Capítulo Dos

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Draco está absolutamente ofendido. Lleva toda la mañana y tarde echando humo por las orejas, además ha tenido que bañar a Ajay porque alguien le dio la bienvenida a casa bañada en tierra de la maceta. Ella normalmente no se queja, pero hoy se ha negado a bañarse y como resultado Draco ha sido arañado.

Después de un largo día de sesiones, las cuáles lo han animado bastante al ver las típicas caras felices de sus alumnos y pacientes, Draco se ha encajado en su pijama. Es simplemente una sudadera que le llega por los muslos, así que aprovecha esa ventaja y siempre duerme en bragas.

Se supone que iba a dormir, pero el universo parece tener planes muy diferentes para él. Comienzan a tocar su puerta de manera demasiado ruidosa para ser las once de la noche. Draco está en mitad de un emotivo final en Supernatural, así que eso lo fastidia de sobremanera. Su primer pensamiento es que sea su hermana, así que la ignora y trata de seguir con la serie que se reproduce en su portátil.

Los golpes no cesan, así que sube el volumen hasta que para de manera inmediata. Draco frunce el ceño, deja el portátil a un lado y se acerca lentamente a la ventana, con cautela. Es de noche, apenas se ve algo con toda la oscuridad. Draco entrecierra los ojos y se pega más a la ventana, tratando de visualizar algo.

A Draco casi le da un infarto cuando un gran cuerpo, acompañado de uno más pequeño, se asoma de manera fugaz a la ventana. Draco se cae hacia atrás, trata de agarrarse a la mesita de al lado y tira su preciada lámpara.

Blaise y su pequeño hijo están pegados a la ventana tratando de mirar, Aiden mueve su manita feliz cuando logra visualizar a Draco tirado en el suelo. Draco frunce mucho el ceño, porque casi se golpea duramente la cabeza contra el suelo por el idiota de su amigo Blaise.

"¡Draco, hola!" Blaise carga a su pequeño hijo en su cadera. Aiden se agarra a su mamá y saluda a Draco con su manita.

Draco está muy furioso. Ha dejado entrar a su mejor amigo y a su sobrino finalmente, pero está muy enfadado porque casi muere de un infarto.

"¿Cómo se te ocurre llamar así? ¿Sabes que para eso están los teléfonos?" Le reprocha Draco, exasperado.

"Hemos venido a visitarte, es una sorpresa." Justifica Blaise. "¡Ta—chán!"

Draco se frota el rostro y suspira. Blaise hace eso a menudo, y a Draco no le molesta en absoluto porque la compañía de Blaise y Aiden lo hacen sentirse menos solo y más feliz.

Blaise es madre soltera desde hace cinco años. Todo fue por un lío de una noche sin condón, y por más que Blaise trató de recordar quién era el padre, ni siquiera podía recordar cuál era su nombre. A Aiden no le importa no tener un padre, él tiene a Blaise como su madre y Draco es su tío favorito. Él es un niño muy alegre y muy creativo, pasa la mayor parte del tiempo cantando y dibujando.

Cuando Blaise acuesta a Aiden en su habitación, la cuál Draco tiene reservada para él para cuando viene a dormir siempre, ambos adultos hablan brevemente sobre su día. Blaise admite que le va bien en el restaurante como cocinero de cuatro estrellas y Draco se siente muy orgulloso de Blaise.

"Siento que la vida finalmente me sonríe, Draco." Confiesa Blaise, sonriendo suave. "El salario es genial y es un horario fantástico. Puedo pasar tiempo con Aiden, él no se siente solo en absoluto."

"Me alegro mucho, Blaise." Draco frota su hombro con cariño, porque Blaise para él es un hermano de diferente sangre. "Te lo mereces, eres maravilloso en tu trabajo."

"Gracias, Draco." Blaise le sonríe emocionado y conmovido.

El pequeño le sonríe de vuelta. "De nada." Tararea. "Algún día debes invitarme a comer algo de lo que haces en ese restaurante."

Instructor de yoga [harco] [trillizos!potter!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora