Capitulo 8

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Paso número 8: Hablar con el Señor Osorio.

Minutos antes del tweet de María.

—¿Estás bien?.— pregunto el rizado, joaquín asintió para después irse a sentar en la cama de Diego—. ¿seguro?

—Si.— respondió el menor—. ¿que haces aquí?

—Supongo que lo mismo que tú, tal vez.— respondió Emilio para después sentarse a su lado.

—¿María también te invitó a comer?.— pregunto el menor, Emilio negó levemente soltando una pequeña risa.

—No, Diego me mando mensaje para que le ayudara en algo, ahora veo que fue una trampa para dejarnos encerrados.

—Ah, ¿si?, fíjate que no me di cuenta.— respondió el castaño, luego de algunos minutos de silencio Emilio hablo.

—Oye Joaquín.

—Uhm.

—¿podemos hablar?.— le pregunto el rizado, Joaquín se volteo levemente.

—Pero ya estamos hablando,Emilio.— respondió el menor soltando un leve risa.

—Me refiero a lo de...

—No, ya te había dicho que no.— le respondió el castaño—. ¿además para que quieres hablar de eso?

—Solo escúchame está vez, por favor.— Emilio tomo la mano de Joaquín para que esté no se parara y se alejara de él.

—adelante, te escucho.— hablo el castaño.

—¿Te acuerdas del plan que teníamos? confirmar nuestra relación el 23.—el menor asintió—. mi papá se enteró y no quiso, te juro que le insistí, me dijo que debía terminarte o tu carrera y la mía se arruinaría, lo hice por ti, tenías muchos proyectos por delante y no iba a arruinarlos, por eso tengo una relación con ella por un contrato que me hizo firmar mi papá.

—Pudimos salir de esto juntos Emilio, siempre lo hacíamos, éramos una pareja y nos apoyarbamos el uno al otro, y tú lo sabías.— los ojos de Joaquín comenzaron a cristalizarse.

Por el otro lado de la puerta, María, Nikolas, Diego, Elaine, Azul, Ale y Emmanuel, escuchaban la conversación recargados en la puerta.

—shhh cállate chino, no dejas escuchar el chisme.— Nikolas le dio un golpe en el brazo a Diego y este soltó un quejido para después devolvérselo.

—Ya callense los dos.— hablo María en un susurro—. oigan, ya no se escuchó nada.

—Si esos dos hacen el delicioso en mi cama, ustedes me van a lavar mis sábanas.— hablo Diego.

—Que te calles, diego.— todos susurraron hacia el chico de ojos rasgados.

Los fornidos brazos de Emilio rodearon el cuerpo de Joaquín con cuidado y delicadeza, sintió el cuerpo del contrario tensarse, y lo escucho soltar un pequeño sollozo sintiendo su corazón comprimiendose, Emilio recargo su barbilla sobre la cabeza del menor mientras escondia su rostro en el cuello de Emilio una vez que acepto su abrazo causándole cosquillas debido a que el castaño temblaba levemente.

—Siempre voy a estar contigo, moco.— el castaño elevó su rostro mirando al rizado.

El corazón de Emilio dió un vuelco al verlo con las mejillas empapadas en lágrimas sumamente rojas, pequeñas lágrimas aún deslizándose por sus mejillas su nariz adquirió un tono carmín, Marcos llevo una de sus manos al rostro de Joaquín y seco sus lágrimas.

Sus miradas fueron conectadas inmediatamente luego de aquello, haciendo que las mejillas de Bondoni se sonrojaran un poco —aunque no se notaba tanto gracias a que había llorado—, y Emilio sonriera con ternura, acariciando su mejilla y luego acomodando los pequeños rizos del castaño.

Emilio cerró sus ojos con lentitud, acercándose lentamente hacia Joaquín, quien con la respiración un poco agitada gracias los nervios, cerró sus ojos de igual manera, sintiendo la suavidad y dulzura de los labios de Emilio juntarse con los suyos.

Emilio bajó su mano por la cabeza hasta el cuello de Joaquín, Marcos llevo una de sus manos y la posicionó en la cintura del menor, haciendo que el rizado sonriera entre el beso, acariciándolo por sobre la tela de su camiseta con delicadeza.

Al pasar unos pocos segundos, los dos chicos se separaron con cuidado y unas muy leves sonrisas adornando sus rostros. Emilio plantó un corto y suave beso sobre los labios de Bondoni, para luego juntar sus frentes y volver a cerrar los ojos.

—Te quiero, Emilio.— susurró el castaño, Emilio abrió sus ojos al igual que su contrarió.

—¿Veinte de diez?.— Joaquín sonrió aún abrazado al mayor.

—Veinte de díez.

María al ver aquello cerró la puerta lentamente y volteo hacia los demás, comenzó a dar pequeños saltos al igual que los demás.

—¿Si vieron?.— preguntó la ojiverde intentando no soltar algún grito de la emoción, los demás asintieron—. okey, es tiempo de hacer otra cosa.

María había sacado su celular para hacer un pequeño tweet y después entrar a WhatsApp.

Cuando Juan le dio una respuesta afirmativa a la chica, se despidió de los demás y salió de la casa de Diego cuando el uber llegó, entro al auto y este arranco con dirección a Televisa.

Una vez que María llegó bajo del auto al pagarle al conductor y camino rápidamente hecha una furia hacía la oficina del Señor Osorio.

—Hija, hola.— Juan la saludo con una gran sonrisa, la cual María no correspondió haciendo que el Osorio frunciera el entrecejo.

—¿Podría decirme por qué?

—¿Eh?

—Detener la felicidad de su propio hijo con la persona que ama, ¿que le pasa? ¿acaso su novela no le dio un ejemplo? ¿no le enseño a ser papá tan bueno como pancho? al parecer tomo el ejemplo equivocado y quiso ser un audifaz, ¿por qué?.

—No es algo que a mi hijo le convenga María.

—Pero no es su vida, es la de su hijo, a quien él haya decidido amar es muy su pedo, no el de usted, lastimó a Emilio y Joaquín, su hijo está con alguien que no ama y más mediante a un estúpido contrato.—la chica estaba que explotaba de la rabia y Osorio lo sabía pues el rostro de la chica estaba un poco rojo y una de las venas se hizo notar en la frente de la chica.

—Se lo dije a Emilio, eso arruinara su imagen, por eso lo empareje con esa muchachita.

—¿O arruina la imagen de ustede? Además usted no tiene que meterse en las relaciones sentimentales de su hijo, ¿ya vio como esta? perdió el brillo de sus ojos y esa bonita sonrisa que lo caracterizaba, cambio en muchas cosas y usted parece no darse cuenta, antes de ser su productor es su padre y parece que no le importa ni un poco la felicidad de su hijo

Osorio la miro sin emitir palabra, solo se quedó observando a la chica.

—Creame que por esta, que Emilio volverá sonreír como antes, por qué yo lo ayudare a ser feliz y me vale madre que tenga que tumbar su imagen de buen hombre, compromiso—. La chica abrió la puerta de la oficina y salió de esta dando un portazo.

Soltó un suspiro y saco su celular, presionó la pantalla y detuvo la grabación de audio.

Paso número 8: Hablar con el Señor Osorio. ✔

Paso número 9: Obtener a como pueda la libertad y felicidad de Emilio.

Maria's Plan :: EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora