A la salida del aeropuerto oriental, una asiática corriente de aire coreano golpeó brutalmente mi liso rostro libre de imperfecciones gracias a la nueva loción de noche bb cream con ácido hialurónico y extracto de cola de mofeta. Los niveles del mal eran sorprendentemente inferiores a los que encontramos en Ekuèstrya, sería fruto del arduo trabajo de Yerma sensei y sus secuaces; el equipo cohete (liderados por Godofredo Besos).
De camino a un respetable café donde tendría lugar una reunión del club de fans oficial de Mani manitas, un suscriptor de nuestro blog de filosofía aplicada a construcciones de lego nos apeló en medio de la vía pública de Seúl. Tenía Jimi por nombre y una cara belfa que hizo que me sobrecogiera tras una primera impresión sobresaltada ante tales curiosos rasgos. Me tomó unos segunditos el poder abrir mis fauces para pronunciar unas palabras de agradecimiento torpes e insinceras, pues la mirada insinuante que el constructor de legos tenía sobre mí hacía de mi corazón tripas. Miré a Manza-sama, buscando que su nobiliario conocimiento de las relaciones intrahumanescas me ayudase a mantener una conversación normal con este ser descabelladamente homunculoso. A pesar de ser coreano (no soy racista, pero reconozco la superioridad de mi raza ante los amarillos) tenía mucha... labia. ¿Lo pillan? Es que soy muy chistoso.
Al no tener más que decir, dejamos al coriano en paz y él con aire receloso sacó su teléfono inteligente y comenzó a reproducir una canción que sonaba tal que así:
"Essa novinha é terrorista, é especialista
Olha o que ela faz no baile funk com as amigas
Essa novinha é terrorista, é especialista
Olha o que ela faz no baile funk com as amigas"
No contento con bendecir nuestros oídos con su hermosa melodía, también nos agració con su baile; el gangnam style. Nos giramos abruptamente y las lágrimas brotaron de nuestros ojos, sin darnos cuenta habíamos inundado la calle de Sejong-daero. De pronto apareció en escena el mostro del rap, que llevaba en sus bolsillos una balsa construida con palitos de helado y pegamento infantiloide (y clavos.) Nosotros, entre nerviosos y exaltados jadeos mientras dábamos brazadas para mantenernos con vida, le gritamos que por favor nos echase una pata. Sin embargo, el celoso y mentalmente torturado Mostro del rap nos pidió una cosa a cambio, el hombre había aprendido mucho sobre el arte de la negosiasion gracias a los tomos de Amazonia primo, una novela para internautas emprendedores. Desde entonces, Jimi dice que no es el mismo. Subimos a esa balsa con la condición de que grabásemos un tiktok con ellos y con unas camisetas de "I love Korea uwu". Nosotros, EVIDENTEMENTE, les imploramos que por favor no nos obligasen a hacerlo, ya que somos extremadamente caucásicos, pero ellos no atendieron a nuestras plegarias y nos forzaron a apropiarnos culturalmente de dicho atuendo.
Apretando los dientes y tratando de evitar que mi agraciado orbe derecho desprendiese una pequeña lágrima de frustración, comencé a moverme al ritmo del este famoso baile que hacen los críos de hoy en día, ese que se lleva mucho ahora llamado el "renegade", haciendo un gran esfuerzo por imitar el contoneo de la cinturita de avispa del belfo Jimi que se encontraba detrás de la cámara. Era un espectáculo bochornoso, como si de un vídeo de Naim Arrecho se tratase.
Conseguimos zafarnos de aquellos insistentes admiradores de nuestro hermoso blog galardonado con cuatro premios watty y un premio a los influencers del año, y remamos con mucha elegancia en búsqueda de un bar en el que poder ahogar nuestras penas, ya que con el anterior suceso habíamos perdido mucho tiempo y nos era imposible llegar a la reunión de fans del habilidoso Mani, donde discutiríamos sobre si "Los muebles de IKEA y sus consecuencias han sido un desastre para la raza humana" con gente muy informada al respecto.
De este modo, nos refugiamos en el primer bar que encontramos, el cual llamó nuestra atención pues tenía un elefante muerto al lado de su puerta. El local tenía unos 74 escalones de bajada para dar a la zona de espectáculos, donde había un humilde escenario. Yo pedí un zumo de pis de gato con trocitos de fresa silvestre (ya que estaba a dieta) y la ilustre Manza-sama un batido de base de savia de abedul y trozos de queso parmesano. Al cabo de 12,3 minutos comenzó a sonar una canción un tanto grunge, abrí Shazam y vi que se llamaba "Mi gente" de un tal J Balvin, que me transportó a mis tiempos mozos, en los que era emo y mi flequishito lasio, que por aquel entonces estaba cubierto de tinte azul, me llegaba hasta mi prominente ombligo. Para nuestra sorpresa, el artista que actuaba ese día no era otro que el bonaerense Jorge Mario Bergoglio, también conocido como Papa Francisco!!!!! Não acredito galera kkkkk.
Sus desternillantes chascarrillos desencadenaron tremendas ovaciones cuando concluyó su monólogo. He de decir que su humor especialmente crítico y ciertamente ofensivo con los celíacos me resultó brillante y hasta agudo. Manza y yo caminamos alegremente hacia el camerino del pobre hombre para rogarle por una firmita suya en nuestro libro de firmas de disneilandia. Sin embargo, no pudimos salir de nuestro asombro cuando el hombre nos dijo que en realidad su nombre era ZSIMONN y no nos podía ofrecer una firmita ya que su familia era jurío. El sonido de nuestros corazones siendo aplastados por su tosca indiferencia ante nuestras súplicas revivió al elefante que se encontraba abatido en la entrada del local. Tras ver la huida poco neurotípica del argentino, sacamos las jitenshas del peto máxico de doramion y retomamos nuestra travesía hacia la frontera de Corea del Sur con Corea la buena.
Podría relatar la larga travesía que recorrimos en esta curiosa nación, sin embargo, ante la cruda y desgarrante realidad que envolvía este asíatico país oriental, mis palabras no desean salir del fondo de mi garganta. Están presas con un candado de indiferencia y sufrimiento que no desearía abrir, por lo que he preferido omitirlas, y hacer uso del recurso literario sobreutilizado de la elipsis para avanzar hasta donde, por fin, llegamos a esta frontera entre dos coreas tan dispares y, a la vez, sobrecogedoras. Frente a una de las casetas azules se encontraba nada más y nada menos que el ilustre músico de reconocimiento internacional; Osgualdo Plata que, con una modesta guitarrica y sin zapatos que oprimiesen sus delicados piesitos, nos cantó una pieza salida directamente de su corazón <3. Fue entonces cuando supimos que era el momento idóneo para proceder con el enterramiento del atractivo dictador hediondo de Al Awja; Sadam-kun.
La escena semejaba un cuadro surrealista, casi pintado por el mismísimo Auronplei. Como pinceladas grotescas en el suelo, el cadáver de nuestro querido boquita de piñón teñía la tierra de un color deprimente y un hedor poco apropiado para alguien de su clase social. Sin embargo, las lágrimas que brotaban de mis ojitos brillantes como el atardecer, y los orbes de Manza-sama, que parecían una piedra alba salida del videojuego famoso Puchimon Spaghetti al Pesto no nos dejaron ver con claridad el desenlace de la travesía que habíamos emprendido para honrar el deseo de nuestro amigo. Cuando el ritual funerario se cerró, la canción hortera de Osgualdo Plata dejó de sonar, El Tango de los Anos silenciaba y cerraba una etapa amarga más en nuestra cruda existencia. Con el sonido de fondo de las bombas de Corea la Buena, me prometí no confiar en nadie más y, haciendo de tripas corazón, tomamos la jitensha y cruzamos a un lado más próspero.
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El aciago camino del Conde Kurt CoByron Shi
Historical FictionEl Conde Kurt CoByron le cuenta a un entrevistador nipón la procedencia de su majestuoso nombre, que supone un punto de inflexión en la vida de nuestro protagonista, quien rememora momentos de su vida enmascarados de un halo de misterio. Quédate par...