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— Shh — Escuchó cuando sus ojos se abrieron. Lo primero que divisó fue la puerta de madera con pósters pegados, después, a ese tonto niño de rosado con un paño entre sus manos. Su cabeza punzó y gruñó bajo. — Lo siento — Zayn quiso decirle que ni siquiera debería de pedir por ello, porque él no tenía nada de que disculparse.

La mano de Liam se posó sobre su frente y dio pequeños masajes en medio, se acomodó mejor entre la cobija sintiéndose cómodo con eso.

Quiso decir algo, pero Liam se apresuró y cubrió su boca con su pequeña mano. — ¡No digas nada! T–tu voz me hace sentir nervioso, ¡Y yo odio eso! ¿Crees que podrás mantenerte callado hasta que me sienta seguro? — El moreno sonrió bajo la mano de rizado, y asintió lentamente volviendo a cerrar sus ojos. Le pareció raro esa faceta nueva, pero disfrutó de ella. — Gracias.

— No se si recuerdes lo que pasó ayer, ¡Y si te acuerdas no digas nada que de igual forma te contaré! — Liam acomodó el paño húmedo con cuidado y permaneció frente suyo. — Te encontré cuando venía de correr, suelo hacerlo por las noches para poder descansar mejor. Te vi y me acerqué, ibas caminando raro y asumí que estabas tomado, cosa en la cual no fallé pero no creí que tanto. — Rió incómodo mientras jugaba con el borde de la cobija. — Te traje aquí y dijiste algunas cosas... No sé si sea correcto decirte, a lo mejor y debería olvidarlo porque no te sentirías cómodo con–

— Todo lo que dije es cierto. — Liam se detuvo encogiéndose en su lugar al escuchar esa voz más ronca de lo usual. — Mira, mi familia es un asco, y que estés aquí conmigo sólo me hace creer que te doy pena.

— Poquito — Susurró. — Y eso no tiene nada de malo, es normal que las personas lleguemos a sentir algo por los otros, porque por si no sabías, existe en la empatía. — Liam llevó su mano hasta los párpados de Zayn, cerrando estos en el proceso y acariciando sus pestañas rizadas que le parecían bonitas. — Yo puedo entender como te sientes, Zayn, pero eso no quita que tú no estás bien.

— Lo sé.

— Y necesitas ayuda de alguien que pueda brindartela, pero sobretodo, alejarte de tu mamá y papá que sólo harán que tu vida decaiga. — Su voz fue haciéndose cada vez más bajita mientras hablaba. — Cuando yo era pequeño recibía muchas burlas de mis abuelos por ser así, siempre me llamaban maricon o joto, e intenté aguantarlo porque eran de mi familia. Pero yo no tenía porqué hacerlo, y mamá decidió que lo mejor sería irnos lejos.

— ¿Sigues al contacto con ellos?

— Murieron hace ocho años.

Zayn no supo que decir, era una parte de la historia que no esperaba, pero la risita de Liam lo hizo sentirse confundido.

— Oye, no pasa nada. Yo no siento nada — Aclaró su garganta mientras retiraba el trapo — Mamá a veces se pone triste, pero yo no tengo buenos recuerdos con ellos. Puedes llamarme con un insulto por eso, pero prefiero ahorrarme mis comentarios que jamás sonarán con amor hacia su recuerdo.

Zayn le sonrió, porque Liam sonaba de lo más seguro posible, sin dudar de lo que creía o pensaba, y sabía que él así se amaba. Él también lo amaba, porque no era una cara bonita que figuraba en la vida: si no también, un interior lleno de rosas con destellos.

— Odio que las personas me digan que hacer.

— No te estoy diciendo que lo hagas, sólo te comento que es lo que necesitas. — Liam le sonrió llevando su dedo índice a la nariz del mayor. — Igual siempre me tendrás aquí para lo que sea, puedo ser buena compañía si te sientes enojado, triste o feliz. Y ya sé, Zayn, no soy un refugio de sentimientos. Pero soy tu amigo, y siempre estaré contigo.

Zayn quiso besar esa sonrisa que había apartado ese malestar en su cabeza, porque sentía que Liam era la mejor compañía hacia sus problemas; el cual le daría consejos y amor, pero sobretodo comprensión.

Se permitió volver a soñar con un Liam feliz que brincaba mientras jalaba su muñeca para subirse a la resbaladilla. Y le gustó, los sueños con Liam siempre le gustaban más de lo que admitía.

(( ♡ ))

Zayn estaba acompañando a Liam en el patio, el menor le hablaba sobre los tallos de las plantas y que moría porque su árbol de mandarinas por fin diera frutos, y que cuando lo hiciera, le brindaría de su jugo de mandarina. Él no había mencionado palabra al respecto, pero Liam lo había dejado pasar siguiendo con su plática.

Su cabeza ya no dolía mucho, al menos esas punzadas de la mañana ya habían desaparecido dejando sólo una sensación pequeñita.

— ¿Es... cierto aquello que mencionaste ayer? —Liam dejó aquello que hacía y camino hasta estar sentado a su lado. Su carita no demostró nada malo, sólo una pequeña sonrisa tímida.

—Sí.

Zayn buscó qué decirle, porque no quería que Liam pensara que no le importaba lo suficiente. — Deberías decirle a tu papá, ojo, es sólo un consejo. Sé que tienes miedo de que esta ilusión se rompa, pero tampoco creo que te sientas feliz cargando con eso.

— Trato de mantener eso muy lejos de mi cabeza porque me molesta. — Susurró. Zayn asintió y llevó su mano hasta la muñeca del rizado.

— Yo te entiendo, pero eso no quita que debes de pensar más a fondo en esto. No es un tema fácil y la salida tampoco lo será. — Acarició de forma lenta, sintiendo como Liam dejaba caer su cabeza sobre su hombro. — Pero mira, tu padre no merece vivir en un engaño.

Sintió el cabello de Liam rozar su barbilla, sonrió ante eso y recostó la suya sobre la de él. Se quedaron así un rato, pensando en las soluciones hacia sus propios problemas aunque al día siguiente no harían nada por ellos. Porque así era, porque era mejor mantenerlos apartados que vivir con ellos al lado.

(( ♡ ))

𝗋𝗈𝗌𝗂𝗍𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora