Capítulo 3: El viaje

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-Aun sigues aquí?- la verdad es que no esperaba esa reacción y ahora me siento tan estúpida por haberme quedado, seguramente él quería que me fuera.

Pero ahora no hay de otra mas que afrontar lo que he hecho, con la frente en alto y con mi orgullo intacto hasta el final o eso es lo que espero.

-Si bueno dijiste que me podía quedar y -hago un encogimiento de hombros- aquí estoy 

-No, lo siento, es solo que me has tomado por sorpresa, para ser sincero no creí que te quedarías

-Si, bueno, yo te quería decir que me quedare aquí, contigo- lo ultimo lo digo bajo esperando que no lo escuche, porque esto se esta poniendo un poco incomodo, pero si lo escucha 

-Que bueno que hayas decidido quedarte- me da la espalda y se dirige al sofá y regresa con unas bolsas en las manos- Esto es tuyo- me las entrega, dudo en tomarlas, pero al final lo hago

Revisó lo que ahí en su interior y me quedo muda, me ha comprado ropa.

-Yo, - carraspeó- Gracias, no te hubieras molestado

-No es ninguna molestia y tampoco es como si tuvieras más ropa, no puedes ir por ahí con mi ropa- claro era eso, aprieto los labios y me voy directo a la habitación para así poderme quitar su ropa.

Alessandro

Miro como se adentra a la habitación y yo me quedo de pie junto al sofá, como un imbécil por no saber que decirle, soy un idiota pero como podía reaccionar a esto que estaba pasando.

Se quedo conmigo, y ahora ¿ que ? ¿ que hago? ¿Cómo actuó? ¿ que digo? , no se que se supone que debo a hacer en este tipo de situaciones, ponme un arma y te diré y enseñare que hacer con ella, descuartizar ni se diga, peleas, coches, droga hecho, pero como llevar esta situación en eso ponganme una equis en rojo.

Me acerco a la cocina y miro que en una charola aun ahí comida, pincho un poco de fruta y me lo llevo a la boca, miro en el momento exacto cuando sale de la habitación y me quedo sin aire en los pulmones, es como si me hubieran dado un puñetazo en el estomago sin previo aviso, porque se ve simplemente maravillosa, es preciosa por decir lo menos.

-Oye eso era mío- reclama viendo que me comido su desayuno

-Creí que ya no te lo comerías, que por eso me lo he comido yo, pero si aun tienes hambre podemos pedir más 

-No importa, ya no tengo hambre de todas maneras- no se a movido de donde sea parado

Me levanto del taburete y camino hacia ella

-Te queda de maravilla la ropa- se sonroja, pero no me agacha la mirada si no que me observa con esos ojos de sirena 

-Gracias, supongo

-A lista tus cosas que nos vamos

-A dónde?

-A casa- camino hacia la habitación, pero antes me detengo, se me olvido preguntarle- ¿Y el maletín donde lo has dejado?

-Esta en la habitación- giro haber dentro de la habitación, pero no hay nada- Debajo de la cama

Se me hace inevitable no soltar una carcajada y ella se sonroja un más, parece un tomate

-¿Por qué lo has metido ahí?

-Me a parecido una genial idea, no podía dejarlo solo ahí, que tal que entraba alguien y lo robaba o saber que le podía pasar que voy a saber yo, jamás he tenido demasiado dinero ni sabia donde ponerlo- dice atropelladamente y sonrojándose aun mas por la vergüenza 

Y efectivamente ahí se encuentra el maletín, lo saco y lo dejo sobre la cama

-Anda, salimos en media hora mas o menos - ella al escuchar eso corre al baño y saca la ropa con la que la traje, sin embargo, la tomo en entre sus manos y la tiro a la basura

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