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Katsuki Bakugou e Izuku Midoriya se conocen desde que nacieron. Sus madres eran amigas de toda la vida, y a pesar de que Inko Midoriya lo haya pasado muy mal por ser una omega abandonada por su alfa, además con un bebé, está nunca se sintió sola. Siempre fue apoyada por su mejor amiga Mitsuki, una omega dominante con mucho carácter, pero que era lo más dulce y cariñoso con su amiga peliverde. 

Es por ello que, Katsuki e Izuku, eran tan buenos amigos, y siempre andaban juntos. Lo más curioso era lo sobreprotector que era Bakugou con el pecoso desde tan temprana edad. No dejaba que ningún niño quedase solo con el, y muy a menudo montaba berrinches por ver a su amigo jugar con otros niños.

Es a la edad de 4 años que Bakugou escuchó por primera vez una historia sobre destinados. Y como si su cabecita atase todos los cabos, decidió que Izuku era el suyo. Razón por la cual ya no se separaba del niño bajo ninguna circunstancia. 

Nuestro pequeño Midoriya era muy tímido, y amaba con locura a su gruñón amigo. Pero es que además lo admiraba muchísimo, sobretodo cuando a sus 4 años éste mostró su quirk. Su amigo peli ceniza era increíble, su quirk era muy genial, era capaz de crear pequeñas explosiones con las manos. Pero él sabía que llegaría muy lejos y que su don solo estaba comenzando, iba a ser muy poderoso. 

El sueño que ambos cachorros compartían era el ser héroes. Izuku tenía un fanatismo con All Might, que a veces hacía que Kacchan, como lo llamaba el pecoso de forma cariñosa, se pusiera muy celoso. Aunque tenía que admitir que All Might era un superhéroe muy guay, es por eso que le prometió al pecoso que llegaría a ser mejor que él.

– Escucha Izuku, algún día yo seré mejor que All Might. – dijo el rubio, elevando la barbilla y sacando pecho, mientras colocaba sus bracitos en jarras y ponía sus puños en las caderas. Adoptando una pose muy heroica.

– Kacchan sugoi!! seguro que lo consigues, eres el mejor. – dijo el pequeño mirando a su amigo con total admiración.

– lo se, y por eso eres mi destinado. Solo el mejor puede tenerte de omega. – dijo muy seguro de si mismo.

Izuku se quedó un momento en shock, algo en su pecho empujaba muy rápido, y sentía el estómago jugar. Se puso muy feliz ante la declaración de Kacchan.

– Kacchan tu crees en los destinados? – dijo muy emocionado, porque a parte de de las historias y cuentos de héroes, otras que le encantaban eran las que hablaban sobre parejas destinadas.

– Pues claro, tu eres el mio. – Bakugou se acercó a donde estaba sentado Izuku en la alfombra de su cuarto, y se posó a su lado, mientras cogía una figura de un héroe y se ponía a jugar junto al peli verde como si fuera lo más normal del mundo.

Al rato el pecoso se percató de una cosa muy importante de la conversación anterior.

– Kacchan pero yo no sé si soy omega, ni si tu eres alfa. Todavía no nos han dicho nuestro segundo género. Y si yo no soy omega o tu no eres alfa? – dijo cohibido mirando hacia sus manitas cerradas fuertemente en sus pantalones.

– Haa! Me estas subestimando? Pues claro que seré un alfa, tonto. Soy Katsuki Bakugou. Y con lo torpe y pequeño que eres tú, seguro que eres un omega.

Izuku en vez de sentirse ofendido por los adjetivos que utilizó su amigo para describirlo, se puso muy feliz, porque creía al 100% en todo lo que decía Kacchan. Y si lo que decía era cierto eso significaba que podría estar con él para siempre.

Ω

El tiempo fue pasando, y cuando llego el cumpleaños número 6 de Izuku, un médico confirmó su más terrible miedo. No poseía ningún quirk. Lloró como nunca y se encerró en su cuarto durante días. Él quería ser un héroe y todos le decían que no podía serlo sin un don.

¿Destinados compartidos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora