Dachs
Odiaba no conocer la cuidad, así sería más fácil conducir en ella a cualquier lugar, aunque creo que mis padres tratarían de impedir que lo manejase.
Una chica se acerco a mi sin darme cuenta, iba tan absorto en mis pensamientos que tampoco me había dado cuenta de que comenzó a llover, lo cual no me importaba mucho en este momento.
La chica del paraguas llevaba cubriéndome de la lluvia varias cuadras, ni siquiera se porque, no es como si la conociera, es mas no conozco a nadie de esta ciudad, llevo un mes desde que mis padres decidieron que era bueno mudarnos, lo que si he encontrado satisfactorio han sido las fiestas de instituto a las que me he colado y nadie se a dado cuenta.
Mis padres claramente fingen que no llego ebrio a casa casi todas las noches, no es como que sea algo nuevo para ellos, pero al menos deberían disimular mejor. De hecho, sino fuera por la lluvia ahora mismo estaría bebiendo algo en algún lugar de la ciudad.
El día rápidamente se había vuelto total oscuridad y una hermosa lluvia nocturna que no había presenciado hacia mucho tiempo.
Tome el paraguas de la chica y lo retire de nuestras cabezas, ella se giró a mi indignada por estar siendo empapada por el agua, vi mejor a la chica cuando un auto paso con las luces encendidas a nuestro lado, pude notar escudriñándola con la mirada que su cabello castaño se encontraba bastante desordenado y húmedo, por ello arrugo su nariz descontenta aun pude notar que es pequeña con la punta de esta algo elevada lo que la hace ver un tanto tierna, bueno, ella realmente era atractiva.
—Enfermaremos, debemos cubrirnos. —dijo he intentando tomar de nuevo el paraguas, así que lo aparte rápidamente, la tome de las manos a lo que ella me miro con desconfianza.
—Diviértete un poco, chica. —abre sus labios para decir algo, pero rápidamente los vuelve a cerrar. Le arrebato el teléfono desconectando los audífonos de este a lo que ella se alarma. —Calma, no soy un ladrón. —aunque no quita su expresión, desbloqueo su teléfono que fue más fácil de lo que creí y coloco una canción al azar.
Aprovecho para acercarla un poco a mi poniendo una de mis manos en su cintura y comienzo a bailar bajo la lluvia a un ritmo de la canción, ella parece no entenderlo al principio, se mantiene rígida, pero al cabo de unos segundos me sigue el paso, así pasan personas que nos observan con extrañeza mientras nosotros bailamos bajo la lluvia nocturna. Mientras la canción parece que describe mi situación.
—Vienna, ¿eh?
En un momento la hago girar con una de mis manos mientras la hago sonreír que por alguna razón también sonrió.
Estamos así un buen rato hasta que escuchamos un estruendo que la hace dar un pequeño salto.
—Creo que es hora de irnos. —dice y rápido toma el paraguas colocándoselo encima.
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La Chica del Paraguas Azul © 너의 밤 비
RomanceOlivia se ha aferrado a encontrar el amor, por ello durante 3 años ha tenido citas utilizando una aplicación, lo que no entiende es que el amor no se fuerza, este llega de una forma diferente a la que espera. ¿Quieres averiguar como llegará el amor...