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Inicialmente deberían ponerse de acuerdo en cuanto a la distribución y sobre quien llevaría el presupuesto, pero se habían dedicado a vagar por el lugar conociéndolo.

No era demasiado grande, apenas entraban había un pequeño recibidor decorado con un par de sofás y una mesita de centro, algunos arreglos nada demasiado llamativo o estrafalario, frente a este se encontraba un enorme cristal que dejaba ver un precioso aunque pequeño jardín que le daba una espléndida vista, si continuaban por el pasillo de un lado podían encontrar la cocina y del otro lado el comedor y finalmente en las dos últimas eran un par de habitaciones, ambas muy similares, relativamente iguales.

― Elijo esta ― hablo Jaehyun ingresando a una de las habitaciones ―

Y por esa ocasión no dijo nada y simplemente entro a la propia, no era demasiado grande, tampoco pequeña, si la veía con claridad era bastante similar a la que tenía.

No tenía ánimos de desempacar, tampoco de explorar más el lugar, pero sabía que tarde o temprano tendría que hablar con el idiota que residía en la habitación de enfrente y lo mejor era anticiparse.

Camino hasta la cocina donde se dio cuenta de que estaba bastante sola, al menos en alimentos, porque en utensilios estaba bastante equipada, había un pequeño pizarrón en una de las paredes al lado del refrigerador.

― Reglas de la casa ― leyó sonriendo, aquello parecía para niños, él por lo menos las había entendido ― Esto parece un chiste ―

― Pero nadie se esta riendo ― escucho y estando solos solo podía tratarse del castaño que ingresaba a la cocina para sentarse en uno de los banquitos ― Diría que me parece increíble que aceptarás, pero francamente no me sorprendió, soy Jung Jaehyun, tu demonio personal por este año, claro si es que lo logramos ―

― Kim Doyoung ― se presentó ― Eso debe ser algo que anheles, que me retiré para que puedas volver a tu vida, principito de cristal ―

Si bien lo primero que Doyoung pudo observar, desde el otro lado de la barra, sentado en otro de los banquitos es que además de que el castaño era atractivo, era que tendría problemas, porque parecía bastante renuente a renunciar.

― ¿Por qué no renuncias tu? Después de todo, eres tu quien no parece soportara estar aquí ―

― Lamentablemente no confió en los de tu clase, tu abuelo es intachable, pero tu, no tengo idea de como seas ni que valores tengas ―

― Te puedo asegurar que más que tu ― respondió mirándolo fijamente para sonreír ― A mi no me castigaron obligándome a estar aquí ―

― ¿Qué? ―

― Vamos, no estas por voluntad, tampoco recibirás algo como yo porque no lo necesitas, así que solo queda que seas un niño mimado, berrinchudo, desobediente y estúpido al cual están castigando ¿Y sabes qué? Realmente la pasarás mal y yo no tendré que mover un dedo ―

Y por supuesto que aquellas palabras no le agradaron, ni la seguridad con la que las decía, tampoco el hecho de que supiera precisamente lo que hacía allí, acaso ese chico pensaba que era tan simple, quizás si estaba castigado, pero ahora él tendría que cargar con ese niño mimado, berrinchudo, desobediente y estúpido y al menos por un año, no podría deshacerse de él.

― Pues felicidades Doyoung ― ahora fue el turno de Jaehyun de sonreír ― Por un año entero, tendrás el privilegio de soportar a este niño y realmente espero que tu paciencia sea infinita, porque la necesitarás ―

― No te equivoques Jaehyun, que yo no ―

― Renuncia, desiste o atrévete a echar y perderás tu preciosa casa ― lo interrumpió seriamente ― Y lo primero que haré al recibirla es echarla abajo, así que replantéate el como me tratas ―

The Chance of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora