Capítulo Cinco.

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Doyoung.

—Qué estás haciendo aquí?— dije incrédulo, no había visto a mi papá hace, ¿Cuánto? ¿Más de tres meses?
Y definitivamente ver como se estaba usando las pocas joyas que le quedarían a mi mamá, no era algo para nada agradable.

—Hola hijo, tanto tiempo...

Tanto tiempo mis cocos, weon ladrón.

—Ya te dije, ¿qué haces aquí? Fuera— intenté sonar lo más autoritario posible, y el viejo culiao me miró como si quisiera reírse de mí, que no empiece porque soy totalmente capaz de pegarle un puñetazo para sacarlo de la casa. —Y deja las weas ahí, no se como tienes cara pa' sacar las cosas de aquí, ¿te echaron del trabajo por ser un drogadicto culiao? ¿O que? Ah ya se, quieres cumplirle los caprichos a tu otra esposa joven, y no querí decirle que no tení ni donde caerte muerto, porque erí un pobre weon q-

Y, sipo, me pegó sendo cachetazo. No me sujeté el lado de la cara, ni me puse a llorar como pasa en las novelas. De hecho, se la devolví, y más fuerte, creo yo.

—Qué te creí conchetumare? Soy tu papá, cabro weon. Me respetas porque me respetas, ¿me escuchaste?— me gritó a lo flaite sobándose la cara, falta que saque una cuchilla ahora, parece cualquier maleante de la calle, no un papá decente.

—Que voy a andar respetando a malayas hijos del pico, vo no eri nada mío, así que te vai ahora o llamo a los pacos— saqué el teléfono y fingí anotar el 133, aunque en verdad estaba anotando el teléfono de uno de mis conocidos mas brigidos, por si es que este weon realmente me hacia algo.

Y que, si igual los pacos no hacen niuna wea, pero con algo tenía que amenazarlo, aunque si hubiera sido por mí, lo amenazo con un cuchillo, con una pistola, lo que sea. Me llevo mal con mi mamá, si, pero ese weon que se hace llamar a papá cuando le conviene, no puede venir y sacar weas de aquí como si tuviera ese derecho. Y menos mal que lo pillé chanchito, nota mental: buscarme un pololito pa hacer unas moneas y cambiar las chapas.

—No se que estaba pensando cuando me metí con la maraca de tu mamá, pero vo, pendejo, no me tratai así. Y ni se te ocurra contarle nada a nadie, ¿entendiste?— iba a responderle otra vez, pero me golpeó en la cara con la mano en la que tenía un anillo, y sentí unas gotas de sangre calientita bajar por mi mejilla.

La última vez que tuvimos esta discusión también me había golpeado, pero es primera vez que hay sangre de por medio, aunque solo hayan sido unas gotas. Como todas las discusiones que hemos tenido, dejó las cosas que tenía encima listas para llevárselas y se fue, sin que pudiera sacarle la mierda ahora si.
Y mamá seguía durmiendo profundamente en el sillón.

Con una mueca de dolor en el rostro, busqué mi teléfono y le mandé un mensaje a la primera persona que estaba en mi bandeja de entrada. Taeyong.

taecito
quiero puro verte mñn
<3
ojala q vayas
17:02

doyoung
¿puedo llamarte?
17:11

taecito
obvio bb ;)
17:12

—Hola Tae, ¿estás ocupado?— le preguntó tratando de contener mi voz de dolor. Tampoco quería darle lástima, realmente lo único que quería era que alguien me escuchara. Y Taeyong parecía la mejor opción.

—Para ti, nunca. Espera, ¿estás bien?— me preguntó preocupado, sonreí un poco. Era bueno saber que alguien estaba ahí para mi. Aunque sabía que también podía hablarlo con mis amigos, pero las cosas habían sido tan incómodas desde que llegó esa cierta persona a incordiar mi vida, que ya no estaba seguro de confiar en ellos, por más feo que suene.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2023 ⏰

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