me tení mora crema | chenji chilensis

moracrema

Con el Chenle ibamos de camino a su humilde morada, como le decía él a su casita.

Lo tenía bien agarrado de la mano porque aunque hiciera más calor que la chucha y me sudara hasta el poto, me daba caleta de miedo que me cogotiaran otra vez.

Si, con el Lucas quedé terrible sicosiao, no salí solo como en una semana.

Le intenté meter conversa varias veces al rusio pero no me pescaba ni en baja por ir pegao al celu y no es por ser celoso o pesao pero hace rato quería contarle algo y ni me pescaba.

— Oe yapo Chenle te estoy hablando hace caleta. — lo agarré de la camisa dejando de caminar para que me mirara.

— Chuta perdón ando en otra, ¿qué me estabai diciendo? — preguntó guardando su celu en el bolsillo del pantalón.

— Na oh, entremos será mejor. — hice una seña con mi mano apuntando hacia su casa.

Pa mi que ni cacho que ya habíamos llegado y si no lo paraba seguro que seguía de largo.

— Ya pero no te vayai en esa flaquito, te pido perdón desde lo má sagrado de mi corazón nunca má mi rey se lo prometo. — se acercó agarrándome las manos y me dio un besito.

— Ya weno, me compraste. — le sonreí correspondiendo su beso.

Finalmente se separó sonriéndome devuelta, vi como buscaba algo en su mochila sacando unas llaves con un diseño de gatito.

Naaa que tierno.

Abrió la reja y esperó a que pasara para cerrarla, iba a repetir la misma acción con la puerta pero lo agarré de la mano impidiéndoselo.

— ¿Sentís ese olor? — pregunté mirando pa todos lados.

— Deben ser los vecinos. — dijo, restandole importancia con la mano.

— No, es olor a quemao brigido.

Y justo cuando terminé de hablar la puerta se abrió de golpe dejando ver a un Lucas más asustao que yo cuando mi mamá llega con el informe de notas. Tenía el pelo terrible desordenado sumándole que andaba en pijama y detrás de él salía caleta de humo.

— ¿QUÉ WEA TE PASÓ? — exclamó la princesa (Chenle).

— LOCO AYÚDAME CASI ME MUERO. — se le colgó del cuello lloriqueando.

El rusio entró entero urgio a la casa con el Lucas y yo siguiéndolo por detrás.

— Hermanito mira yo te dije que no me pusierai na a hacer weas tan difícile, yo te dije que podía ir a comprar las bebidas pero noo me teniai que poner a cocer los tallarines. — habló afligido.

— ¡Pero cómo chucha se te queman los tallarines Yukhei por la cresta! — gritó el rusio con una mano en la frente tratando de calmarse y con la otra mostrando la olla con los tallarines negros.

El moreno lo miró con miedo y yo les juro que lo intenté pero no pude aguantarme la risa, demás que se escucho por toda la cuadra.

— SJFKAKGLSJRLSJR LOS TALLARINES PO.

— No te riaaai, si no le pego na mucho a la cocina yo. — habló medio tristón.

Ya si igual me dio pena.

— Pucha pero al menos lo intentaste, nanai compare se vienen tiempos mejores. — dije sobandole la espalda en un intento de consolación.

— Ya oh, ayúdenme a abrir las ventanas pa que se vaya el humo será mejor. Cago tu sorpresa Jisung. — habló mi rusio amurrao subiendo las escaleras.