Epílogo

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Aun cuando ChanYeol no celebrara Navidad porque esa festividad no existía en su mundo, si estaba preparando en ese momento su cueva en el monte luego de asistir a una mamá vaquita marina de haber dado a luz a su cría, era porque BaekHyun iba a festejar la fiesta con su familia.

Si bien había pasado un año desde que BaekHyun alguna vez le hubiera dicho que debía decidir vivir en uno u otro mundo al que se había expuesto durante toda su vida, los cambios que habían pasado en medio de eso... habían sido bruscos para ambos.

No solo para BaekHyun en la necesidad de adaptarse a una nueva vida, lejos de su familia, trabajo y amistades. También hubo cambios para él. En la situación de haber perdido a la vieja partera Shin, el trabajo de partero del pueblo se le había pasado, y de la misma manera, después de haber tenido la oportunidad de confesar sus sentimientos con BaekHyun, había logrado conformar algo con él, a querer algo más que solo un noviazgo o citas.

Si consideraban que ellos ya se conocían por toda una vida, salir no había hecho mucho la diferencia. Solo había unos cuantos besos más, toques repentinos, experimentar un poco junto al otro en aquello que ellos querían congeniar y entenderse para estar juntos...

Entonces, las cosas se habían dado solas. Como BaekHyun había terminado sus estudios y se había graduado en el verano anterior, no le tomó un minuto más quedar en la superficie. Y literalmente, ni siquiera pudo hacerlo, porque tan pronto su fecha límite de llegar a una edad adulta lo estaba alcanzando, BaekHyun comenzaba a pasar por muchos altibajos.

A veces ChanYeol había recibido a BaekHyun en la costa casi inconsciente, porque se había estado ahogando en el camino que corrió hasta allá. La transformación era inminente.

Pasar su día a día en tierra no era lo mismo de antes. Lo había hecho solo para despedirse de sus familiares, hablar bien con ellos sobre la decisión que estaba tomando, y de la misma forma, conseguir no dejar cabos sueltos, porque al final tardaría en regresar a superficie por un rato.

Por eso ahí habían estado: en el mar, mientras intentaban acoplarse a la nueva vida que BaekHyun debía sobrellevar ahora que su decisión estaba clara. Y cuando fue definitiva la situación de quedar en ese mundo, ChanYeol solo había traído el mayor cambio en sus vidas.

"¿Y si vivimos juntos?"

No sabía siquiera cómo se le había ocurrido preguntar eso, pero al estar tratando los retortijones que a BaekHyun le daban por los cambios que estaba pasando su cuerpo de una forma más definitiva–BaekHyun decía que era como si fuera un niño otra vez, aprendiendo a controlarse y transformarse en tritón solo ahora su cuerpo se estaba habituando a otra composición que iba a dejarse por más tiempo, por eso dolía tanto (aunque era por algo bueno, con el tiempo, esos dolores desaparecerían)–, con la molestia de tener a EunHyuk y DongHae queriendo meter sus cabezas en lo que estaban haciendo (casi como si pensaran encontrarlos con las manos en la masa... que tal vez casi habían hecho, pero con ellos siempre apareciendo, ¡obviamente habían dejado de intentarlo!), solo le trajo la idea y no pudo contenerla.

Al tener a BaekHyun dándole la espalda, casi hecho una bolita sobre su cama, fue lento el encontrarse con sus ojos de nuevo. Sin embargo, la sonrisa que le dio el nuevo tritón de ojos violeta fue casi la misma que había conocido en un principio. Estaba llena de aquello que tanto le gustaba.

"¿Adónde me llevarás a vivir, ChanYeol?"

Había sellado su destino con eso. La búsqueda de un lugar en el monte no fue difícil, había siempre cuevas disponibles ante su inmensidad. Y aunque realmente vivían casi debajo de sus padres, eso al menos les había dado el espacio para no tener a los adultos intentando averiguar si algo malo estaban haciendo mientras los dejaban solos.

El deseo de la perla azul [BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora