Me encontraba en casa escuchando música mientras hacía la tarea cuando escucho que mi celular suena con una llamada entrante, me levanto de la silla del escritorio y lo tomo de la cama para ver el nombre de mi hermano aparecer en la pantalla "Erick", contesto la llamada de inmediato y camino hacia la silla del escritorio de nuevo.
—Hola.— Escucho decir a mi hermano del otro lado de la línea.
—Hola, ¿necesitas algo?— No quería sonar grosera, pero estaba un poco ocupada y si me hablaba por una estupidez (como suele hacer), entonces es mejor que lo diga ya.
—De hecho sí, ¿podrías venirnos a recoger a Adam y a mi?— Mi corazón se detuvo un momento—. Se supone que nos recogería su mamá pero tuvo un imprevisto y decidimos llamarte a ti, ¿qué dices?— Casi me desmayo.
—Ehhhh... sí, claro, sin problema, ¿a Adam lo van a recoger aquí?— Casi me tiembla la voz al decir su nombre.
—Espera... dice que sí.
—Okey, entonces voy para allá.— Colgue la llamada y me cambié rápido para ir por ellos, tome las llaves del auto y salí.
Al llegar al campo ya venía más relajada, me estacioné y bajé del auto para caminar hacia el campo, entré y los vi sentados, la santísima trinidad, mi hermano, Erick y sus dos mejores amigos, Adam y Mitchell, inseparables desde hace años.
Honestamente no quería caminar hacia ellos, me daba demasiada pena, esperé unos segundos por si me veían, pero no lo hicieron, así que respiré profundo y caminé hacia ellos de la manera más relajada posible.
—¿Nos vamos?— Mi hermano por fin volteo a verme.
—Sí.— Ambos se levantaron y se despidieron de Mitchell.
Caminé en silencio hasta mi auto mientras ellos venían detrás de mi bromeando.
Me subí al auto y mi hermano se sentó en el asiento de copiloto mientras Adam se sentó en la parte de atrás, justo atrás de mi.
Maldita sea.
Puse mi banda favorita y me relajé al instante, comencé a manejar hacia mi casa.
Mi hermano se empezó a quejar de un chico que al parecer había recién entrado hoy, se llamaba Jeffrey Cranston y al parecer a mi hermano no le caen muy en gracia sus comentarios.
Adam se mantenía en silencio, a veces lo veía hacer caras por el espejo retrovisor, al parecer a él tampoco le agrada.
Todo iba relativamente bien hasta que miré hacia arriba para espejear mientras frenaba y accidentalmente mi mirada se cruzó con la de Adam, nos miramos medio segundo y luego él me sonrió, quería sonreírle de vuelta pero fijé mi vista en el frente y me concentré en el camino.
—No hagan desastres, tengo que subir a terminar mi tarea.— Les dije al llegar a casa, subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, volví a poner música e intente hacer mi tarea, pero mi mente no dejaba de pensar en él.
Me lancé dramáticamente a mi cama y me tapé la cara con una almohada, me removí desesperada y luego me destapé la cara.
Esto es desesperante, el maldito no me deja en paz, mil pensamientos pasaban por mi cabeza, quería verlo pero a la vez no, quería abrazarlo pero a la vez golpearlo por hacerme sentir así, quería que algún día me dedicara un gol pero al mismo tiempo no quería forzar las cosas, quería sentir de todo pero a la vez nada, me encantaba sentirme así pero al mismo tiempo lo odiaba, quería gritar pero a la vez llorar, todo era un remolino de emociones que no podía controlar.
Él me hacía sentir así.
Estaba a nada de tirarme por una ventana cuando escuché que alguien tocaba la puerta para luego abrirse y cerrarse de nuevo.
Corrí a la ventana y vi la camioneta de la mamá de Adam alejarse.
Al menos ya estaba un poco más en paz.
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Como odio amarte
RomanceLas cosas nunca pasan como las esperamos, por ejemplo, yo no esperé enamorarme del mejor amigo de mi hermano, tampoco esperé que él me correspondiera y mucho menos esperé que todo lo que pasó pasara. Basada en hechos reales.