Evelyn Betzabe
México, 18/12/2021
Taehyung y Jungkook son dos adolescentes que no siguen la corriente de los patrones definidos. No encajan del todo en el entorno que les ha tocado vivir, o con la gente con la que les ha tocado coincidir, cada uno a su manera. Entonces, un día, por casualidad, Taehyung se ve obligado a sentarse junto a Jungkook en el autobús y... nada. Se caen fatal en sima de Jungkook Y a pesar de ello, sí, se acaban enamorando, a primera vista , eso sí, pero con la intensidad con la que solo los adolescentes viven todas sus experiencias.
Efectivamente, si se trata de buscar una historia original, que tenga un argumento complejo y que no sea predecible, esta quizá no es la mejor candidata, y aun así, no dejaría de recomendarla si me preguntan. ¿Tiene algo de romance?. Y posiblemente ese algo sean sus protagonistas. La química entre ellos es tan inmediata, tan inesperada (incluso para ellos) y tan intensa, que resulta absolutamente conmovedora e irresistible. Qué ternura más enorme.
Por mucho que la autora parece renegar de Romeo y Julieta , esta es una historia de Romeo y Julieta en toda regla, pero sin el encaprichamiento infantil, o casi, y sin el final trágico, o casi, porque el final «dramático» ya se anticipa en la primera página, así que te pasas todos los capitulos y pico restantes esperando a que algo irremediable separe a estos dos adorables personajes.
Hay otro elemento que ha hecho que devore esta historia sin descanso: el modo en que la autora evoca constantemente los siendo army y las películas o series asiáticas me parece totalmente adorable. Sin darme cuenta se me dibujaba una sonrisa nostálgica cuando Jeon Jungkook le dedica la carta que cambiará la vida de Taehyung, un bravo por la autora que valiéndose de los tópicos propios de cualquier historia «de instituto» que se precie (la nueva, el chico majo, la arpía, el matón, el profesor enrollado...) ha conseguido crear una historia conmovedora y sincera. La intensidad de las emociones de los protagonistas es abrumadora y, sin embargo, real y creíble. Qué preciosa lección de tolerancia y valentía. Y de amor, claro.