Capítulo 3

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Revolution-The Score

—Blake, mi jefe quiere hacerte una oferta. Le has impresionado, nos, has impresionado.  Y no quiere dejarte escapar.—

Vale, lo admito tenía toda mi atención en ese momento.

—Quiere que te alíes con nosotros.—

—No te entiendo.—

—Es fácil, te vienes con nosotros. Trabajarás conmigo y con el resto, obviamente te pagaremos, es como un trabajo de después de clase.—

Lo miré con un gesto de confusión.

Él se dio cuenta porque se precipitó a darme mi espacio.—Claro que, te lo puedes pensar no hace falta que...—

—¿Cuándo vamos?—

Levantó las cejas.—¿Aceptas ya?—

—Si, por qué no.—Me puse en pie y caminé hacia el hueco por el que habíamos subido.—Eso de después de clase no me convence. Estoy expulsada.—

—¿Que qué?—

No le respondí, ya estaba bajando por el bordillo hacia el suelo.

Él se aceleró a bajar también y seguirme. Empezamos a caminar por la acera.

—¿Estás expulsada?—

Le ignoré por completo—¿Cómo vamos?—

—En mi coche, bueno no es mío es de Daph.—

—¿El mismo que usaste para secuestrarme?—

—Ese es el de todos.—

—¿Daph es la chica de pelo castaño?—

Se paró en seco y sacó unas llaves de un coche.
Se giró y me di cuenta que el coche era el que teníamos al lado, era negro, con ventanas oscuras que hacían que no pudieses ver a nadie que estuviese dentro.

—Ajá.—Abrió el coche con el mando que tenía junto a la llave, este hizo un sonido y se desbloqueó la puerta.

Me senté en el asiento del copiloto.

Se giró hacia mi asiento y me miró pensativo.

—¿Qué?—Dije secamente.

—No puedes ver el camino.—

—¿Por?—

—Porque aún no te hemos explicado nada e igual te echas atrás.—

—No lo haré.—

—Eso no lo sabes.—

—Vaya gilipollez.—

—Eres muy mal hablada, Blake.—

Me crucé de brazos contra el asiento como una niña con rabieta.

Sacó un trozo de tela negro y se acercó a mi para ponérmelo en los ojos.

Me lo puso con bastante más delicadeza que la primera vez, por lo que intuí que la persona que me lo puso cuando me secuestraron no había sido él.

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