תוהים והוא

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“Maravillas y ¿Él?”

Miedo y terror, eso sentía y es que, desde que cayó por esa madriguera de conejo, llegando a ese lugar supuestamente maravilloso, no había visto ninguna maravilla en absoluto. Debió hacerle caso al sombrerero, ese chico de cabello cobrizo, ojos bicolor y de nombre Jungkook, quién desde un inicio le dijo que se regresara.

-¡Agh!- El de sombrero dió un grito al sentir como era jalado de sus cabellos. La reina lo había encontrado y ahora quería té, mismo que el rubio llevaba corriendo por sus venas, no pudo protegerlo ¿De que había servido todo? Si al final, ella había encontrado a su dulzura.

Ahora, viendo como el chico parecía tener una crisis y la reina reía sin prestarle atención, pudo zafarse e ir con el rubio.

—Ve, me verás en tus sueños.

—P-Pero ellos no s-son reales.

—¿Y quién dice que no, dulzura?

Casi al instante, fue retenido nuevamente, con más fuerza tiraron de su cabello, pero eso solo le dió más impulso para alentar al rubio a huir.

—¡Jimin, corre, ve lo más lejos que puedas y nunca vuelvas!— Otro grito, otro jalón de cabello.

El rubio pareció reaccionar por un momento.

—P-pero tú...

—¡Olvídate de mí, vete dulzura, vete muy lejos de aquí. YoonGi llévatelo!
Así, el gato de franjas violetas e índigo hizo aparecer su cola, era al único del grupo que no habían atrapado. Con lágrimas en los ojos, dolor en el pecho y corazón, dió una última mirada a sus amigos; Jin la liebre y Taehyung eran sujetados de sus orejas, mientras que Namjoon y Hoseok, gemelos tan iguales pero distintos, estaban encadenados contra el piso, finalmente el chico que le cautivó desde que llegó, apenas cruzaron miradas lo sintió, era su amor, pero ahora, lo veía con ojos llorosos y sonrisa dolida.

—Sigue siendo un niño, Jimin. 

Le dolió, demasiado para ser cierto, sin más corrió, siguiendo a aquel gato tan extraño, debía salir de ahí, pero antes escucho un último grito de aquel a quien su corazón pertenecía

—¡Te veo en diez años!

Luego, se escuchó una orden; La reina había salido de su propia ensoñación.

—¡Qué no escape, corten su cabeza, de ahí sale el mejor té!

Esa fue su señal, para correr, correr y jamás volver a aparecer por aquellos lares. Sin más se fue, dejando atrás la mitad de su corazón y posiblemente, la única persona que había realmente amado en su vida.

En el presente

—Y, fin.

El rubio Park de 36 años había terminado de leer su libro a su sobrino, un pequeño rubiecito con enorme imaginación.

—¿Y que sucedió con el YongWan, tío Mimi?

—Hasta ahí llega la historia, Beom.

—P-Pero, él tiene que volver con el sombrerero.

—Luego, es hora de ir a la escuela. 

Ambos Park se subieron al auto del mayor, este había cuidado a su sobrino el fin de semana y debía llevarlo a la escuela donde su hermano le recogería.

Beomgyu amaba leer sus libros, mismos que eran número uno en cada lista en que entraban. Si saga, más famosa se titulaba “Maravillas” quiso de alguna forma, poder retratar e inmortalizar a aquel hermoso sombrerero que siempre vela por su seguridad en su visita.

Dejó al pequeño y se fue a un parque cercano, amaba pensar y estar en la naturaleza era algo que le ayudaba de sobremanera.

Pensó, en las cortas visitas que ha tenido en aquel lugar llamado País de las Maravillas, mismas que no duran más de diez minutos, pero para él y su amado eran más que suficientes.

Jugaba con su anillo, el sombrerero tenía uno igual, a modo de no olvidarse.

Ahora, era un gran escritor infantil e ilustrador, conocido. Su madre aún quería que contrajera matrimonio, pero para si, nadie estaba a altura de Jungkook, absolutamente nadie.

Mirando a los niños jugar y al horizonte, vió unas conocidas orejas blancas de conejo, saltando y revoloteando, esa era su señal para seguir a Taehyung, momento de ver a su amado.

A Jimin le encantaría acabar esta historia con un final donde el y Jungkook puedan estar juntos lo más feliz posible. Pero eso es algo que descubriremos más adelante.

Por lo que resta, Jimin fue y se lanzó con total confianza por aquella madriguera de conejo, sabiendo que, al llegar, una mirada bicolor le estaría esperando con total amor y cariño.

No sabía si cada vez que visitaba aquel lugar era en sueños o realmente existía, pero no importaba mucho, ni a él ni a nadie debería, porque al final ¿Quién dice que es real y que no?

Así, Jimin conoció las maravillas, mismas que crecerán con él y Jungkook juntos.


Fin.

Maravillas ✓ [KM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora