¿𝙤𝙢𝙚𝙜𝙖 𝙢𝙞́𝙤?

IV

—Bien chicos, hasta aquí la clase de ahora— despidió a la clase el profesor Alex.

—¿Te parece si vamos a mi casa a comer pizza y jugar videojuegos?— Niall invitó a Harry mientras esperaba a que este terminara de guardar sus cosas en su mochila.

—Si.

Ambos salieron del aula. El rubio iba hablando de algo sobre un artista, la verdad es que Harry no estaba poniendo mucha atención.

—¡ESPERA!

Los dos voltearon al mismo tiempo para saber quien los estaba deteniendo.

Era el omega de esta mañana. Iba apresurado a dirección de ellos, su mochila rebotaba por cada zancada que daba al igual que su suave cabello.

Harry se puso tenso y Niall estaba serio.

—¿Sucede algo?— cuestionó el beta cuando el omega llegó a ellos.

—Yo solo venia a d-disculparme— con sus mejillas teñidas de un suave color rojo bermellón y con los mirando para el piso dijo.

En la mañana ese mismo día

—Omega— gruñó Harry protector. Haciendo que cada persona que estaba al rededor se hiciera a un lado con miedo, incluso Niall.

El de ojos azules se tensó. Su lobo se puso inquieto, desesperado por llenarse del aroma del alfa.

—Y-yo lo s-siento, yo no quería hacer eso— Se disculpo con el omega y con todos los que estaban rodeándolo por el repentino ruido que hizo.

No supo porque lo hizo, el aroma a canela y chocolate lo impactó como un balde de agua fría. Se sentía mareado y por alguna extraña razón su lobo estaba... feliz y al mismo tiempo una extraña sensación de territorial. 

El omega salio corriendo. Literalmente corriendo.

Harry hizo un puchero por el inesperado rechazo por parte de el.

—Te lo dije Niall, siempre les doy miedo.

—Pues si idiota, si a mi me hubieras gruñido así yo también hubiera salido corriendo.

Después de eso, Louis no se concentró en ninguna clase.

Estaba confundido por el extraño sentimiento de su lobo, quería atención por parte del alfa. Pero su lado racional estaba asustado.

Sabia que los alfas puros tiene fama de no poder controlar su ira o no medir su fuerza. Nunca había estado tan cerca de uno, una vez leyó en un libro que los alfas de esa especia eran mas grandes a los alfas normales, su aroma era mas potente al igual que con sus sentidos. Pero jamas se había topado con uno, no sabia que tan cierto era.

¿Estaba asustado?

si

¿Quería conocerlo?

Posiblemente

Ademas, que podría salir mal, al final de cuenta iba a tener un amigo nuevo.

Presente

—Oh! digo si, quiero decir que no te preocupes al final fui yo el que te asustó— rascándose la nuca y evitando todo lo posible por hacer contacto visual por el bonito omega que se estaba disculpando por algo sin sentido.

—Lo que quiero decir es que, mi reacción no fue la mas ¿amable?— suspiró —A lo que quiero llegar es que no nos presentamos bien desde un principio— estaba cuestionando si podría estar mas rojo de lo que ya estaba.

Harry por primera ves levanto la mirada hasta los ojos azules  en toda la platica, una sonrisa acompañada de unos lindos hoyuelos aparecieron, emocionado por la sorpresiva respuesta del mas bajo.

—Si, no hay problema, genial, cool, genial, genial

Ambos se quedaron viendo a los ojos del otro, perdiéndose en un laberinto sin salida, los orbes color cielo desorientados en los de un bosque profundo. Sus lobos meneando la cola de un lado a otro, felices por poder estar juntos al fin.

—Bien yo... yo me tengo que ir, si yo debo ir a allá mhm a-adiós— El ojiazul se despidió a tropezones para luego irse. 

—Si adiós— el alfa soltó un suspiro largo. Recordó que tenia un amigo y que tenia que ir a su casa, se volteo de prisa buscando al beta.

Niall estaba detrás de el con los brazos cruzados y una ceja levantada

—¿Que?

—Bien hecho grandulón, ahora vámonos porque luego llegamos bien tarde y mi mamá me empieza a regañar— 

Los amigos salieron de la escuela, Harry demasiado feliz por la corta charla que logró contener con el omeguita y Niall iba emocionado por una foto que salio de su ídolo.

Mañana esperaba poder acercarse a conversar un poco mas y posiblemente invitarlo a salir. Claro como amigos. Por ahora.

R.