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"Te quiero"

Tan solo dos palabras que podían causar que todo cambiara. Dos palabras que costaba arrancarse de las entrañas. Palabras que tal vez no fueran correspondidas.

Nada me importaba, solo quería que la tierra me tragara. Ella no podía verme, no sabía como me encontraba en ese momento, pero aun así casi instintivamente había enterrado mi cabeza entre mis piernas, dejando que por mi cabeza pasaran diferentes respuestas que podría haber mandado, con temor a ver la realidad.

No podía soportarlo más. La tenue luz del teléfono hizo que abriera lentamente mis ojos, justo tras pulsar el botón temblorosa.

Lo nuestro era simplemente imposible. Lo sabía. Pero, ¿qué podía hacer yo? ¿Por qué había caído enamorada de esa persona?

Maldito amor. Esa sensación confusa que hace que todo sea mas difícil y crea obstáculos en tu camino de una vida simple y aburrida. Que cuando no sale bien es capaz de hacerte mayor daño que una puñalada...

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El tiempo pasó, tan velozmente como de costumbre. Todo seguía igual, yo seguía viviendo en un deprimente mundo del cual podia escapar con tan solo coger mi teléfono.

La relación que teníamos seguía igual que siempre, no se vio afectada por mi "declaración de amor". Por una parte eso me reconfortaba, pero en el fondo no sabía si me había molestado la manera en que pasamos página, sin darle importancia a la cosa.

Ese día estaba en el salón, usando el gran ordenador que compré con mamá cuando aún nos llevabamos bien. Ese día estaba prácticamente sola en casa, ya era tarde y solo tenía la compañía de mi abuela, quien descansaba en su cama puesto que ya estaba bien entrada la noche.

Me recosté en el gran sofá de cuero que se situaba cerca del mueble en el que se encontraba el delgado ordenador y coloqué el teclado inalámbrico en mi vientre.

Subí el volumen del ordenador hasta que empecé a notar que estaba demasiado alta. Me daba igual que los vecinos se quejaran, quería sentir la música, esa era mi pasión.

Nada importa por la noche. Agarré la sexta botella de coca cola de esa noche y comencé a beberla como una posesa, directamente, sin vaso, simplemente bebía de la botella.

Inicié sesión en Facebook y me aproximé mas al ordenador, situando el teclado y el ratón en el reposabrazos, junto con mi cabeza, la cual se apoyaba en mi brazo izquierdo. No me gusta estar mucho tiempo en una pose, no me siento cómoda.

Entré en mis mensajes privados y seleccioné el chat que tenía con Panda, en el cual tenía un montón de mensajes que me había mandado al ver que no contestaba, intentando que los viera, que contestara rápido. Ella era así.

Eché una risita y puse entre paréntesis un simple "Estaba cenando", para después buscar entre los miles de mensajes el último que me había enviado de nuestro juego de rol.

Respondí lo más rápido que pude, no había pensado demasiado la respuesta, pero en ese momento no me encontraba lo suficientemente bien como para pensar mucho más. Tomé otro trago de coca cola y esperé a su mensaje. Así de "emocionante" es mi día a día.

No se cuánto tiempo llevaba alli tirada tecleando cual posesa. No sabía cuándo pararía. No tenía sueño, no quería dormir, sólo queria seguir allí tirada, contestando a sus mensajes.

De repente, un mensaje diferente al resto apareció en la pantalla.

"(Llevo bastante dándole vueltas a algo...)"

Me sentí extrañada, extrañada e intrigada. Mis ojos releían el mensaje, intentando saber que responder, pero acabe preguntando con un simple "¿Qué pasa?", lo más brillante que habia pasado por mi cabeza.

"(Creo que... Me gustaría...)"

Eso no mejoraba mucho la cosa. Era como una película en la que todo el mundo espera un hecho super interesante, pero ese hecho se hacía de rogar y no aparecía.

"(Creo que me gustas)"

Dejé la botella que sostenía entre mis manos. No sabía si eso era real o si simplemente era una broma pesada. En el fondo, anhelaba que fuera real.

"(¿De verdad...?)", respondí temblando. Sabía que no me encontraba bien, pero no podía dejar la conversación ahora.

La lista de reproducción paró, pero yo no hice nada. La habitación se inundó con un nervioso silencio que se introducía por mis oídos, produciéndome una sensación molesta.

No sería el escenario más romántico, pero aun asi, mi rostro se tornó algo rojo. En ese momento, la estaba creyendo, pese a no ver su cara ni escuchar esas palabras salir de su boca.

No quedaba nada de coca cola. Mi nerviosismo aumentaba aunque solo llevara unos cuantos segundos esperando respuesta.

"(Entonces... ¿Quieres... Salir conmigo...?"

Mis ojos se abrieron como platos. Ese rojo que había inundado mi rostro cada vez era mas intenso. Estaba casi paralizada, sonriente, mirando la pantalla y cubriendome parte de la cara con mi mano mientras con la otra escribía velozmente un "Claro que si...!" tras el cual abracé el cojín con fuerza y oculté mi rostro en el.

No era una película pastelosa, no era algo especialmente romántico, pero aun asi, era incapaz de abandonar mi sonrisa.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2015 ⏰

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