¿Cómo terminé aquí?

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Bueno, ¿por dónde empezar? 

Conocí a Adam cuando tenía doce años porque mi hermano y él juegan en el mismo equipo de fútbol, honestamente, a primera vista ni siquiera me interesó. 

Pero claramente, las cosas cambian. 

Años despúes mi hermano y él se convirtieron en mejores amigos junto con otro chico del equipo,  Mitchell Rome. 

Esos tres eran inseparables y el tiempo que pasaban juntos me afectó directamente a mi más o menos hace dos años, cuando yo tenía dieciséis. 

Me di cuenta de cosas que a lo mejor fueron insignificantes en su momento, pero ahora tomaban otro significado, por ejemplo, la manera en la que me arreglaba antes de bajar las escaleras cuando él estaba con mi hermano en casa, o todas las veces que quería que él viniera a mi casa después de la escuela, todo eso parecía tan pequeño y tan normal que para cuando me di cuenta estaba completamente enamorada de él. 

Supongo que en su momento no pensé en todo lo que pasaría después, parecía solo un pequeño crush con un amigo de mi hermano, algo para nada serio que se me iba a pasar en dos meses. 

El verdadero problema empezó cuando esos dos meses se convirtieron en cinco y esos cinco en un año y luego un año y medio hasta que llegamos a los dos años, sí, dos años enamorada del mismo chico. 

Suena ridículo pero no podía ver a nadie más que a él, entre a la universidad, conocí chicos pero ninguno lograba hacerme sentir como Adam, ninguno me deslumbraba tanto como él. 

Entonces me di cuenta de que había estado perdiendo el tiempo, si ningún otro chico lograba gustarme entonces ¿por qué no intentarlo con Adam?

Me mentalicé e inicié el plan para conquistarlo, parecía infantil pero después de dos años no podía desperdiciar más mi tiempo, si quería algo con él yo debería tomar la iniciativa. 

Por supuesto que desde el comienzo mi plan tuvo fallas, como por ejemplo que casi ya no lo veía, si acaso lograba divisarlo un poco cuando iba a dejar a mi hermano a la preparatoria y nos lo encontrábamos en la entrada, o cuando iba a recoger a mi hermano de sus entrenamientos, pero no era suficiente, necesitaba tenerlo cerca, poder verlo bien, hablar con él. 

Hasta que encontré la solución, si él no me podía ver bien en persona entonces al menos podría verme por una pantalla, decidí quitarle la restricción sobre mis historias y ahora podía verlas siempre que subiera algo, Instagram se hizo mi aliado y ahora procuraba subir más fotos mías y no solo tik toks sobre cualquier estupidez que viera. 

Pero eso no fue suficiente, veía mis historias sí, pero no había interacción, así que decidí tomar el siguiente paso, fue difícil, pero encontré cómo lograr al menos un like en la historia y todo gracias a la música, algunas veces lo había escuchado hablar con mi hermano sobre música y aunque fue difícil recordar, por fin recordé al menos un artista, así que comencé a poner canciones que me gustaban más seguido hasta que fuera algo normal y  luego puse una canción random de ese artista que a él le gustaba. 

Y así llegué hasta aquí, estaba sentada en mi cama intentando no gritar como desquiciada. 

"@adam_outlaw ha respondido a tu historia". 

Estaba que me moría, no pensé que fuera a responderla, sabía que la vería pero jamás imaginé que me escribiera. 

"Que buena canción jaja". 

Ay por dios, si supiera que puse una random. 

"JAJAJA, no sabía que te gustaba". 

Claro que sabía. 

"Siii, es una de mis favoritas". 

Eso definitivamente fue un plus. 

"JAJAJA, yo apenas estoy conociendo al artista, no sé mucho pero esa fue la primera que escuché y me gustó mucho". 

Una pequeña mentira blanca no hará daño, ¿verdad?

"Que bueno, si quieres te puedo pasar mis favoritas, a ver que te parecen y para que esuches más su música". 

¿Acceso a su playlist? Suena bien. 

"Está bien, muchas gracias". 

Luego me pasó el link a su playlist, al parecer tengo mucha investigación que hacer y mucha música que escuchar. 


Como odio amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora