"¿Existen las maravillas?"
Todos los cuentos que nos han leído de niños terminan felices; las princesas con sus príncipes, los animales hablando felizmente, pero este es uno quizá un tanto diferente.
Park Jimin, un jóven apuesto, rubio, de tez blanca sutilmente besada por el sol, ojos de un verde grisáceo que enamoraba, labios y sonrisa que te hacían querer sonreír también, sin duda el delirio de cualquier señorita, fácilmente podría casarse. El problema era que al rubio le iban las mujeres solo como amigas, en cambio, los hombres, bueno, esa era otra historia.
Estudiaba letras, quería algún día ser escritor, era uno de sus sueños más ambiciosos y sin duda, lo lograría.
Aquí, en pleno siglo XXI, estaba más que dispuesto a ser grande entre los grandes.
Pero había un pequeño obstáculo; Para su madre, tener 26 y no estar casado era un problema, es por eso que ahora iba junto a ella en camino a visitar a una amiga, con el único fin de que el jóven propusiera matrimonio a la hija de esta; Kim Jiyeong no era mala persona, era buena chica, modelo de muchas marcas famosas, dulce, amigable y con facciones dignas de una muñeca de porcelana. Pero, ella no era un él.
—Mamá, por favor.—Intentó quejarse.
—Nada, ya llegamos, sin rechistar.
Park Misuk, dueña del imperio más grande de Corea bajaba de una limusina negra, junto a su hermoso hijo, algo digno de admirar.
—Oh, Misuk, que grata tu visita.
La señora Kim salió de su recinto, era una casa rodeada de viñedos, bastante rural, perfecta para el gusto del rubio.
—Hana, me agrada mucho verte.
—Hola señora Kim.— Hizo una reverencia ante la señora frente sí.
—Jimin, mírate, todo un galán.
—Por supuesto.— Park Misuk no juzgaba a su hijo por ser bisexual, no, ella quería que simplemente se case, fuera con un hombre o una mujer.
—Pasen pasen, mi esposo está dentro y, Jimin, Jiyeong está atrás en los robles, puedes ir.
Miro a su madre buscando aprobación y permiso para ir, cosa que consiguió. Bien, sería relajante.
Al pasar por la parte trasera podías ver un sinfín de robles, gigantes, bien cuidados en los que un muy joven Park, de seis y una Kim de cinco podían jugar horas y horas.
—Jiyeonie.
La vió sentada dibujando, apenas le oyó levantó la cabeza, sonrió y corrió en su dirección.
—Minnie.
Se abrazaron con total delicadeza.
—¿Cómo haz estado?— Ella fue la primera en separarse y preguntar.
—Ya sabes, lo de siempre.
Y es que ser el hijo único con una madre deseando nietos a mitad de tu vida es algo agotador.
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Maravillas ✓ [KM]
Random"-Aquí no hay nada de 'Maravilloso' vete y no vuelvas. -P-pero... -He dicho que te vayas, te encontrarán y cortarán la cabeza, no puedo dejar que eso pase, dulzura" 📍Kookmin y mención a otros personajes. 📍Reteling de Alicia en el País de las Ma...