°•°Algo grande°•°

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-hey, a si que tú eres Karl, ¿He? —Se quedó mirando al chico de pies a cabeza, cruzándose de brazos.

—Si, ese mismo, tú debes ser Sapnap, es un nombre algo extraño.. pero me gusta bastante -Habló mirándolo con picardía, dando a entender su atracción por lo que no fuera común.

-Me alegro escuchar eso, dulzura -Aclaró su garganta y se fijó en la pequeña caja de pasteles que traía. -oh! Veo que traes algo para degustar~—

Karl sonrió ampliamente, alejándose un paso de el moreno, dando a entender que se alejara del pastel

-Estaba pensando usar esto para el final de nuestra cita- mencionó el chico con ojos brillantes.

-ja, bien, no puedo esperar para comérmelo contigo incluído —Puso una mano en su bolsillo y de este sacó su teléfono, abriendo una pequeña lista que tenía en sus notas. -Hablando de la cita, hice un pequeño recorrido para todo el día que, pensé que al leer tus gustos en el sexo, podrían gustarte...

El de cabello marrón miro a aquel hombre con ojos brillantes. Esa idea le gustaba mucho la verdad. El contrario estaba siendo bastante atento con sus gustos, y eso le llamó mucho la atención.

-¡Acepto con mucho gusto! -Chilló emocionado, poniéndose a su lado. guiame a nuestro primer destino~

Apenas Sapnap escuchó eso comenzó a caminar con su acompañante, bastante a gusto.

Si es que lo había repasado bien, Karl le gustaban mucho los animales, y a la ves los dildos grandes que no fueran capaces de entrar completamente en el, a si que tenía planeado el lugar ideal. Tenía sus contactos a si que no había problema.

Luego de varios minutos caminando, llegaron a un pequeño estadio, lo suficientemente grande para mostrar que era para carreras de caballos. Entraron por un lugar apartado a la entrada principal, y fueron directamente a los establos. Sapnap se quedó hablando con un sujeto mientras que Karl miraba curioso y asombrado a los corceles que correrían en unas horas más.

Una vez el de cabellos azabache le pagó a ese señor, fue hacia Karl y tomo el pastel, dejándolo en una mesa apartada para que nadie la viera. Abrazó al menor por la espalda, acariciando su cuerpo por sobre la ropa.

- ¡O-Oye! ¡¿Que haces?! -Exclamó el menor exaltandose por los toqueteos indebidos de el de mayor tamaño.

―Relajate Karly, tengo que tenerte excitado para esto... —Lentamente bajó una de sus manos a su entrepierna, masajeando está por sobre el mini short de su cita.

Karl comenzó a suspirar, sonrrojandose bastante por lo que el contrario le estaba haciendo, casi a la vista de todos! Y digo casi ya que, por suerte, nadie miraba, pero era una sensación de adrenalina tan grande el echo de que en cualquier momento alguien podría voltear y darse cuenta de todo lo que estaba pasando. Eso lo calentó tanto, que su parte baja comenzó lentamente a clamar atención.

-Eso es... -Dejó de tocarlo una vez escucho que el sujeto se acercaba con un caballo semental detrás de el. Sonrió y recibió al caballo, dirigiéndose rápidamente con Karl y el animal a un establo que estaba en el último lugar, dónde nadie podría ir.

Una vez entraron, cerró las puertas y acaricio a aquel gran animal de pelaje rubio.

—Oh, ¿Que haremos aquí? —Dijo algo ansioso, notando que el animal tenía una notable erección.

-Bueno lindura, se que te gustan las cosas grandes y los animales, a si que pensé ¿Por qué no juntar los? —Amarró lentamente al caballo en una madera sobresaliente, y le hico cariño para calmar su calentura ansiosa.

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