Capítulo 2

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Al día de hoy, con catorce años que habían pasado de esos primeros días en su relación, ChanYeol solo podía asegurar ese último comentario porque más que ver a BaekHyun como un amigo, sentía que podía llamarlo su mejor amigo.

Desde entonces, se habían vuelto uña y mugre. No importaba que BaekHyun viviera a kilómetros de él, en un mundo diferente al suyo y no siempre pudieran verse. Siempre que había tiempo, BaekHyun iba a sumergirse hasta llegar al monte a buscarlo y sacarlo de sus deberes o hacerlo gritar de emoción por saber que ese era otro día donde podría salir con su amigo mestizo.

Tal como lo decía, el tiempo había pasado para ellos, y por más que los juegos y las exploraciones en las profundidades se convirtieran en pláticas entre arrecifes, a pasos de la costa, sobre rocas o en los alrededores del monte, BaekHyun había conseguido acostumbrarlo a tenerlo.

Las visitas ya no eran espontáneas. En un punto, donde tanto BaekHyun como él comenzaron a avanzar sobre todo en sus estudios para ser las personas que querían según sus ideales–que a veces compartían, entre conversaciones a horas de la noche, mientras juntos veían las estrellas en un amplio cielo sobre ellos–, se redujeron los espacios que llegaban a tener, y los horarios fueron estableciéndose para ambos, porque no podían darse las mismas escapadas como antes.

Eran jóvenes todavía, pero ChanYeol sabía que, como él, BaekHyun había crecido y la vida de adulto no estaba tan lejos para ambos.

"¿Y es por eso por lo que BaekHyun no ha estado por aquí estos últimos meses?" Al hablar justamente de aquello que les había estado pasando, ChanYeol miró a SeHun para darle un asentimiento.

Era extraño haberse acostumbrado también a tener al príncipe heredero rodeándolo en sus actividades, pero la edad y las responsabilidades de cada uno habían traído diversos cambios, no solo como los que acababa de mencionarle. SeHun era otro caso, como futuro rey, nadie nunca habría creído antes que podría siquiera dejar el castillo si no fuera con algún guardia o ante el conocimiento de sus propios padres.

Sin embargo, la rebeldía se había vuelto aliada de SeHun, y aunque ChanYeol no lo apoyara en sus intereses, no podía quejarse porque fuera a buscarlo en sus escapadas de sus tutorías y clases. Ya no era responsabilidad de su padre DongHae, así que tampoco debía preocuparse por eso. Y quizá estar con él le había parecido mejor a muchas personas en el castillo, porque por más que los regaños llegaran en los momentos que era encontrado, siempre podían reducirse de saber que estaba con él. Con su amigo, uno de los hijos del jefe de la guardia real, pues al final ChanYeol también había sido educado en defensa para reaccionar si algo llegaba a pasarles.

Su padre EunHyuk tenía la tranquilidad de que pasara tiempo a su lado a saber... que el príncipe heredero se hubiera escapado y no llegaran a encontrarlo con él. Al menos una que otra vez incluso le habían dicho que con él, SeHun aprendía algo. Ya fuera porque a él lo encontrara cumpliendo sus propias responsabilidades o estudiando.

Como ahora podía, en medio de esa práctica de su labor de vida–o como BaekHyun lo llamaría, su carrera universitaria–, al sur del Pueblo La Perla, en un alto monte a solo metros de su casa, donde atendía a una mamá delfín y la revisaba en su embarazo avanzado.

Probablemente a SeHun poco y nada podía importarle de importunarlo mientras él mantenía a la señora delfín acostada y él palpaba su vientre para sentir al pequeño animalito dentro. Sin embargo, algo debía ver y conocer de las especies que iban y venían–pertenecientes a su pueblo, por más que las especies fueran diferentes y no se comunicaran de la misma manera–, porque llegaban a agradecerle hacerle aprender algo en sus escapadas a SeHun, ¿cierto?

Como ya podía esperarse, no había muchas personas de su edad en esa área, y menos estudiantes que pudieran hacerle compañía en su labor de aprendiente. Había sido difícil llegar hasta ahí ahora, a ChanYeol se le había vuelto complicado seguir estudiando y encontrar su labor de vida para con su pueblo si consideraba que su educación no era tan centrada y establecida como BaekHyun le había contado en el mundo humano. No obstante, algo había encontrado y en medio de eso, había hallado su pasión incluso cuando fuera difícil salir de las tutorías con su padre DongHae hasta ser el aprendiz de la vieja partera del pueblo.

El deseo de la perla azul [BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora