Capítulo 3: "Los Conrado"

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Tessa.

Priya dijo que no debía obsesionarme, pero me parece una petición ridícula de su parte, ella sabe que me voy a obsesionar con cualquier cosa que tenga que ver con recuperar a mi hermano.

Y no le estoy haciendo daño a nadie, solo lo miro desde una sana distancia, unas cuentas casas atrás. Este vecindario es tan tranquilo que nadie se molesta en investigar sobre un auto extraño con una chica dentro que come papas fritas y malteadas por horas mientras vigila una puerta.

Tuve que decirle a papá que conseguí un empleo como paseadora de perros en este vecindario para que no sospechara de por qué vengo aquí tantas veces, puesto que el auto guarda el historial del GPS. Está tan ocupado en su trabajo que no se molestó en hacer más preguntas y cree que es genial que por lo menos esté ocupando mi mente en algo que no sea Max.

Iluso.

Tengo que admitir que es un trabajo aburrido, eso sí.

Pero necesito por lo menos comunicarme con Max, necesito decirle que estoy aquí y que no lo he dejado solo, necesito asegurarme de que está bien, seguro y contento con el ambiente que lo rodea... simplemente no encuentro la excusa perfecta todavía para acercarme. Llevo tres días estacionándome en el mismo lugar, a la misma hora. Lo veo entrar cuando su tío lo trae, el chico que Priya dijo que se llama Nick abre la puerta, lo saludo y luego nada, hasta la hora en que su tío lo recoge de nuevo y lo lleva a casa.

Son unos pésimos niñeros, ni siquiera lo llevan al parque.

Sin embargo, las pocas veces que lo he visto, parece normal, no extremadamente feliz, pero sereno y calmado... siempre ha sido un niño tranquilo, retraído y lo he visto hablar con las personas que lo están cuidando; es un gran avance para él.

Mientras me como una hamburguesa de McDonalds en mi cuarto día de espera en que algo pase, noto movimiento en el área; hay alguien parado en la puerta de los Morgan. Una chica rubia. Toca el timbre varias veces y trae a otro niño con ella, el cual debe tener unos diez años. No puedo ver bien desde donde estoy así que bajo del auto; los noto hablando mientras yo me posiciono detrás del árbol del jardín del vecino.

La chica rubia y Nick tienen una conversación corta antes de que él vuelva adentro y regrese afuera con una niña de su mano; tiene la edad de Max. Seguido de ella, puedo ver a Max salir de la mano de la niña que parece entusiasmada. Esta lo jala afuera mientras él se deja llevar.

—Oh, pobre Max —murmuro, porque sé que Max nunca le dice que no a ninguna niña, todas sus amigas en la escuela son niñas y lo tratan justo de esa manera.

Una persona más sale de la casa; asumo que debe ser Michael Morgan, la otra persona a cargo de Max... es muy parecido a Nick pero con el pelo más ondulado. Sonríe y se le forman hoyuelos, tiene un brazo entero tatuado, cuyos diseños no logro distinguir bien. Solo unas letras; Diana. Es más alto que su hermano a pesar de que sé que es menor que él.

Estoy tan concentrada mirándolo y detallándolo que cuando todos voltean en mi dirección, me exalto sin saber que hacer por unos segundos. Muy tarde me escondo detrás del árbol del vecino y trato de respirar normal de nuevo, pero la urgencia de hiperventilar es demasiada. Los puedo escuchar acercándose.

La rubia dice—: La noté desde que toqué el timbre. Estaba mirando hacia aquí todo el tiempo.

—No debe ser nada, una nueva vecina tal vez —dice despreocupado uno de los Morgan.

—Más vale investigar ¿No? —dice otro. Creo que es Michael, su voz es más profunda.

Corro hacia la puerta del vecino, saltando por encima de sus rosas y llegando justo al pórtico. Los veo entonces pasar frente a la casa y miro alrededor, no sabiendo si fingir que vivo en esta casa o no, podría tratar de tocar el timbre pero no sabría que hacer si alguien contesta ¿Qué diría?

La niñera de al lado [GDN II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora