La realidad que somos

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Levantó la cabeza de entre mis brazos. Otra vez me he quedado dormida en clase. Nada nuevo.

- Si sigues así no llegarás ni a graduarte Alice. - Y esa es Gigi, o mejor dicho, Gianna, la chica que se sienta en el pupitre de al lado , también conocida como la persona más importante de mi vida desde los 14.

-Joder, mi puta cabeza - dije intentado acostumbrándome a la horrible luz del aula.

Mientras la profesora decía nose que de las presentaciones para la semana siguiente, yo y la clase entera ya nos estábamos levantando y saliendo de allí.

- Dios mío como odio biología, aghhh.- dijo Gigi dándose golpes en la frente con los libros y libretas que sujetaba con ambos brazos.

Yo me quede en silencio sin decir nada porque, la verdad, no tenía ni ánimos para responder, me sentía exhausta.

Me pare en mi taquilla y saqué las llaves para abrirla.
Gigi, al verme en tan terrible estado empieza a despojar sobre mi comportamiento últimamente.

-Joder Al, es que no puedes salir de fiesta un jueves por la noche y pretender venir al insti al día siguiente como si nada. Para estar así, era mejor que te quedases en tu casa para descansar. Sabías perfectamente que viniendo no harías nada productivo.

Me giro para mirarla a la cara y veo que no está nada contenta con la actitud que llevo estos últimos días. Y no la culpo, si ella también hubiera estado casi dos semanas saliendo prácticamente cada noche y luego viniendo al instituto con la intención de dormir en cada clase, yo también estaría igual.

-Mi madre vuelve en tan solo 3 días, creo que tengo que aprovechar al máximo la única libertad que he tenido en mucho tiempo.- digo para seguidamente bostezar sin siquiera taparme la boca con la mano.

- Toma anda, te ayudará al menos un poco con la resaca. Pero primero vamos a la cafetería, te tomas un cafe bien cargadito y luego vamos a ir a mi casa, te darás un baño caliente y llamarás a tu madre para preguntarle que tal el viaje- Dice mientras me pasa una pastilla que descubrió hace unos meses por tiktok que supuestamente te quitan la resaca en menos de 30 minutos.

- Pff, sabes perfectamente que esas pastillas son un timo que flipas. Y además, no puedo, ayer conocí a un tipo que me regaló una entrada para la discoteca Epic, así que tengo que ir a prepararme...- Intento escaquearme yendo hacia la salida pero Gigi me coje de la sudadera y me impide seguir caminando.

- Mira Al, me da igual que tengas entradas gratis o que tengas planes, no puedo seguir viendo como hechas a perder todas tus calificaciones por culpa de estar por allí todas las noches. Te vas a tomar un descanso y vamos a repasar juntas al menos para el examen de mañana.- Me dice Gigi poniendo un brazo en mis hombros y llevándome hacia su coche.

Al final no tengo otra opción que aceptar ir con ella y hechar a perder las entradas gratis que tenía para esta noche.

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Después de una larga bañera y una sesión de manicura en casa de mi mejor amiga, nos ponemos a estudiar en su amplia cama.

2 horas más tarde, la señora Henderson nos trae la cena a la cama. De mientras, Gigi y yo guardamos todos los libros y nos ponemos a charlar mientras comemos.

-Joder, entonces, el tipo de las entradas cuantos años tenia?- Me pregunta Gigi.

- Me dijo que tenia 24, aunque estoy al 100% segura de que tenia unos 28 o más, pero bueno, yo también le dije que tenia 22 cuando tengo 17- comentó mientras bebo un vaso de agua entero.

Gigi se ríe al mismo tiempo que casi derrama toda la cena de la bandeja.

-Ehhh! Cuidado animal! Se te derrama algo en tu nueva colcha y tú madre te asesina viva- le digo y ella para de reír.

- Es que aún no entiendo porque siempre te tiras a hombres que casi duplican tu edad. Ósea TENEMOS 17!!! Los tíos de nuestra edad no están tan mal.

- Pff, creo que prefiero maduritos. Además, los de nuestra edad la mayoría son unos capullos...- digo mientras me tumbo en la cama, dejando prácticamente mi cena entra en la mesilla de noche.
Gigi me imita, con la única diferencia que ella sí que se come toda la cena entera.

- No creo que debas asociar a todos los de nuestra edad por culpa de una mala experiencia con uno, ademas, Michael no tenia 17, tenía 19 pero había repetido.- Me tenso bastante al recordar su nombre.
Michael, mi exnovio.

La historia de Michael y mia no es tan mala como puede parecer. Nos conocíamos en el antepenúltimo curso, cuando repitió curso por segunda vez. Era el típico niño rico que lo tenía todo, con una familia muy influyente ya que su padre es jefe del bufete de abogados mas importante de la zona.  Empezamos a salir y yo tenía tan solo 15 años y él 17. Estuvimos muy bien los dos juntos durante el primer año. Pero al segundo año empezaron los celos, las típicas peleas de pareja y todo lo demás. Si, todo como la típica relación tóxica de las películas. Pero cada vez era todo más raro. Él empezó a tratarme como una princesa, era como que de repente yo era el centro de su mundo. Poco a poco nuestra relación fué mejorando. Cada vez que estaba con él me olvidaba de todo, literalmente. Cuando estábamos juntos en su piso, me acuerdo que el empezó a consumir ciertas drogas que no quiero ni comentar, pero me acuerdo que más de una vez me incitaba a ingerir ciertas drogas diciendo que sería muy diviertido probar cosas nuevas y todo eso. La primera vez que lo probé, no estuvo tan mal, aunque luego no me acordaba de nada de lo que habíamos hecho, aunque me lo imaginaba. Luego, al cabo del tiempo, le intenté decir que no, pero me acuerdo que empezó una gran discusión de que si era una aburrida, que solo pensaba en hacer cosas muy básicas y nose que mierdas. Pero yo cada vez desconfiaba más y más. Nose es que tampoco me gustaba mucho eso, luego estaba días que me encontraba fatal. A Michael nunca le sentaban mal, ósea literalmente parecía como nuevo, como si no le hicieran efecto. Pero me acuerdo que un día dije basta.
Luego llegó ese día. Yo llevaba semanas sin que me bajase la regla y con vomitos asi que fuí a ver al médico. Y, es que aún no asimilo todo lo que me dijo.
Me acuerdo que, después de varias analíticas, me pudieron confirmar que debido a ciertas sustancias, padecía de anemia y encima, había perdido la capacidad de tener hijos. Yo siempre había sido la típica persona que dice que no quiere tener hijos, que quiere ser un alma libre, pero, creo que al final, siempre había habido ese pensamiento de que no estaría tan mal tener a alguien con tus mismos genes y que siempre estuviera a tu lado. Me acuerdo que me derrumbé. Me odie a mi misma por haberme dejado convencer de hacer esas cosas que ni me agradaban. Odie todo el tiempo que estuve consumiendo sin ningún tipo de control. Pero sobre todo odie a Michael por darme algo que ni siquiera era consciente de lo que conllevaba hacer ese tipo de cosas. Me acuerdo que al día siguiente de enterarme de eso, corté definitivamente con Michael.
Fue todo muy drástico, y me dolió, por supuesto que me dolió, ya que me costó mucho acostumbrarme a no estar con él, pero con el tiempo me di cuenta que jamas lo había querido ni un poco. Nose, creo que estuve con él por el mero hecho de que me hacía sentir mas mayor. Pero, igualmente, Michael siempre me ha transmitido como malas vibras, nose es raro talvez pero es como si algo no me cuadra de él. Pero bueno, al menos ahora puedo decir que ya no he vuelto a consumir más drogas. Bueno, si que bebo alcohol de vez en cuando, y también suelo fumar, pero nada de pastillas, ni hierba, ni nada.

-Se Que no todos los tíos son igual y todo eso pero, realmente, ahora mismo solo me interesa dormir.- Digo mientras bostezo. Gigi no dice nada y apaga la luz