-1-

12 3 0
                                    

Había sido una semana terrible, la galería había tenido dos exposiciones esa semana y el lugar estaba hecho un desorden, las pinturas caras rápidamente volaban, mientras que las extrañas más tiempo en aquel lugar pasaban, las tormentas empezaban a hacerse presente en Copenhague, las intensas lluvias solían causar estragos en las ventas de la galería, era un día estrepitoso, Isabel la encargada de la galería solía hacer el típico rondín revisando que todo estuviera en orden, mientras que los demás empleados se preparaban para ir a casa y dejarle el lugar a Joe, el cuidador, mientras que por su parte Isabel entró a la única habitación apartada de las demás pinturas, para encontrarse con aquel extraño joven que solía pasar sus noches contemplando aquella pintura con un toque estrafalario.

-¿Nuevamente estás aquí?- dice, ella suspirando, mientras el joven meneó la cabeza con fingida sorpresa.

-Perdón, no sabia que estabas tú, normalmente Joe me deja estar aquí- menciona el joven viendo apenado a la chica.

-Lo sé, pero es necesario que estés frente a esa extraña pintura?- lo mira con preocupación.

Eran las tres de la mañana, recién acababa un evento del lugar y aquel extraño joven caminaba por ahí, el mismo que viene cada noche, este que suele sentarse frente a aquella vieja pintura, para perderse en su inmensidad, misma que destacaba por tener distintas figuras pintadas, constelaciones y un carnero en el fondo, pintado en óleo rojo que se rumora que es sangre humana, las figuras negras denotan cenizas en ellas, y los trabajadores del lugar han tratado acercarse, sin embargo este desaparece en el menor descuido del presente, a excepción de dos personas que parece ser son las únicas que han podido dialogar con este extraño espectro. 

Muchos dicen que es el autor de la obra, pero otros mencionan que la pintura está maldita y aquel hombre es el espectro que la custodia. Nadie sabe con exactitud cómo llegó la pintura a la galería, pero lo que sí se sabe es que la misma se encontró envuelta en periódico, escrito en el "cuida de ella", aún se desconoce si era sangre.

-Ah, Isa tienes unos momentos para hablar?- la miró fijamente el joven sentado.

-Claro, acaso quieres hablar del pasado de la pintura?- se sentó la joven al lado de él.

-¿Realmente te interesa saber acerca de ella?, ¿no quieres conocerme mejor a mi?-replico el chico.

-Me interesa saber de ti, y de la pintura pero siempre desapareces cuando te lo preguntamos, acaso es tan hórrido lo que hay detrás de todo?-.

El joven no supo qué responder, se quedó atónito ante la respuesta de su compañera de habitación, era obvio que él quería hablar acerca del cuadro, sin embargo sabía que aún no era tiempo de hablar de aquello, pero su conciencia lo carcomía, tanto misterio lo aturdía sin embargo para que Isabel entendiera tenía que escuchar una larga historia, lo que se temía es que después de saberlo dejara de frecuentar y de ayudarlo.

Suele resultar extraño que un lugar donde abunda la vida y la alegría se llene con el aroma  de la muerte y la lenta agonía, la gente suele esconder secretos, sin embargó no se suele hablar de los mismos, por algo son secretos, el misterioso joven se cuestionaba el por que seguía yendo a aquella galería a pesar de que han pasado tantos años de lo ocurrido, sabe con certeza que hablar de aquel suceso no traerá mas que desgracia, y atendiendo a los rumores, si, el es quien custodia aquella dantesca pintura. 

Las pinturas del zodiacoWhere stories live. Discover now