𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿 || 𝗦𝗽𝗮𝗿𝘁𝗼𝗿

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Trollino, un simple amigo que no se apartaba nunca del pelirrojo, un obstáculo en el camino del castaño para conseguir el amor del antes nombrado. 

Desde hace meses que ambos se habían vuelto demasiado cercanos y aún no sabía el porque pero temía que fuera porque tuvieran ahora una relación más profunda que una simple amistad. 

Pero ¿Y si así fuera que? El no podría hacer nada para que se separarán, además, no querría hacer nada, solo podría hacer lo que mejor sabe hacer: llorar, como si esa fuera su solución a todo, como en esta ocasión. 

[...]

Salió rápidamente de la cafetería con los ojos húmedos, señal de que nuevamente lloraría, apretaba fuertemente la bolsa con su pedido mientras corría con dirección a su hogar, necesitaba estar solo. 

Al llegar fue recibido por su mascota, Bruno, quien casi le tiraba su desayuno al saltar encima de su dueño. 

—Quieto Bruno, déjame poner esto en la mesa y te sirvo tu comida ¿Okey?— El can al escuchar la palabra "comida" corrió en dirección al patio donde se encontraba su plato —Si que tienes hambre— Le sirvió un poco de sus croquetas al can y se acomodo en su sofá para desayunar revisando su celular. 

Entro a la primera aplicación que se le apareció: Instagram y comenzó a revisarla, no había nada nuevo a decir verdad, solo fotos nada interesantes, para el, de gente famosa a la que seguía o de sus amigos, como algunas fotos que público Mike de la última salida que tuvieron el día anterior. 

Se detuvo en una foto en específico, una algo chistosa, Raptor siendo aplastado por él, sonrió ante la foto recordando ese momento, si el pelirrojo no le hubiera quitado esa papita frita de su hamburguesa el no se le hubiera tirado encima, de a poco su sonrisa se borró, ese había dudo uno de los pocos momentos que estuvo cerca al mayor en todo el día. 

Nuevamente sintió una punzada en el pecho, siguió bajando cada vez más hasta pasar todas las fotos del día anterior, pero seguían apareciendo fotos de Raptor por todos lados, con algo de furia apagó su celular y lo arrojó al otro extremo del sofá. 

Ya le estaba hartando todo nuevamente ¿Por qué no podía quitarse a Raptor de su mente? Ya no quería sufrir cada que pensaba en el, sin darse cuenta había vuelto a llorar. 

"¿Por qué el amor tenía que ser tan complicado? " 

"Su anterior relación nunca fue de ese modo..." 

Su querida mascota se acerco con preocupación a su amo, se sentía su triste vibra en toda la casa y no quería que este se sintiera así. 

—P-perdón amigo, estoy muy sensible últimamente— Comenzó a acariciarlo —Tienes mucha suerte Bruno, tu no tienes que preocuparte de una pareja o algo así— Sonrió  acomodando a su mascota en sus piernas —¿Por qué me es más difícil estar con Raptor? Nunca me fue tan complicado el estar con Francis— Pensó —Aunque nunca parecíamos ser una pareja. 

Divagando en su mente entre tantos recuerdos acabo por dormirse en el sofá, soñando con la tarde en la que el y su amigo pelinegro se volvieron pareja... 

El contrario confesándose y el aunque dudando termino aceptando, no tenía muy claros sus sentimientos pero quería bastante a su amigo, no como para decirle un "te amo" totalmente sincero pero, la verdad, le daba mucha curiosidad saber que se sentía tener pareja así que... ¿Por qué no intentarlo?