De pronto Takemichi se vuelve extrañamente popular entre las chicas y debido a que es San Valentín muchas se le confiesan esperando convertirse en su novia todo esto trae la atención de cierto rubio quién empieza a odiar San Valentín.
Aclaración:
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Takemichi siempre tuvo muchos amigos y cada año hacía más, así que en San Valentín normalmente recibía una buena cantidad de chocolates lo cual le evitaba sentirse miserable por no recibir ninguno de alguna mujer.
Este año parecía que sucedería lo mismo pero entonces...
—¡Por favor acepta mis sentimientos! — gritó una chica castaña inclinándose y extendiendo una caja muy bien decorada de bombones.
Takemichi miró a ambos lados al asegurarse de que no estaba al lado de algún tipo guapo volvió a mirar a la chica.
—¿Yo?
La chica asintió tímidamente sin moverse un centímetro, Takemichi se rascó la nuca sin saber que hacer era la primera vez que una chica se le confesaba, con una sonrisa apenada rechazo lo más amable que pudo a la fémina.
Los ojos de la castaña se humedecieron, depósito en las manos del azabache la caja y se fue corriendo haciendo sentir mal al Hanagaki, nunca pensó que rechazar a una chica fuera tan terrible.
—¿Eh? ¿Ese no es Takemichi? — preguntó Chifuyu a lo lejos bebiendo una lata de refresco.
—¿Se le acaba de confesar una chica? — habló extrañado Mitsuya, trayendo la atención inmediata de cierto rubio cenizo.
—De seguro la chica perdió una apuesta o algo así — comentó burlón Baji.
—Espero que sea así — susurro de manera seria Mikey, Draken quien fue el único en escucharlo suspiro.
Takemichi al sentir tantas miradas volteó encontrándose con los ojos curiosos de casi todos sus amigos, intentó ir hacia a ellos pero entonces una multitud de mujeres lo rodearon, todas ansiosas de que el azabache recibiera sus chocolates.
Absolutamente nadie entendía lo que pasaba.
—Que mal gusto tienen las mujeres — soltó Kisaki ajustando sus anteojos, Hanma a su lado empezó a reír.
Se le hacia imposible que de pronto Takemichi fuera tan popular entre las mujeres, esto debía ser una cruel broma o algo así. Kisaki no era él único que pensaba así, casi todos los presentes intuían eso hasta el propio azabache.
Pero aquella "broma" no termino nunca.
El pupitre de Hanagaki estaba lleno de regalos, cartas de confesión y flores, eran tantas las cosas que Takemichi no pudo ni sentarse en su asiento, el profesor también estaba desconcertado al ver aquello y antes de dar su clase dió una charla sobre el bullying.
Takemichi sin duda alguna catálogo este día como el más extraño en su vida. Cuando ya era hora del receso, Takemichi intentó reunirse con Mikey o alguno de la ToMan los cuales siempre iban a la azotea pero antes siquiera que abriera la puerta de su aula fue rodeado de nuevo por otra multitud de mujeres y hombres.
