. Le dijo con demasiada burla, casi todos los presentes podían ver la sonrisa burlona debajo del cubrebocas que usaba Tsukishima.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2022 ⏰

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 ❝Se Acabó❞ [TSUKKIHINA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora