My jealous and possessive Friend °Kookv°

11

Cuando entro a mi antigua habitación, no me esperaba encontrar ésta tal y como lo había dejado antes de mi partida. La cama, los cuadros, los peluches de diferentes colores ubicados encima de la cómoda en una esquina, los libros que había ganado en una feria y me las había leído más de 20 veces seguían como nuevos y sin una pizca de polvo ordenados perfectamente en la repisa de madera al lado del armario.

Me siento en la orilla de la cama con sábanas recién lavadas, detalle que lo supe al instante por el olor a lavanda que desprendían. Miro al lado izquierdo de la habitación, y mis ojos se detienen en un cuadro en especifico, ubicado sobre la mesita de noche.

En ésta se podía ver mi yo de quince años, con una enorme sonrisa y mirando hacia la cámara. Pero no es eso lo que capta realmente mi atención, si no la persona que tenía al lado y me abrazaba con sus dos brazos por la cintura, sus ojos en comparación con los míos no se centraban en la cámara, más bien en mí.

Él...

Jungkook.

Su cabello en ese tiempo era un tanto largo casi llegando a sus hombros, pero en la foto está no se podia apreciar muy bien porque sobre la cabeza tenia  una gorra negra de algodón. Su sonrisa se podía ver tan grande como la mía, marcando unos imperceptibles hoyuelos a los lados de sus mejillas. Sus dientes delanteros lo hacían parecer tanto a un conejo, que suelto una risa al recordar lo mucho que le molestaba que lo comparara con ese animal en especifico.

Dejo de mirar el cuadro cuando escucho la puerta de la habitación abrirse y dirijo mi mirada a ésta. Jimin asoma un tanto su cabeza mostrando una adorable sonrisa, que se lo devuelvo y le hago una seña con la mano para que pasara.

"¿Estás cansado?" Pregunta nada más sentarse a mi lado en el colchón.

Le muestro una pequeña sonrisa" un poco...pero no como para ponerme a domir ahora" el asiente con la cabeza ligeramente. Sus ojos recorren cada detalle de mi rostro, y luego de un rato los aparta para mirar sus manos apoyadas en su regazo.

Mi ceño se frunce ante esa acción, y lo miro confundido y un tanto preocupado cuando lo oigo soltar un bajo suspiro.

"¿Sucede algo, Jiminie?" llevo mi mano a su hombro y le doy un ligero apretón tratando de que volteara su rostro para mirarme, y funciona.

"Extrañaba tanto escucharte llamarme así..." pronuncia en un murmuro entrecortado.

Muerdo mi labio inferior, y con mi mano apoyada en su hombro lo atraigo a mis brazos para estrecharlo contra mí cuerpo en un cálido abrazo. Su cuerpo se sacude por los sollozos que empieza a liberar, y un nudo se empieza a crear en la punta de mi garganta.

"P-por las llamadas también te nombraba así, ¿no?" No podía evitar que mi voz saliera entrecortada.

"Sí, pero es totalmente diferente en persona...qu-que por una llamada telefónica ¿sabes?"

Asiento con la cabeza comprendiendo y le acaricio la espalda en un suave vaivén con mi mano derecha. Mi pecho se sacudía por los sollozos que aún soltaba, y el nudo en mi garganta no hacía más que incrementar.

"Lo sé. Pero debes de tener en cuenta que ahora en adelante eso ya no sucederá, y que ahora en adelante te nombraré así todos los días sin falta porque ya no me voy a ir, ¿ok?" Su rostro se alza unos centímetros y apoya su mentón en mi pecho mostrándome un acentuado puchero.

"¿Deberitas, deberitas?" Murmura y no puedo evitar soltar una risa ante los recuerdos que me invadieron ante esa palabra soltada.

Hago un sonido con la garganta en confirmación y le pellizco su labio inferior abultado "Deberitas, deberitas"